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Notas informativas 3 de diciembre de 2019

Por: Gabriela Ramos Traverso, asistente de investigación

En las últimas décadas, la migración se ha consolidado como un tema de alto interés para la población a nivel mundial, lo que se refleja en los discursos de los medios de comunicación, campañas políticas, conversaciones coloquiales, entre otros.

Aunque el hecho de que se haya enriquecido el debate al respecto es positivo, puede ser bastante peligroso si es que se construye un discurso desde la desinformación. Precisamente por eso, surge, cada vez más, la necesidad de contar con data e información basada en evidencia y en análisis e investigación de calidad.

Con miras a este objetivo, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) publica, cada dos años, el Informe sobre las Migraciones en el mundo, donde da a conocer los datos e información más reciente en cuanto a migración, así como el análisis de situaciones emergentes y complejas referidas al tema. El documento, en suma, permite comprender, desde diversas aristas, un fenómeno que está cambiando aceleradamente el panorama del globo.

La edición de este año ha sido publicada a fines de noviembre e incluye algunos temas como Migración y Cambio climático, Niños y Migración, Salud y Migración, entre otros. Si bien el Informe recoge puntos sumamente relevantes en diversas áreas, consideramos pertinente mencionar algunas de las tendencias y retos más resaltantes de cara al 2020.

  • Existe un vínculo estrecho entre migración y cambio climático

En el último decenio, se ha tomado conciencia de que migración y cambio climático son tópicos que se interrelacionan. Concretamente, este tipo de interacción debería enfocarse como una forma de adaptación y gestión del riesgo climático, donde la migración, desplazamiento o reubicación planificada son un conjunto de posibles respuestas de adaptación a los efectos y riesgos del clima. De esta manera, aunque se esté ante una migración – en apariencia voluntaria – si hay un motivo ambiental detrás, no puede descartarse la existencia de cierto grado de presión.

Los principales retos, en este punto, están relacionados a la necesidad de incluir la migración como un aspecto a considerar en los mecanismos mundiales sobre clima y medio ambiente, así como a configuración de condiciones para que las personas migren de forma digna, informada y tenga acceso a oportunidades.

  • La inversión en salud es un presupuesto para optimizar los beneficios de la migración

La migración puede exponer a los individuos migrantes a grandes riesgos para la salud. Al mismo tiempo, puede tener efectos, positivos y negativos, sobre la salud pública en la población de acogida. Por ello, es necesaria una inversión adecuada en recursos humanos y financieros, así como el compromiso político, que permita mejorar la respuesta del sistema de salud a estas cuestiones.

Esta necesidad se incrementa en países de bajo y mediano ingreso, donde hay cifras significativas de migración, pues un manejo adecuado de la salud promueve el desarrollo económico y social tanto en la persona migrante como en el estado de acogida.

«Se deben implementar medidas para incluir y fomentar oportunidades entre aquellos niños que han sobrevivido a campos de refugiados y cruces fronterizos en riesgo»

  • Persisten retos importantes en la protección de niños migrantes

Respecto a la protección de los niños migrantes y refugiados se han constituido grandes avances. Entre ellos, figuran la instauración de guarderías y servicios legales gratuitos en los estados de acogida, o la existencia de un consenso sobre estándares mínimos en la materia, como el de impedir que niños y adolescentes migrantes sean sujetos de detención.

Aun así, quedan cuestiones pendientes que deben ser atendidas con urgencia. La violencia dirigida contra las comunidades de migrantes, incluidos los más jóvenes, debe ser erradicada y se deben potenciar las obligaciones de no discriminación. Asimismo, se deben implementar medidas para incluir y fomentar oportunidades entre aquellos niños que han sobrevivido a campos de refugiados y cruces fronterizos en riesgo. Finalmente, en el caso de niños no acompañados, debe garantizarse un acompañamiento en su proceso, así como que sus voces sean escuchadas y respetadas.

  • Uno de los principales retos para los países de acogida es la inclusión de las personas migrantes

Aunque la migración y la inclusión de cada persona es un fenómeno personal y contextual, los estados deben adoptar políticas que faciliten la plena inclusión y cohesión social. Estas deben estar caracterizadas por ser holísticas y no enfocarse en un único ámbito de desarrollo (como el laboral, por ejemplo); ser incluyentes, sobre todo en ámbitos como las exigencias lingüísticas, la participación en la política y la naturalización; e involucrar a los propios migrantes en su elaboración y evaluación. El riesgo de no seguir estos patrones va más allá de la no inclusión de las personas migrantes, sino que se puede socavar la cohesión de la propia sociedad de acogida.