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Notas informativas 8 de diciembre de 2017

En las últimas décadas las comisiones de la verdad se han convertido en un instrumento recurrente en sociedades que emergen de situaciones de violencia armada o de autoritarismo represivo. Diversos en dimensión y con muy diferentes mandatos, estos mecanismos de investigación suelen ser creados como una manera de responder a los derechos de las víctimas y como una herramienta para la consolidación de la paz y de la democracia. Esta última función se deriva de las recomendaciones que las comisiones de verdad acostumbran hacer al concluir sus investigaciones y cuando presentan su informe final. Estas recomendaciones versan sobre una amplia diversidad de materias, pero en términos generales se refieren a tareas para la realización de la justicia penal, para las reparaciones a las víctimas y para la reforma de las instituciones. Entre las recomendaciones presentadas suelen figurar también aquellas relativas a la profundización de la búsqueda de verdad, las prácticas conmemorativas y el cultivo de la memoria.

Aunque las recomendaciones son uno de los productos más destacados de las comisiones de verdad, en realidad no es claro en qué medida estas son cumplidas. Se debe tener presente que las recomendaciones de las comisiones no tienen carácter vinculante, es decir, no son de obligatorio cumplimiento. Así, si bien ellas generan altas expectativas entre los sectores de la sociedad interesados en el proceso de conseguir justicia y verdad, en realidad no siempre reciben la misma atención de parte de los gobiernos.

Con el interés de conocer más cercanamente la situación de las recomendaciones, se desarrolló el proyecto “Beyond Words”, un estudio coordinado por el Instituto Michelsen, de Noruega, y en el que participaron diversas entidades académicas, entre ellas Idehpucp. El proyecto consistió en la observación del grado de cumplimiento de recomendaciones en diversos países de América Latina como Perú, Paraguay, Ecuador, Chile, Argentina, Brasil, Guatemala, El Salvador y otros.

El proyecto permitió registrar el cumplimiento mediante una clasificación de las recomendaciones y un seguimiento de su grado de implementación. En síntesis, se observó que estas no tienen un alto grado de cumplimiento. El análisis de las causas de este bajo cumplimiento señaló que estas son de dos grandes tipos. En gran parte, el bajo grado de cumplimiento se puede explicar por los tipos de recomendaciones que se hacen: mientras más genéricas son, menos cumplimiento se observa. Por otro lado, esto también se debe a factores externos o institucionales como la voluntad política y la capacidad de los gobiernos para realizar las medidas propuestas.

La etapa de investigación concluyó con los envíos de los informes sobre Ecuador, Paraguay y Perú desarrollados por los investigadores Félix Reátegui y Eduardo Hurtado, ambos del Idehpucp.  Con los registros de la información de los demás países participantes se está elaborando actualmente una publicación interpretativa integrada que será publicada en Noruega a mediados del 2018.