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Notas informativas 25 de abril de 2017

De acuerdo a Ballón debemos partir por reconocer que el modelo de descentralización ha fracasado y en buena parte eso explica los crímenes cometidos por las autoridades regionales, pero también centrales.

“En Áncash en sentido estricto hay 3 presos: César Álvarez, Waldo Ríos y detenido, su sucesor, el vicepresidente acusado de falsificación de datos en su historia de vida. Yendo al fondo estamos frente a un descalabro del modelo de descentralización o más, precisa y profundamente, estamos frente al descalabro del estado peruano. Mi respuesta es que estamos frente al descalabro del estado peruano. ¿Podemos hablar del fracaso de este modelo ‘frankensteiniano de descentralización? Ciertamente, pero tenemos que hablar del descalabro de un sistema presidencialista en el que los últimos cuatro presidentes tenemos a uno preso, a otro relativamente fugado y a dos ya acusados. Más o menos estamos frente a un problema bastante profundo”, explica el antropólogo.

La consulta sobre las puertas traseras en el sistema que le dan cabida a la corrupción reaparece en Tiempo Global: ¿Qué hace que esta penetración por parte del crimen organizado sea fácil en varios niveles del estado y por supuesto en las regiones del país? “Creo que hay tres elementos. El primero tiene que ver con la enorme permisividad que tenemos como sociedad y que se va convirtiendo como en una especie de piel de chancho y el ejemplo más concreto está en Áncash con el caso de César Álvarez. Digamos desde el 2011-2012, era un lugar común hablar de la corrupción en Áncash y entonces mirarlo al presidente regional como sospechoso”. Los otros factores expuestos por el especialista en regionalización apuntan a los incentivos que da el estado, como el financiamiento de los partidos, y finalmente a la ausencia real de un sistema de control efectivo.  

“En un estado débil, incapaz de reformarse, con un sistema de partidos que no funciona, con una corrupción de larguísima historia en el país, es obvio que la descentralización estaba condenada al fracaso», enfatiza el investigador de Desco. «Entonces era una nueva idea que permitió un consenso inicial, era una buena idea sin mucha reflexión. Recordemos que es una demanda asentada en la historia de este país. Antes de este proceso de descentralización hubieron por lo menos 5 o 6 intentos previos, todos los cuales terminaron naufragando.” 

No se pierda esta edición de Tiempo Global a través de Zona PUCP. Puede escuchar aquí el programa completo:

(25.04.2017)