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Opinión 19 de diciembre de 2014

La fotografía no ha sido ajena a estos esfuerzos. Ya desde la Comisión de la Verdad y Reconciliación  se decidió impulsar un proyecto fotográfico que permitiera difundir cuál había sido la dimensión de la tragedia que se estaba estudiando. (Meta-Calculator) Se consideró que el registro hecho por periodistas y reporteros gráficos durante los años de violencia constituía –y constituye aún– un legado invalorable para reconstruir, a través de las imágenes, aquella historia que padecimos: rostros desolados de las víctimas, pueblos devastados, segmentos de nuestras ciudades destruidos, la figura  de los perpetradores mostrando su fanatismo y menosprecio por la vida y por otro lado también la resistencia de la sociedad civil frente a la violencia, y con ella nuestros héroes civiles y militares.  

No se buscaba el regodeo en el horror. Por el contrario, antes que una visión sensacionalista sobre las dos últimas décadas del siglo XX, se consideró que mostrar las imágenes sobre aquel periodo tenía un propósito ético fundamental: no olvidar, no repetir lo ocurrido y volcar nuestras energías hacia la solidaridad y la justicia, sobre todo frente a quienes más habían sufrido por la irracional  violencia entre compatriotas. 

Es así como la CVR ideó una exposición fotográfica: Yuyanapaq. Para recordar, que originalmente fue instalada en la casa Riva Agüero en Chorrillos y, luego trasladada al Ministerio de Cultura, donde se halla hasta hoy, bajo administración de la Defensoría del Pueblo. Se trata de una de las exhibiciones artísticas más visitadas del país durante la última década. Las fotografías que allí se muestran no dejan indiferentes a los espectadores. Decenas de cuadernos  llenados por comentarios de los visitantes, atestiguan la importancia que ha tenido esta muestra en muchas personas, y ha hecho ver que ella debe permanecer como elemento fundamental para la comprensión de nuestra propia historia. Hay que subrayar que quienes la visitan son, en su mayoría, niños y jóvenes que nacieron durante los años finales del conflicto y no vivieron directamente la magnitud de lo ocurrido, por lo que estas imágenes constituyen un primer acercamiento frente a uno de los períodos más impactantes de nuestra vida como nación independiente. 

Por todo lo indicado, el Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (IDEHPUCP), junto al Fondo Editorial de esa Universidad, consideró pertinente reeditar el libro sobre la muestra Yuyanapaq, junto con una selección de los testimonios de sus visitantes a lo largo de los últimos años. Esperemos que un trabajo de esta naturaleza  contribuya a que los peruanos no olvidemos un pasado que muchas veces hemos querido dejar atrás, sin previamente haberlo asumido como un momento significativo y terrible de nuestra historia.