Ir al contenido principal Ir al menú principal Ir al pie de página
Nacional 28 de agosto de 2013
–No obstante el tiempo, ¿el informe de la CVR mantiene vigencia?
–Que se cumplan 10 años de la entrega del informe indica su vigencia e importancia. Es una muestra de que vive por sí mismo y no en función de quienes lo hicieron, no es letra muerta, es indeleble. Algunos atacaron el informe sin haberlo leído, otros lo critican enfrentándose a lo que este dice.
–También hay opiniones favorables hasta hoy…
–Sí, también hay gente que ha entendido que este informe es importante. Lo ha comprendido y ha tomado conciencia del problema que ha tenido el Perú y que es necesario trabajar para que en el futuro no ocurran cosas parecidas y vivamos en una nación pacífica y democrática.
–¿Qué tareas pendientes recomendadas por el informe no se han cumplido?
–Lo primero que aún no sucede y debería ocurrir es dar a conocer este informe y su mensaje principal: comprender y amar el Perú, y rescatar el sentimiento de inclusión y solidaridad entre peruanos, hacer conocer este informe a niños y jóvenes, y que esté presente en la educación.
–¿Es decir, incluirlo en el currículo escolar o universitario?
–Hablo de la educación escolar y de la superior, pero también de aquella educación de la cual uno se pueda nutrir en casa. Hubo intentos para ello, pero fueron frenados por incomprensiones y hasta por mala voluntad.
–¿Cuánto se ha avanzado en reparar a las víctimas?
–Se ha avanzado algo, pero no lo suficiente. También en las individuales se ha empezado a avanzar, pero se está dando tardíamente, se están entregando cantidades minúsculas y se pide tener 65 años en regiones donde el promedio de vida no pasa de los 60 años.
–¿La reparación es solo entregar dinero o comprende algo más complejo?
–No es solo una cuestión de dinero, sino de responsabilidades y liderazgo del Estado, porque hay reparaciones morales, pedidos de perdón y consuelo que no se han dado. El Lugar de la Memoria que se está construyendo, en un inicio, fue rechazado por Alan García, sin entender que esa era una necesidad social y moral del país.
–¿A qué atribuye esos reparos?
–Creo que ese Lugar de la Memoria consagraba para la historia y, a través de retratos, tal vez responsabilidades de García y de Fujimori, porque hay fotos de García frente a los muertos. Era dispararse a los pies.
–¿Qué siente cuando se califica al informe de sesgado o prosenderista?
–Son críticas que son clichés o estereotipos porque nosotros mencionamos que Sendero Luminoso fue el mayor victimario, que practicó el terrorismo, la antipolítica, cuyo único objetivo era matar. Hasta se dijo que las cifras de víctimas se inflaron para estigmatizar a Sendero.
–¿Era razonable comparar el accionar de la fuerza armada con la acción subversiva de Sendero?
–No se pueden equiparar. Una iba en contra de la democracia, el orden social y la vida, y no admitía otra verdad, solo la de [Abimael] Guzmán, pero usaron el terror y la muerte como armas. Por otro lado, estaba el Estado que tenía no solo el derecho a defenderse, sino el deber de defendernos.
–¿Cuál fue el gran error de los militares?
–Una comisión de la verdad tiene que decir eso: la verdad y, consultando fuentes y entrevistando, en algunos momentos y lugares, el Estado y las Fuerzas Armadas no actuaron bien por una mala labor de inteligencia y una mala estrategia contra lo que combatían.
–¿Cómo ve el manejo judicial en los casos de violación de derechos humanos?
–Es necesario que se haga justicia en el país y se ha avanzado poco. Presentamos 47 casos emblemáticos y no se ha avanzado más del 20%, hay pocas sentencias y hubo intentos de amnistía. Ahí creo que hay un déficit, pero en el juzgamiento de terroristas sí se avanzó mucho, se castigó a la mayoría. Sin justicia no hay reconciliación, ni democracia, ni estado de derecho.
–¿Cree que el Perú está en deuda con las víctimas de la violencia?
–Hay una deuda pendiente del país con las víctimas y consigo mismo. Falta un sinceramiento, ver qué hacíamos mientras se mataba a tanta gente y qué hacemos hoy para que haya igualdad entre peruanos. Este informe fue un comienzo. La reconciliación va más allá de víctimas y perpetradores, comprende a toda la sociedad, sin distinción de ciudadanos de primera o segunda clase.