A pocos días del Día Internacional contra la violencia a la Mujer y la movilización nacional Ni Una Menos, compartimos la presentación magistral completa de Ana Güezmes, representante de ONU Mujeres México. En este texto, la especialista reflexiona sobre cómo la discriminación contra las mujeres y la desigualdad de género tiene su expresión extrema en los actos cotidianos y sistemáticos de violencia que se cometen contra ellas.
A nombre de ONU Mujeres, agradezco al Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (Idehpucp) y a la Maestría en Estudios de Género de la Escuela de Postgrado de la PUCP por esta invitación. Espacios como éste que propician la reflexión y el diálogo al interior de la academia y entre la misma e instituciones del Gobierno, la sociedad civil, las Naciones Unidas junto a invitadas internacionales, son cruciales para impulsar que el marco legal en materia de igualdad de género y políticas para el acceso a una vida libre de violencia, se conviertan en una realidad vivida para las mujeres y las niñas de nuestros países.
Me da mucho gusto regresar al Perú en una reflexión que iniciamos ya hace más de 20 años cuando señalábamos que los derechos de las mujeres son derechos humanos. Hoy más que nunca estoy convencida que crear un mundo con mayor igualdad, invertir en el empoderamiento de las mujeres y las niñas es el reto más decisivo y urgente de esta década, es un profundo cambio cultural y civilizatorio para lograr la igualdad real, y sin duda un factor clave para el crecimiento y el desarrollo sostenible de nuestros países.
Me gustaría reafirmar el sentido de urgencia, ello implicará un cambio radical, porque es la raíz lo que hemos de transformar, en la forma en que trabajamos. Se necesitan esfuerzos contundentes para que las mujeres puedan tener plena participación en la política, la economía, la cultura, la ciencia, y en todas las áreas de la sociedad. Y esta transformación democrática requiere que se unan los hombres y niños, como lo propone nuestra Campaña de HeforShe, porque la igualdad de género nos compromete como sociedad.
El cambio está ocurriendo pero requerimos que sea más rápido y sostenible. Perú, al igual que muchos de nuestos países en América tiene una oportunidad histórica: ha invertido en el avance educativo de las mujeres; las mujeres desempeñan profesiones que antes estaban prohibidas para ellas, ha construido el andamiaje jurídico e institucional para la igualdad y el empoderamiento de las mujeres; cuenta con la generación de mujeres con mayor talento, capacidad y empuje colectivo para participar. Sin embargo, las esperanzas de igualdad sustantiva, en los hechos, están lejos de verse realizadas. Por eso mi sentimiento es contradictorio, reconozco en esta sala a muchas pioneras, mujeres emblema del cambio, pero a la vez esperaba que en estos años que me han alejado del Perú los avances en la plena participación de las mujeres en la vida política, económica y cultural del país fueran notorios. Y sin duda el piso básico en el que se centra mi conferencia es la necesidad de garantizar el acceso de las mujeres y las niñas a una vida libre de todas las violencias que viven por el simple hecho de ser mujeres.
- Introducción
La discriminación contra las mujeres y la desigualdad de género tiene su expresión extrema en los actos cotidianos y sistemáticos de violencia que se cometen contra ellas. Estos actos tienen graves repercusiones en la salud, la libertad, la seguridad y la vida de las mujeres y las niñas. La violencia no es un problema de las mujeres sino de la sociedad en su conjunto, la violencia contra las mujeres es violencia contra la sociedad y contra la convivencia democrática. Para las Naciones Unidas, la discriminación, la violencia y la amenaza de violencia contra las mujeres es la violación más extendida de derechos humanos, socava el desarrollo de los países, genera inestabilidad en las sociedades e impide el progreso hacia la justicia y la paz.
