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Notas informativas 26 de febrero de 2019

El viernes 22 de febrero la especialista en justicia transicional, Cath Collins, estuvo presente en el Idehpucp para compartir con representantes de las organizaciones de víctimas, miembros de la Dirección de Búsqueda General de Búsqueda de Personas Desaparecidas (DGBPD) del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, y especialistas de sociedad civil, su ponencia «La búsqueda de Personas Desaparecidas en América Latina Estrategias, barreras y aprendizajes». Cath Collins es catedrática en Justicia Transicional de la Universidad de Ulster, Irlanda del Norte y directora del Observatorio de Justicia Transicional de la Universidad Diego Portales, de Chile.

Desde una perspectiva comparada, Collins empleó datos de su investigación y revisión de casos en los procesos que han acontecido hasta el momento en El Salvador, Perú, Uruguay, Chile, Paraguay y también en Colombia y México. Ello tomando a consideración que Latinoamérica es la porción del continente con las cifras más altas en desaparecidos, pero a la vez también con mayores avances en las políticas públicas en materia de búsqueda.

«Tenemos que reconocer quiénes son nuestros desaparecidos. Si están desaparecidos es por el Estado, porque el Estado no se ha dado cuenta de esa gente, no ha reconocido siquiera la existencia de esa persona en su vida, y menos ahora, y es por ello que permanecen en esa condición. Por ello, no podemos pensar en una sola manera de responder a esta situación», indicó al inicio de su presentación. «En todas partes hay gente buscando. Si el Estado quiere mejorar debe salir y ver qué está pasando, y así conseguir respuestas».

Desde su experiencia como especialista, Cath Collins, llamó a la necesidad de ampliar la categoría de ‘desaparecido’ tomando a consideración el panorama actual que da cuenta de desapariciones producto de otros fenómenos como el de la violencia en el trayecto que sigue la migración transfronteriza, por ejemplo.

«En los casos más recientes, donde tenemos un universo de perpetración continua como es el caso de México, donde el Estado no ha cesado en ningún momento de desaparecer personas, también está muy compenetrado con las redes de narco, las redes de traficantes y en el que es muy fácil para el Estado decir «bueno, nosotros no somos, estos son las redes de narco«. Y sí, pero también tenemos que ver que este es un narco-estado. Y el tema es que cuando hablamos de Centro América y México, también necesitamos una respuesta más regional, porque esto es transfronterizo. Porque ustedes saben que cuando empezaron a buscar a los estudiantes de Ayotzinapa, se encontraron fosas por doquier y en esas fosas estaba la gente que nadie había echado de menos, porque probablemente no era pueblo mexicano, era gente que venía de Honduras, El Salvador, Guatemala», detalló.

Otro aspecto clave para la autora del libro Transitional Justice in Latin America se enmarca en las labores de búsqueda. «[N]o es solo una labor de investigación forense extendida, hay otros esfuerzos que hacer. La respuesta no termina con el reintegro de restos, hay que comprender que la persona ha dedicado todo un proyecto de vida a esta búsqueda. Debemos pensar cómo acompañamos también el momento posentrega. Los desaparecidos nos deben pesar a todos, nos deben pesar como país», advirtió Collins destacando la necesidad de insistir en el llamado a la sociedad y a las autoridades a tomar conciencia y fortalecer el compromiso social con los familiares de las víctimas y la memoria de las mismas víctimas.

La destacada trayectoria de Collins incluye el ser miembro fundador de la Red Latinoamericana de Justicia Transicional, cuya Secretaria general actualmente mantiene el Idehpucp. La experta discutió también los contrastes que hay entre los procesos de justicia y los que buscan resarcir a los familiares mediante una reparación administrativa. «Ambas tienen debilidades y fortalezas», indicó. En el caso de la judicialización de un caso, por ejemplo, Collins dio a conocer que muchas veces el caso se ve supeditado a lo que la persona investigada provea como pista o evidencia, generándose un proceso de negociación. Para la especialista tal situación podría estar enviando el mensaje en el que «es mejor hacer desaparecer a una persona, perdonen que lo diga así, porque al menos allí se puede negociar».

La especialista invita a repensar más profundamente en la vía de la reparación y en sus diversas formas de llevarla a cabo.  Esto en la medida que a veces «la respuesta judicial no necesariamente resuelve la pregunta ¿dónde están? Contribuye en buscar a los perpetradores sí, pero no a los desaparecidos», explica.

La especialista hizo un llamado a los miembros del Estado a fortalecer los procesos de restitución a través de la implementación de procesos de acompañamiento más integrales, que incluso contemplen el derecho de los familiares de víctimas de que el proceso de justicia continúe sin ser llamado o consultado continuamente, porque eso reabre heridas.

Collins apeló a la experiencia acumulada y al conocimiento conseguido y volcado en una serie de avances dignos de estudio, concluyendo que pese a todo ello el proceso de búsqueda de personas desaparecidas, atención y contención a los familiares sigue es continuo y siempre sujeto a mejoras. «Hay que entender que no estamos partiendo de cero, pero aún falta ponerse de acuerdo en muchos temas. La apertura interna [en Latinoamerica] debe darse para ayudar a compartir e intercambiar experiencias recogidas y generadas», concluyó.