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17 de julio de 2018

El próximo 18 de julio se conmemoran los 100 años del nacimiento de Nelson Mandela, máximo líder de la lucha contra el racismo institucionalizado en el sistema del apartheid de la Sudáfrica del siglo XX. Desde muy temprana edad, Mandela se opuso al quehacer político del Partido Nacional de los Afrikaaners, el cual había instaurado un sistema de segregación social, económica, cultural y territorial en perjuicio de la mayoría negra.

Su liderazgo dentro del Congreso Nacional Africano (CNA) y su participación en la organización de campañas de “desobediencia civil” contra las leyes segregacionistas (prohibición de matrimonios mixtos, reconocimiento oficial de las razas, diferenciación en el uso de servicios y espacios públicos, entre otras) hicieron que el gobierno de turno endureciera su maquinaria de represión. Así, luego de declarar ilegal al CNA y someter a Mandela a varios procesos judiciales, éste fue encarcelado por los delitos de sabotaje y conspiración.

Veintisiete años después, su excarcelación de la que era una sentencia a cadena perpetua, significó no solo el fortalecimiento del CNA y el arrinconamiento del Partido Nacional de los Afrikaaners, sino también la supremacía política de un movimiento de liberación nacional que, de la mano de una gama de organizaciones sociales, políticas y sindicales, hizo posible la celebración de las primeras elecciones democráticas de la historia con Mandela como vencedor, convirtiéndose así en el primer presidente negro de Sudáfrica.

En medio del debate que suscita el cómo debe llevarse a cabo el proceso de reconciliación en nuestro país, el legado de Mandela y su discurso de unidad nacional pueden darnos luces en el largo camino para contrarrestar la fragmentación social producto de la violencia. Sobre todo, luego de haber luchado incansablemente para difundir la imagen de una “nueva Sudáfrica”, cuya base democrática promoviera el respeto por la diversidad multirracial y la defensa de los derechos humanos.

Para Mandela, la salida del régimen del apartheid no podía entenderse sin la búsqueda de la reconciliación social. Por ello, constituyó una Comisión de la Verdad que garantizara el derecho a la justicia como fundamento de la construcción de la paz. Asimismo, creó toda una legislación centrada en investigar y establecer un panorama lo más completo posible de la naturaleza, causas y extensión de las graves violaciones de derechos humanos durante el apartheid. A diferencia del Perú, los gobiernos posteriores al de Mandela no debilitaron ni deslegitimaron estos esfuerzos institucionales por promover procesos de memoria. Todo lo contrario: hicieron que el tema de la reconciliación se convirtiera en el eje sobre el cual se pudiera pensar en la reconstrucción del país.

Ahora bien, la experiencia de Sudáfrica puede aplicarse no solo como respuesta ante las expresiones de racismo organizado e institucional, sino también en cualquier lugar donde se presenten “nuevas formas del apartheid, herederas del racismo tradicional, que realimentan viejos mecanismos de desigualdad y exclusión y crean otros nuevos. Pensamos en las políticas migratorias actuales, o las nuevas formas de discriminación en función de la discapacidad o la orientación sexual.

Si bien Sudáfrica enfrenta aún problemas de desempleo, altos índices de pobreza y de criminalidad, indudablemente es un país cualitativamente distinto al que existía cuando nació Mandela, para quien era imposible, en unos cuantos años, lograr superar las secuelas de siglos de explotación racista.

Este centenario es una ocasión perfecta para pensar sobre la calidad de nuestra democracia actual, la cual debiera estar orientada a enfrentar las históricas brechas socioeconómicas que vienen limitando la calidad de vida y el desarrollo integral de todas las personas sin distinción alguna.

El Idehpucp en conjunto con la Embajada de Sudáfrica en el Perú, y la Organización de Naciones Unidas en el Perú (ONU), la Sociedad Peruana de Derecho Internacional, convoca a jóvenes investigadores/as y estudiantes de pregrado y postgrado a participar del Concurso de Ensayos académicos enfocados en reflexionar sobre el significado contemporáneo de la vida y obra de Nelson Mandela para la comprensión y acción ante desafíos como la discriminación racial, derechos humanos, liderazgos políticos, reconciliación nacional y gobernanza democrática.

Si deseas participar, puedes enviar tu ensayo al correo impacto_idehpucp@pucp.edu.pe hasta el 1ero de octubre de 2018. Las bases completas del ensayo aquí.