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Notas informativas 17 de diciembre de 2019

 «Es hora de actuar«, era el eslogan que este año se tenía presente durante la jornada de la Cumbre del Clima de la ONU de Madrid (COP 25). Sin embargo, los avances concretos que se han llegado a establecer han sido considerado por los medios como escasos. Si bien existen países que se encuentran muy comprometidos y expectantes sobre qué ocurrirá pronto, la poca voluntad política ha jugado su papel más beligerante. Para entender qué ocurrió en estos días y qué expectativas se tiene de cara a un próximo COP, conversamos con Deborah Delgado, investigadora invitada en IDEHPUCP, quien ha estado monitoreando el evento in situ.

Según los medios, la primera sensación al terminar la cumbre ha sido de no haber alcanzado todos los objetivos que se esperaba. ¿Cómo has observado por dentro los últimos días de las negociaciones?

Esta ha sido la COP más larga y una de las más difíciles de la historia. Los países partes cerraron un acuerdo de mínimos frente a las demandas de acción de la ciudadanía, fatigados por la confrontación entre posiciones de bloques negociadores. En ellas se revela por un lado la división entre los países de menores ingresos (parte del G77) y los países occidentales desarrollados; y luego la de aquellos que necesitan una acción urgente -como las pequeñas islas o los países latinoamericanos- y aquellos que no necesitan de la acción multilateral para adaptarse. En todo caso, como en todas estas reuniones sí se consiguieron acuerdos. 121 países de los 197 se comprometieran a la Carbono Neutralidad para 2050. Se logró un Acuerdo Global para el manejo sustentable de los océanos, (grandes captores de CO2) y que sean incorporados en las contribuciones nacionalmente determinadas (NDC), instrumento principal de coordinación política de los países. Se pudo acordar un texto de mínimos para abordar las pérdidas y daños. Se completó el plan de trabajo de la plataforma para pueblos indígenas y comunidades locales con el apoyo financiero de 8 países.

“Perú fue con la delegación de sociedad civil y estado más grande de su historia. La delegación extendida estuvo conformada de 150 personas”

Sin Estados Unidos, China ni India los planes de reducción de emisión de carbono no parecen generar una real respuesta. ¿Es posible que este acuerdo no sea ya no sea determinante?

El único país que ha salido del acuerdo de París hasta hoy es Estados Unidos. La dificultad para llegar a un acuerdo multilateral se redujo desde el momento en que sale de París ya que es uno de los actores principales en la política climática, y que este esfuerzo es el único que establece políticas comparables que se registran y contabilizan de forma transparente e igual en todos los países del mundo. Más allá de su presencia en la convención, el compromiso práctico de estos tres países para regular las industrias que más emiten y para hacer una transición energética rápida hacia fuentes más limpias es determinante. India y China dependen mucho aun del carbón.

En la región se observó el papel de Brasil, que ha tenido problemas para adecuarse a algunos puntos de las negociaciones. En el caso de Perú, ¿cómo se ha comportado la delegación frente a la agenda climática?

Brasil ha tenido una posición reticente a llegar a acuerdos. Con el cambio de gobierno, se encuentran presentes en las negociaciones con Ministros pertinentes que no están dispuestos a negociar. En cambio, Perú fue con la delegación de sociedad civil y estado más grande de su historia. La delegación extendida estuvo conformada de 150 personas. Ha expuesto sus acciones en diferentes sectores: la transversalización del género, la acción de los pueblos indígenas, la ambición de las energías renovables, la inclusión de los océanos. Aun hace falta un compromiso más grande de la academia. Entre docentes y estudiantes solo se contaban 15 personas de este sector.

Reunión de la COP.

Por un lado se ha visto a científicos asegurar que a fin de siglo el planeta se calentará a más de 3 grados celcius y por el otro distintos movimientos civiles, algunos liderados por activistas como Greta Thunberg llegan con un mensaje aún más fatalista. ¿Cuál de estas dos posiciones cree que los países le dan mayor credibilidad?

Existen varias proyecciones sobre el futuro del clima. Los diferente escenarios dependen de la acción que se haga en todo el planeta a lo largo del tiempo para reducir nuestras emisiones. Los escenarios son elaborados por el IPCC. Entonces, no hay dos posiciones, hay varias proyecciones. Y todas estas dependen de lo que hagamos. Cada esfuerzo cuenta. Hoy vivimos en un mundo que se ha calentado un grado en promedio desde épocas previas a la revolución industrial.

Finalmente, ¿Qué cambios a nivel de organización y objetivos en general espera que ocurra para el COP 26?

La COP 26 será probablemente mucho más ambiciosa. El texto que deja la COP 25 permitirá que sea preparada durante el año que viene, intentando llegar a acuerdos que hagan más fáciles las dos semanas de negociación. Tendrá mucha participación del mundo de la ciencia y de la sociedad civil, que está muy comprometida con el tema en UK y en el norte de Europa. Es bastante probable que se llegue a un acuerdo sobre los «mercados de emisiones de carbono» que completarán los instrumentos institucionales del Acuerdo de París. Todo el éxito de la ambición climática dependerá en gran medida de la acción de Estados Unidos. Si Trump deja de ser presidente para entonces, tendremos una mayor presencia de liberales verdes y de actores sociales y políticos que creen en la justicia climática.