Los discursos de odio tienen un doble efecto: por un lado, disminuyen o deshumanizan a su objetivo; por otro, permiten que aquellos que piensan igual refuercen la sensación de que no están solos. En Perú, políticos, líderes religiosos, prensa y ciudadanos promueven este tipo de mensajes contra personas LGBTI.
Durante los años del terrorismo la incitación al odio contra las personas LGBTI escaló. Los grupos subversivos persiguieron, torturaron y ejecutaron a un número no calculado de mujeres trans y homosexuales en la selva peruana, por considerarlas inmorales para la sociedad. Crímenes que según la CIDH clasifican como violencia por prejuicio.
El Estado peruano no ha investigado la dimensión del odio. No sabe cuántas fueron las víctimas LGBTI en la Amazonía. Este reportaje recoge testimonios inéditos de personas trans y homosexuales que resistieron a los años del terror, pero también narra la continuidad de la violencia contra los colectivos de la diversidad sexual a manos de nuevos verdugos.
Puede encontrar más información al respecto en la web https://crimenes-silenciados.com
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