Por: Adriana Alzamora, integrante del área Académica
El pasado domingo 26 de enero volvía a casa luego de participar de un proceso electoral un tanto diferente: elecciones congresales extraordinarias. Debido al inclemente calor, al llegar, decidí prepararme una limonada.
Parece tan simple, aunque los pasos e insumos para preparar la limonada perfecta variará dependiendo de quien la prepare. Si se echa primero el azúcar, o si primero se exprime el limón. Algunas personas pensarán que resulta lo mismo realizar cualquiera de los dos pasos sin ningún orden particular. Sin embargo, otras creen que, en este caso, el orden de los factores sí altera el producto.
En este nuevo congreso, conformado por 130 congresistas divididos en nueve bancadas, cada una tiene su propia receta partidaria y, en algunos casos, una personal para “preparar la limonada perfecta”. Con tan solo un año y medio para legislar, el reto consistirá en determinar la receta por la que finalmente se optará.
Manteniendo la receta original
Para el presidente Vizcarra, el primer ingrediente de la agenda 2020-2021 debe ser la continuidad de la reforma política, es decir, la inmunidad parlamentaria, la reforma del financiamiento de las organizaciones políticas y la prohibición a sentenciados a ser candidatos.
Afirma que tres legislaturas son suficientes para aprobar las reformas propuestas por su gobierno, que de lograrse primero marcaría el inicio de una mejora sustantiva en la calidad de la democracia y de la política de nuestro país.
Para alcanzar ello, la exintegrante de la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política, Milagros Campos, considera que el primer paso sería que los partidos fijen posiciones a fin de empezar esta difícil tarea. En la misma línea, según Percy Medina, el primer verdadero reto requiere de un acuerdo político que implique plazos específicos y priorización.
No obstante, existen, a pesar de todo, factores que pueden alterar el producto final. El conteo de las actas al 100% muestra que ninguna bancada cuenta con una mayoría absoluta (mitad más uno de congresistas) o calificada (dos tercios del número de congresistas). Esto significa que, a diferencia del Congreso anterior, se necesitarán establecer alianzas o consensos multipartidarios para la elección de la Mesa Directiva, para aprobar o modificar una ley orgánica, o aprobar leyes de reforma constitucional. Cómo se configurará este panorama solo se sabrá cuando comience el periodo. Asimismo, el tiempo es un factor clave en esta instancia, pues para aprobar reformas constitucionales, tal como se necesita para algunos puntos de la reforma política, además de una mayoría calificada, se debe dar una votación en dos legislaturas distintas.
Para agregar complejidad a lo que se viene, se tiene que tomar consideración que cada bancada llega con sus propios «ingredientes secretos» (agendas personales), de las cuales solo mencionaremos algunas posturas. Por ejemplo, Luis Roel, congresista virtualmente electo por Acción Popular (AP), señaló que como partido se acordó que iban a continuar con la reforma política.
Consideran que se debe aprobar la bicameralidad, ya que es una propuesta que Acción Popular históricamente ha planteado; así como “reducir la inmunidad parlamentaria al mínimo”. En una línea similar, el líder de Alianza para el Progreso, César Acuña declaró que buscarán la gobernabilidad y consenso en temas como la reforma política y judicial. Señaló que van a ejercer control frente al Ejecutivo, pero no buscarán enfrentamientos. Lo mismo que señaló Francisco Sagasti del Partido Morado al mencionar que tomaran como base la Comisión y en debate se harán algunas precisiones.
Mezcla sorpresiva
Por su parte, tanto el FREPAP, Fuerza Popular, Frente Amplio y Unión por el Perú (UPP) llegan con una fórmula diferente. La segunda fuerza electa, FREPAP, considera que propuestas como la reducción de la jornada laboral, la revocatoria al cargo de congresista y la eliminación de la inmunidad parlamentaria son los «ingredientes ideales». Sin embargo, el consenso entre todos sus integrantes es cuestionable, pues se sabe que existen pugnas internas que lo podrían desestabilizar.
De acuerdo con Diethell Colombus, virtual congresista del fujimorismo, la reforma política es importante pero no prioritaria para la población, como sí lo es la seguridad ciudadana. Mientras que UPP considera como más prioritarias en la agenda a la lucha anticorrupción y la seguridad ciudadana. Asimismo, su virtual congresista Chagua Payano señaló que tienen en su agenda establecer una amnistía para Antauro Humala. Para Enrique Fernández del Frente Amplio, la reforma política no es lo más importante, como bancada, según Farid Matuk, buscarán revisar los decretos de urgencia emitidos por el Ejecutivo que vulneran los derechos laborales.
Frente a lo mencionado, se complica la agenda en común que busca el Ejecutivo, pues, tal como menciona el analista político Enrique Castillo, “la reforma no es necesariamente la agenda prioritaria de varios de los partidos. […] yo creo que habrá varios puntos en los que se pueda coincidir, pero conforme pasen los días van a aparecer otros puntos en la agenda del Congreso y en determinado momento el Congreso tendrá su agenda propia, una que difiera a las necesidades del Presidente”. De este modo, puede ser que se demoren en concertar la prioridad de los temas, lo cual resulta peligroso, debido al limitado tiempo con el que cuentan.
Quince meses puede ser poco tiempo para abordar reformas importantes, pero dependerá de los objetivos reales que cada partido o congresista tengan en mente.Solo ellos saben qué receta a elegir.