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En esta jornada se discutió en torno a la importancia de repensar el movimiento de derechos humanos y de defensa a las víctimas, así como la relación constante entre estas y el Estado, ya sea a partir de su lucha por justicia, verdad o reconocimiento. Asimismo, se puedo analizar de manera comparada perspectivas de otros países de la región como son Colombia y Argentina. En total se contó con la presentación de nueve ponentes nacionales e internacionales, así como la presentación de tres publicaciones especializadas en el tema como el Boletín del IFEA 2014, “Los claroscuros del conflicto armado y sus representaciones”; la Revista Antropológica “Memoria y violencia” y la Colección “Amériques” PUR/IDA de Francia.

A partir de comparar distintas experiencias, como la presentada por Gisele Luján sobre las víctimas de minas antipersonales en Colombia, o la de las Madres de Mayo de Argentina presentada por Laura Panizo, se puso sobre la palestra las formas cómo desde el movimientos de víctimas y la sociedad civil se incide por una mayor efectividad y eficacia del Estado; asimismo, cómo los procesos sociales por los que atraviesan las víctimas y sus familiares los convierten en actores políticos de alta carga simbólica y social. En ese sentido, se trata de sujetos cuyo capital político radica en la búsqueda de verdad y justicia y que articulan en torno a ellos las demandas por una sociedad más justa y un estado que no le de la espalda a los hechos del pasado.

Para el caso peruano, Gisela Ortiz expuso, en un amplio debate con Iván Rivasplata del Equipo Forense Especializado del Ministerio Público, los procesos por los que los familiares de personas desaparecidas han logrado articularse y por los que siguen buscando la verdad, además de los avances y retrocesos que el Estado ha dado en torno al tema de los desparecidos.

Otro punto sobre el que se conversó fue la importancia de repensar las reparaciones a las víctimas más allá de un contexto asistencialista o de inclusión social. Las reparaciones deben volver a ser consideradas como mecanismos para reconstruir el pacto social entre el Estado y sus ciudadanos, así como de recuperar la dignidad de los mismos frente a los hechos de violencia que sufrieron. En el Perú, las reparaciones nacen dentro de un contexto en el cual el modelo neoliberal nos habla de desarrollo económico e inclusión como formas de lucha contra la pobreza, así, las reparaciones pierden su sentido original para convertirse en meros programas de asistencia similares a otros desarrollados por el Estado, motivo por el cual María Eugenia Ulfe se preguntaba «¿dónde queda la dignificación y los derechos del sujeto?

Los debates en torno al movimiento de derechos humanos y de defensa a las víctimas, así como la relación constante entre estas y el Estado no se encuentran acabados, todo lo contrario, sirven como propuestas para repensar a la sociedad e incidir por una política de reparaciones y derechos humanos que haga más sentido con las necesidades reales de los ciudadanos.

(26.08.2015)