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Editorial 31 de octubre de 2023

Cuando se produjo el criminal ataque masivo de Hamas a población civil israelí hace dos semanas, fue completamente previsible que la respuesta del gobierno de Israel sería devastadora. Los precedentes lo hacían predecible. Y, de hecho, esa respuesta dirigida contra la población palestina de Gaza estaba en los cálculos del propio Hamas.

Hubo, por ello, advertencias en la comunidad internacional en un sentido fundamental: si las acciones terroristas de Hamas eran absolutamente condenables y si el Estado de Israel tiene el derecho de defenderse, era imperativo que se respetara normas humanitarias esenciales como lo son, en primer lugar, la obligación de no atacar a la población civil.

Esas advertencias no fueron atendidas y lo que se está produciendo en Gaza, bajo el ataque de las fuerzas israelíes, es una auténtica catástrofe, una gravísima crisis humanitaria, en la cual se están cometiendo graves delitos internacionales.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha llamado la atención con toda claridad sobre esta trágica situación al hablar sobre el castigo colectivo contra el pueblo palestino de Gaza mediante “el corte del suministro de agua, alimentos, combustible y electricidad”, al que califica de crimen de guerra, así como el uso de armas explosivas de largo alcance que ya han causado la muerte de millares de civiles palestinos.

En este contexto tiene particular importancia la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la que se demanda una tregua humanitaria inmediata, al mismo tiempo que se exige la liberación de todos los civiles cautivos por Hamas.

En el actual estado de la situación esa demanda no tiene visos de materializarse. El rechazo de Israel es tajante, y cuenta con el respaldo de los Estados Unidos. Y tampoco hay signos de atención a los señalamientos de que están cometiendo crímenes internacionales, los que también han sido cometidos por Hamas, al desencadenar este desgraciado momento.

En estas circunstancias, las demandas de la comunidad internacional deben centrarse en el cometido humanitario y enfatizar en la protección de las víctimas de Hamas y en las víctimas de la respuesta Israel.