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Notas informativas 2 de mayo de 2017

Detenidos en la Plaza de la Memoria, construida en el 2007 en el campus de la PUCP. Sumidos en profundo silencio alrededor del Memorial «El Ojo que Llora». La travesía alrededor de Lima buscaba propiciar una reflexión, entre público nacional e internacional, sobre las formas en que los procesos de violencia marcan el espacio público.

Organizado por el IDEHPUCP y el Equipo de Antropología Forense (EPAF), la actividad se desarrolló el viernes 28 con motivo del XXXV Congreso Internacional de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA). Con seis puntos marcados en el mapa, este reconocimiento, que nace desde la acción de las víctimas y que acoge la universidad en su rol de centro de investigación y de responsabilidad social, aporta a las memorias individuales y colectiva como parte de la historia reciente de nuestro país.

Del Memorial de los Héroes de la Pacificación del Siglo XX a la placa en Honor del Coronel EP Juan Valer y el mismo Jirón Huanta, en Barrios Altos, donde miembros del Grupo Colina disparó contra 20 personas, aniquilando a 15 de ellas; son algunos de los sitios visitados durante el recorrido.

«La memoria se entiende como un proceso de reconocimiento a sectores de la población que han han sufrido el impacto de la violencia o que han sufrido el atropello de sus derechos fundamentales», indica el programa entregado a los asistentes de las ‘Rutas de la Memoria’.

El Cementerio El Ángel, lugar donde se perpetró uno de los primeros atentados con explosivos, fue otro sitio clave en la visita. Aquí el grupo en el Monolito en homenaje a los periodistas mártires de Uchuraccay. Este cementerio también alberga los restos de algunos de los estudiantes de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle (La Cantuta), ejecutados y desaparecidos por el Grupo Colina.

Otro de los puntos, fue el Monumento a los Mártires de la Policía Nacional, espacio que rinde homenaje a los policías que fallecieron durante la lucha contra Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amarú (MRTA).

La intensa jornada propuso a los asistentes el reto de reconocer a las víctimas en cada uno de los seis hitos del mapa, permitirse entender y experimental el recorrido como un acto de retribución simbólica para con las víctimas , brindándoles esa centralidad necesaria para la comprensión del conflicto en su dimensión social y política. Desde el mero ejercicio de «hacer memoria«.

(02.05.2017)