La movilidad de personas migrantes, solicitantes de refugio y asilo que habitan en Centroamérica se ha vuelto más amplia y compleja. Los flujos migratorios tradicionales han aumentado de manera notoria, en contraste con las políticas fronterizas dañinas que se han implementado en los últimos cuatro años en diferentes países. Estas políticas han normalizado condiciones de vida precarias, donde los niños crecen bajo la cotidianidad de los muros que dividen México de Estados Unidos.
En esta serie fotográfica se retratan los escenarios donde personas indocumentadas, víctimas de trata y tráfico, así como sus familias, se adaptan a dinámicas de supervivencia, exponiéndose a numerosos riesgos con el objetivo de lograr condiciones de vida dignas para ellos y sus seres querido
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