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Entrevistas 25 de febrero de 2014
1. El Estado debe garantizar los derechos humanos

Lo primero que tiene que quedar claro es que es el Estado el primer responsable en garantizar la vida y los derechos humanos de sus ciudadanos, ya sea que las violaciones sean cometidas por agentes estatales o por agentes no estatales. Cuando digo garantizar, no solo me refiero a que las vulneraciones no sean cometidas por agentes del estado, sino que, en el caso de que haya violaciones a los derechos fundamentales, sea el Estado quien se encargue de procesar a quienes las cometieron.

2. ¿Cuál es la situación de Derechos Humanos en Venezuela?

Lo que se está viendo en el caso venezolano es, de un lado, violencia armada de agentes del Estado o agentes paramilitares vinculados al gobierno de Nicolás Maduro, que obviamente no son sancionadas. De otro lado, todavía no queda muy claro si desde el sector de la oposición hay prácticas de este tipo. No obstante, lo que es cierto es que tiene que haber una investigación imparcial respecto a esos hechos. Lamentablemente, en el contexto actual venezolano de polarización política y de un gobierno en el cual todos los poderes parecen estar concentrándose en una sola mano, resulta bastante difícil que esta situación se pueda dar.

3. La Corte Interamericana de Derechos Humanos

Venezuela ha renunciado a la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). Sin embargo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sí tiene potestad para los derechos en toda la región, incluyendo a países que no son parte de la Corte IDH. En el caso venezolano sería la CIDH la que pueda ver algún tipo de denuncia y hacer algún tipo de recomendaciones al Estado. No obstante, que el retiro de la Corte por parte de Venezuela afecta una garantía que tienen los venezolanos para poder acudir a un sistema internacional y poder hacer valer sus derechos en la vía jurisdiccional, ya sea porque han agotado la vía interna o porque en este caso no se tengan las garantías suficientes o los tribunales no sean lo suficientemente imparciales para procesar ese tipo de hechos.

4. La entrega de Leopoldo López y el panorama de Derechos Humanos

Desafortunadamente lo que ha ocurrido después de la entrega de Leopoldo López a las autoridades venezolanas es que las marchas se han intensificado, ha habido más muertes durante las protestas y el clima en general de Venezuela es de conmoción social. Hay que tener en cuenta el contexto particular de ese país, es decir un gobierno que es elegido democráticamente, pero con un nivel de competencia de la oposición bastante reducido, lo que en términos de ciencia política podría llamarse como un autoritarismo competitivo, con una reducción importante de medios de comunicación que informen imparcialmente sobre los hechos y donde las garantías del debido proceso están puestas en cuestión. Sobre la entrega de Leopoldo López: lo están encausando por varios cargos, pero no queda claro aún la contundencia de los mismos y no queda tampoco claro cuáles son las garantías que este líder opositor va a tener para el ejercicio de su defensa, entonces es una situación bastante compleja.

5. Posición de los países vecinos en la vigilancia de Derechos Humanos

Lo que tenemos en la región es también un escenario complicado porque Venezuela, durante muchos años, ha brindado apoyo económico a varios países latinoamericanos, ha brindado exportaciones de petróleo a precios bastante bajos y en algunos casos hay una identificación ideológica. De otro lado, el margen de maniobra que tienen los Estados que no están asociados a una visión cercana de la que tiene Caracas sobre las relaciones internacionales y sobre política internacional es bastante acotada. Básicamente por no poder intervenir mucho en asuntos internos y, de otro lado, porque sus cancillerías están pensando con mayor cautela qué hacer ante una situación como esta.

6. La Carta Democrática Interamericana

Hay un instrumento de la Organización de Estados Americanos que se llama Carta Democrática Interamericana -se firmó en el Perú el 11 de setiembre del 2001-, instrumento que permitiría algún tipo de salida mucho más organizada e institucional a una crisis como la que está viviendo Venezuela. Sin embargo, la carta no ha sido activada por ningún país hasta el momento. Hay que recordar que este documento se firmó a raíz de la experiencia que tuvo Perú con el régimen de Fujimori, que tiene varias particularidades parecidas en algunos casos a las que vive Venezuela. Al no activarse esta carta y al no tener el apoyo internacional fuerte para otro tipo de salida, en este momento Venezuela está sola para afrontar esta crisis.