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Notas informativas 19 de julio de 2019

La primera semana del julio, la PUCP acogió a sesenta defensores y defensoras de derechos humanos de veinte países de Latinoamérica. En el marco del curso de formación se reunieron los y las expertos de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), apoyados por el Instituto de Democracia y Derechos Humanos (IDEHPUCP), con las personas defensoras de derechos humanos para discutir los desafíos más graves para la protección de los derechos en la región.

El curso se desarrolló alrededor de dos objetivos principales. En primer lugar, la presencia de especialistas de la CIDH brindó una excelente oportunidad a los y las participantes de profundizar su conocimiento sobre las herramientas del sistema interamericano. Desde las cuestiones más técnicas como los procedimientos para presentar una denuncia o petición, hasta preguntas sin respuestas satisfactorias como: ¿qué limitaciones tiene el sistema interamericano y cómo superarlas? A lo largo del curso, los y las participantes crearon una dinámica de reflexión crítica y colaborativa sobre la grave situación que actualmente atraviesa la defensa de los derechos humanos en el hemisferio occidental.

El segundo objetivo del curso emergió como una consecuencia lógica de la problemática de los talleres: no basta con la formación de sesenta defensores para enfrentar la crisis de derechos humanos en la región. La CIDH registró casi 3,000 postulaciones para el curso, lo que señala la gran urgencia de sensibilizar a la comunidad internacional sobre las diversas realidades de la sociedad civil latinoamericana. En este sentido, la admisión al curso ha sido un privilegio porque se pudo atender las dudas de los cursantes de primera mano. Asimismo, esta oportunidad se ha traducido en el deber de compartir el nuevo saber. Para responder a esta necesidad, la segunda fase del curso comprometió a los/as participantes a llevar a cabo réplicas de lo que se aprendió en sus comunidades locales.

Durante el desarrollo del curso se adoptaron diversas metodologías, lo que fomentó una enseñanza equilibrada. Cada taller fue realizado por un/a especialista en su campo, quienes intercalaron una parte expositiva y teórica con actividades de aplicación de los conocimientos. Por ejemplo, se realizaron los simulacros de audiencia ante la CIDH, a través de los cuales cada participante tuvo la oportunidad de desempeñar el papel de la Comisión, del peticionario o del Estado.

Gracias a esa experiencia, los/las participantes no solo pudieron practicar su participación en las audiencias, sino también pudieron apreciar las diferentes perspectivas y limitaciones de cada rol. Recordemos que el objetivo de mantener un sistema regional de protección de los derechos humanos no es sustituir los mecanismos nacionales, sino apoyarlos en los casos y debates difíciles, sobre todo, con el fin de fortalecer la democratización de sus instituciones públicas. Por lo tanto, los/as que interpretaron el rol del Estado en los simulacros pudieron experimentar los retos que enfrentan los Estados latinoamericanos como las restricciones presupuestales o de recursos humanos.

Ahora, para fomentar un real diálogo entre el Estado y la sociedad civil, sería importante que se fortalezcan también las capacidades de los/as funcionarios estatales de los países de la región, de manera que se puedan acercar ambas posturas. Es lamentable ver aún en la región la resistencia de algunos Estados contra los esfuerzos internacionales para mejorar los estándares de protección de los derechos humanos. Por ejemplo, la prohibición que mantiene Venezuela para que la CIDH realice visitas in loco, agudizando un sentimiento de desconfianza entre el Estado, la sociedad civil y la comunidad internacional. Asimismo, es alarmante el nivel de la criminalización y del hostigamiento sufrido por los y las activistas en la región. Como se comentó en varias ocasiones a lo largo del curso, Latinoamérica es la región con el índice más alto de asesinatos de activistas en el mundo.

En ese sentido, suprimir estas tendencias es de gran importancia. Mientras la relación entre los Estados y la CIDH continúe siendo “un matrimonio medio infeliz pero indispensable”, como lo advirtió el Comisionado de la CIDH Francisco José Eguiguren durante la conferencia inaugural del curso[1], cualquier mediación se caracterizará por la división de intereses en vez de erigirse como una tarea común.

A pesar de estos obstáculos, cabe destacar que el sentimiento prevalente a lo largo del curso fue alentador. A la hora de compartir sus diversas experiencias, los y las participantes del curso que representaban veinte países diferentes, y aún más perspectivas y cosmovisiones, se dieron cuenta de que no estaban solos en sus luchas porque realmente formaban parte del mismo movimiento. Fue una realización tanto iluminante como inspiradora por lo que la semana de eventos culminó con llamadas a unirse en una red de apoyo.

*Nota elaborada por Natalia Koper, pasante del Área Académica y de Investigaciones de IDEHPUCP. Natalia es estudiante de Derecho en la Universidad de McGill (Canadá) y tiene un Máster en Relaciones Internacionales de las Américas por la University College de Londres.


[1] El lunes 5 de julio se realizó la mesa inaugural y panel público “La defensa de los derechos humanos en las Américas: avances, desafíos y retrocesos” en el cual participaron representantes de la CIDH, el Estado, la academia y sociedad civil. Puedes acceder al vídeo del evento en el siguiente enlace: https://bit.ly/32DeqLZ