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Notas informativas 9 de junio de 2014

En ese sentido, se trata de un esfuerzo de largo aliento por construir un proyecto que, partiendo de los principales involucrados —las víctimas—, logre presentar una propuesta estructurada y coherente. Cabe resaltar que el IDEHPUCP viene apoyando de cerca el trabajo de Shicras con el fin de dar una plataforma de soporte al anteproyecto arquitectónico.

Para entender un poco más sobre la importancia de La Hoyada como un Santuario de la Memoria para Ayacucho debemos partir reconociendo que dicha región fue la más golpeada por lo que la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) ha llamado “conflicto armado interno”. Allí se reportó cerca del 40% del total de víctimas fatales y casos de desaparición forzada considerados como violación sistemática y generalizada de los derechos humanos. La CVR pudo constatar el caso del Cuartel BIM N° 51 del Ejército del Perú, “Los Cabitos[1] donde se han reportado casos de detenciones arbitrarias, torturas, violencia sexual, desaparición y ejecución extrajudicial de por lo menos 136 personas, entre hombres, mujeres e, incluso, menores de edad que revelan un patrón de acción que no respetaba las garantías mínimas judiciales ni la dignidad humana. A inicios de 1985, el jefe político-militar de Ayacucho, Wilfredo Mori, ordenó la construcción de hornos de suficiente tamaño para incinerar la gran cantidad de cuerpos provenientes de Los Cabitos a través de un “procedimiento casi industrial para desenterrar los cadáveres en incinerarlos al amparo de la noche[2] en La Hoyada, constituyéndose en un símbolo de la violencia extrema y la impunidad.

Bajo este paraguas, las asociaciones de víctimas de Ayacucho, acompañadas de organizaciones de la sociedad civil, han articulado sus demandas por un espacio de memoria en La Hoyada que logre dignificar a las víctimas del cuartel Los Cabitos y sirva como reparación simbólica en la ciudad de Huamanga. Debemos tener en cuenta que espacios como este son importantes tanto a nivel social —colectivo— como a un nivel personal, pues permiten iniciar mecanismos de duelo y sanación que muchas veces se ven frustrados debido a la ausencia de un cuerpo. Los rituales de duelo son fundamentales para el correcto desarrollo de la vida social ya que permiten llenar los vacíos dejados por la personas ausente y continuar con la reproducción cultural, al no existir un correcto proceso del duelo, la sanación tanto a nivel personal o individual como a nivel colectivo se ve frustrada, produciendo una serie de estigmas y situación de desestructuración que afecta la vida de las personas[4]. El Santuario de la Memoria de La Hoyada permitirá que procedimientos de duelo que llevan más de veinticinco años abiertos y frustrados puedan llegar a un fin, curando ciertas heridas del pasado y reforzando los anclajes simbólicos con el presente.

Para ver el video elaborado por Shicras puede hacer clic aquí.

La Defensoría del Pueblo visitó recientemente La Hoyada. Puede revisar la nota de prensa aquí.

Escribe: Mario Cépeda, investigador del IDEHPUCP


[1] COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN. Desapariciones, torturas y ejecuciones extrajudiciales en la base militar Los Cabitos (1983-1985)”. En Informe Final. Lima: CVR, Tomo VII, 2003. pp. 71-87

[2] ASOCIACIÓN PRO DERECHOS HUMANOS. Cuartel Los Cabitos: lugar de horror y muerte. 30 años de lucha por justicia. El camino recorrido por las víctimas, sus familiares y APRODEH. Lima: APRODEH, 2014, pp. 16.

[3] REÁTEGUI, Félix (coordinador). Criterios básicos para un espacio de conmemoración de la violencia en el Perú. La centralidad de las víctimas. Lima: IDEHPUCP, MISEREOR, 2012, pp. 10.

[4] MALINOWSKI, Bronislaw. Magia, ciencia y religión. Barcelona: Ariel, 1982.