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Editorial 4 de junio de 2024

Esta semana se desarrollará el Seminario Regional Latinoamericano “La filosofía frente a los Derechos Humanos hoy” impulsado por la Confederación Mundial de Facultades de Filosofía de Universidades Católicas (COMIUCAP) y organizado este año por IDEHPUCP y el Centro de Estudios Filosóficos de la PUCP. 

El tema de esta reunión corresponde a una muy desafiante situación mundial, regional y también nacional. Se trata de la tendencia regresiva en materia de democracia y derechos humanos que se manifiesta internacionalmente desde hace unos años, expresada de la manera más concreta en el surgimiento de liderazgos autoritarios y populistas, así como en la erosión del consenso internacional alrededor del multilateralismo. Ahí donde antes se consideraba seguro el acuerdo sobre la defensa de la vida y la dignidad humana y se estimaba plausible el avance hacia políticas mundiales cada vez más humanitarias, ahora se encuentran rechazos explícitos a los ideales de inclusión, diversidad y equidad, discursos de líderes abiertamente xenófobos, racistas y despectivos hacia la población más vulnerable, y una preferencia creciente por la acción unilateral, por el conflicto, por la ley del más fuerte a expensas del derecho internacional.

Este fenómeno suele ser discutido, como es comprensible, considerando fundamentalmente su dimensión política y su basamento social. Se habla de la manera cómo se han deteriorado paulatinamente las formas en que se tramitaba la política hasta hace pocas décadas –a través de sistemas de partidos con idearios y programas—y el modo en que el colapso de ese sistema ha dado lugar al surgimiento de liderazgos personalistas que buscan su éxito en el radicalismo. Se considera también cómo ciertas transformaciones y fenómenos transnacionales que son percibidos como amenazantes, han preparado a amplias porciones de la población en diversos países para aceptar tales liderazgos. En algunos casos se habla de amenazas reales, como puede serlo el terrorismo; en otros casos, esas amenazas percibidas son, en realidad, procesos de transformación social (migraciones, reconocimiento de derechos de colectividades antes excluidas, políticas contra el cambio climático) que ciertos grupos conservadores rechazan.

Esas interpretaciones de los caminos que nos trajeron a la situación actual resultan persuasivas en sus propios términos, pero cabe preguntarse además por otras dimensiones de la cuestión que la sitúen en una perspectiva histórica más amplia. Surge así la pregunta sobre la época y sobre las transformaciones en el plano de las ideas y valores, de las representaciones del mundo y de la interacción humana, que han conducido a fragilizar los consensos alcanzados en una porción considerable de la comunidad internacional desde fines del siglo pasado. Son, pues, preguntas de orden histórico y filosófico las que corresponde hacerse para darle otra proyección a las explicaciones con las que contamos actualmente. 

La cultura de los derechos humanos descansa sobre un complejo de desarrollos jurídicos o normativos que a su vez reflejan un conjunto de convicciones y compromisos en la política internacional. Pero tanto el Derecho como las relaciones internacionales son tributarias de sistemas de ideas y valores. Un trabajo integral en favor de los derechos humanos reclama, por ello, explorar las raíces o sustentos de esa idea y también de las ideas que, como en nuestro tiempo, conspiran contra aquella. Las respuestas duraderas a los males de nuestro mundo solo pueden venir de una reflexión sobre los fundamentos de los derechos humanos y de las fuerzas y tendencias que se oponen a su defensa y promoción. Ese es en gran medida el sentido de la discusión que IDEHPUCP, el Centro de Estudios Filosóficos de la PUCP y COMIUCAP proponen en este encuentro.