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30 de noviembre de 2021

Por: Grecia De La Cruz (*)

La pandemia modificó la dinámica de todos los programas de voluntariado, obligándolos a adaptarse a un trabajo a distancia y a prescindir de la tan valiosa interacción física. Es así que, tras un año en pausa para una necesaria reinvención, el Voluntariado IDEHPUCP retomó sus actividades en abril del 2021, esta vez de la mano con Hablemos Sin Tabúes: organización enfocada en la promoción de la educación sexual integral (ESI).

En el camino trazado en esta edición 2021 el equipo logró implementar un ciclo de talleres en un colegio sobre la ESI y, además, construir un manual de réplica para la implementación de este tipo de iniciativas. Esta última es una herramienta valiosa para reconocer el esfuerzo de iniciativas para estudiantes como la propuesta por Sin Tabúes y motivar a que más personas pongan en marcha proyectos con impacto social.

Para hacer todo esto posible, el equipo de voluntarios pasó por un ciclo de talleres a cargo de especialistas IDEHPUCP e inducciones metodológicas de Sin Tabúes; de esta manera, adquirieron la base sobre ESI y Derechos Humanos, fundamentales para su labor. Una experiencia que sin duda brindó al equipo un sinfín de aprendizajes, pero sobretodo lo acercó a una realidad nueva desde un enfoque diferenciado, fortaleciendo así su sensibilidad y responsabilidad con su entorno.

En palabras de una voluntaria

El voluntariado IDEHPUCP es un espacio de aprendizaje y diálogo donde se nos permite trabajar con otras organizaciones. ¿Cómo funciona este programa? Para explicarlo tomaremos como punto de partida el dictado de los talleres a los alumnos del Colegio de Alto Rendimiento Ucayali (COAR Ucayali).

Antes de cada sesión, realizamos una reunión previa en la que ‘Sin Tabúes’ explica el tema que se desarrollarán en cada taller. El manejo que tiene el grupo sobre ESI es amplio, junto al gran desenvolvimiento y su capacidad de transmitir confianza a sus oyentes motiva a cada uno de los voluntarios a seguir sus pasos: ‘Sin Tabúes’ nos enseña a enseñar.

El siguiente paso fue, tras seleccionar los temas, dirigirnos a una guía pre elaborada y detallada: una herramienta teórico práctica para diseñar el dictado dinámico de talleres y va acompañada de todo un equipo dispuesto a hacer realidad lo planeado. Al iniciar los talleres, nos topamos con que las estudiantes fueron muy participativas: en cada comentario o intervención demostraron cuánto conocen del tema y, sobre todo, sus ansias por aprender más.

Pese a que somos los voluntarios IDEHPUCP los que dictamos los talleres, somos nosotros los que aprendimos de los y las estudiantes, cada día ellos y ellas nos enseñaron algo nuevo, experiencias, sueños, miedos, dudas, que llevaremos siempre con nosotros y nosotras.

El aprendizaje también se dirige a los voluntarios

A título personal, como voluntaria, no solo he adquirido conocimientos sobre ESI, sino que también hice nuevos amigos y amigas de quienes aprendí mucho más que dictar un taller: también a cómo hacer sentir segura a una persona, en un espacio en el que pueda aclarar todas sus dudas libres de tabúes.

De la misma manera, aprendí la importancia del trabajo en equipo, el compromiso y, sobre todo, me ayudaron a ser parte del cambio, a que mi granito de arena en busca de una sociedad más informada, igualitaria y en el que se respete los derechos de la mujer, tome forma y se consolide en este gran proyecto que ahora IDEHPUCP y ‘Sin tabúes’ llevan a cabo.

El camino del voluntario

Como nueva voluntaria, podría comparar mi proceso con el ascenso por una escalera hacia el cielo, pues, naturalmente, los nervios del primer día son inevitables. Sin embargo, el carisma de todo el equipo, su motivación y compromiso impulsan a vencer los miedos y dar lo mejor de uno mismo.

De esta manera fue que poco a poco fui fortaleciendo mi confianza y desenvolvimiento. Este espacio que crean las chicas de ‘Sin Tabúes’ no solo busca impartir conocimiento teórico, sino también pretende ser un lugar seguro para los estudiantes, así como para los voluntarios: brindan la confianza para contar experiencias personales o sentirse identificada con las experiencias de otros participantes. Incluso, el miedo a equivocarse se disipa, pues he aprendido que equivocarse también es parte de aprender. Sé que el camino es largo y aún hay mucho que aprender, pero cada día me es más grato pertenecer a este gran proyecto que busca construir un Perú sin tabúes.

(*) Voluntaria en Idehpucp.