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Entrevistas 14 de junio de 2016

Hernán Chaparro, gerente general de GFK Perú, dialogó con nuestro conductor sobre los cambios en la opinión pública durante la segunda vuelta electoral de 2016, que permitieron el ajustado triunfo de Pedro Pablo Kuczynski, hoy presidente electo de nuestro país.

Chaparro precisó que, en las encuestas realizadas antes de la primera vuelta electoral, cada vez que se preguntaba por una disputa entre Keiko Fujimori y Kuczynski, el resultado era un empate. En las encuestas realizadas por GFK durante la segunda vuelta, el empate técnico primó hasta que, en la última medición pública presentada el 27 de mayo, existía 4.4% de distancia a favor de la candidata de Fuerza Popular. A su criterio, ello se produjo porque «al no estar en la segunda vuelta un candidato que cuestione el modelo de desarrollo o la forma de hacer política – como había sido el caso de Verónika Mendoza, Alfredo Barnechea y Julio Guzmán -, lo que pone en juego es el tipo de liderazgo entre los dos postulantes. La pregunta sobre confianza en el candidato es la que mejor se correlaciona con el voto. La ciudadanía veía que PPK no terminaba de consolidarse y, del otro lado, su rival tenía un mensaje claro, sobre todo frente a la ola de delincuencia en Lima. Personas ubicadas al centro o que no dicen tener una preferencia política en particular, se habían cansado de Kucynski».

Frente a ello, lo ocurrido a la semana es el impacto de varios eventos, a criterio de Chaparro. «Existió un mal manejo del caso Joaquín Ramírez, que se vuelve a mover con el tema de los audios manipulados. En un país con una política bastante personificada, el comunicado de la DEA que señala que Keiko Fujimori no estaba implicada, hace que este caso esté suspendido, pero lo ocurrido con José Chlimper lo reactiva. La historia del fujimorismo renovado se cae y se vuelve a poner en cuestión quien lidera. Así, este votante que busca seguridad y que el país salga adelante, ve que Fujimori no puede aplicar «mano dura» directamente frente a la percepción de la corrupción en su propio partido. PPK estuvo mejor en el segundo debate y logra un discurso que aglutina una demanda de firmeza, así como el antifujimorismo», anotó.

Para el director de GFK, las redes sociales tuvieron una incidencia importante en esta campaña electoral. «En el caso de Julio Guzmán, se trata de la primera vez que un candidato comienza su campaña en redes y luego pasa al mundo off line, lo que no pudo hacer PPK. En la segunda vuelta, se produjeron más ataques entre ambos bandos. Allí nos encontramos ante gente más activamente politizada. El interés por los asuntos públicos de la gente que usa redes sociales es mayor. El intercambio de opiniones en redes sociales sobre temas políticos se agudiza en una campaña, así como los insultos. El usuario es alguien más atento y vigilante de lo que pasa a nivel nacional. Antes que aumentar el número de personas que usan redes, se ha incrementado la frecuencia con la que se ingresa», señaló.

Sobre el voto antifujimorista, Chaparró anotó que fue movilizado por el mensaje de Verónika Mendoza al final de la campaña y que las marchas contra Fujimori reforzaron el mensaje. «En el sur, la intención de voto blanco y viciado en la semana previa a la elección se dividiía entre quienes habían votado por Mendoza y por Gregorio Santos, así como entre quienes habían invalidado su voto en primera vuelta. La declaración final de Mendoza hizo que esta intención se redujera, considerando que el 30% de quienes tenían esta opción estaban en el sur», acotó. En otras regiones del país, como Loreto, se sumaron los votos de PPK, Mendoza y Barnechea, que reunían en primera vuelta al 55% de votantes. Otras consideraciones que primaron en el voto del sur se vinculan con una identificación de Keiko Fujimori con el poder limeño, con un menor impacto de lo clientelar y una mayor autopercepción de discriminación e identificación con las encuestas.

Finalmente Chaparro se pronunció sobre el rol de las encuestadoras: «Es muy importante pues la gente la considera para la toma de decisiones. Creo que deben hacerse hasta el día previo a las elecciones. Su influencia es relativa, dado que en 1990 no se pudo ver el fenómeno Fujimori y en 2010, con la prohibición de hacerlas públicas, no se pudo notar cuál fue el impacto del debate entre Susana Villarán y Lourdes Flores Nano por la alcaldía de Lima, lo que estrechó las diferencias entre ambas. Es cierto que se pueden hacer encuestas dolosas, como también existen muchas encuestas serias. En APEIM tenemos una reglamentación interna y estamos impulsando un comité externo de autorregulación que ayude a mejorar el trabajo. En términos generales, los resultados de las encuestas han sido muy cercanos a los resultados oficiales dados por la ONPE».

Tiempo Global toca temas de actualidad nacional e internacional, vinculados con las materias de trabajo de nuestro Instituto. Puedes escuchar aquí el programa completo:

(14.06.2016)