Ir al contenido principal Ir al menú principal Ir al pie de página
Análisis 25 de febrero de 2025

Desde la nueva elección del presidente de Estados Unidos Donald Trump, en noviembre de 2024, se sabía que empezaba una nueva era en la geopolítica mundial y ello fue confirmado en las primeras semanas de su mandato, en enero de 2025. En este texto aporto datos y análisis sobre el nuevo (des)orden mundial que hemos iniciado, exponiendo en primer lugar los efectos en Estados Unidos, y luego en el resto del mundo, en particular las graves implicaciones de la alianza entre Trump y el dictador Vladimir Putin, posición inaudita que implica la destrucción del orden político internacional que regía el mundo después de la Segunda Guerra Mundial, y el inicio de un periodo de anarquía que afectará en primer lugar a Ucrania y a Europa, pero también al resto del mundo globalizado en el que vivimos.

En efecto, el nuevo presidente estadounidense ha lanzado una ola de medidas antidemocráticas, irrazonables y abiertamente autoritarias tanto en política interna como en política internacional que perturban a su país y, dado su rango de primera potencia económica y militar, al mundo entero. El iliberalismo se ha instalado en Estados Unidos; se trata de una ideología política que critica los valores liberales y progresistas que estuvieron en la base de la emergencia de los Estados modernos.

De acuerdo con la historiadora Marlène Laruelle, el iliberalismo considera que la soberanía del Estado-nación es primordial y no puede estar limitada por leyes o instituciones supranacionales; la sociedad no puede funcionar sin autoridad moral, pero si las instituciones democráticas son consideradas disfuncionales o capturadas por las élites woke (progresistas) entonces se debe imponer el nuevo orden autoritariamente; las leyes deben estar hechas para las mayorías, no para las minorías; las sociedades deben ser homogéneas culturalmente, los extranjeros pueden integrarse vía la asimilación, no pidiendo el multiculturalismo; las normas culturales concernientes a la familia, el sexo y el género no pueden evolucionar rápidamente. Estos son los valores reivindicados por los partidos de ultraderecha del mundo actual. En el plano internacional, el iliberalismo está marcado por el retorno del poderío, la propaganda (fake-news[i]) y el uso de la fuerza militar. Las potencias compiten por decidir el futuro del planeta sin tomar en cuenta a los otros países. Las negociaciones ignoran los valores morales y el derecho internacional que se consideran liberales-progresistas y contrarios a los intereses nacionales. En fin, para dominar a los países competidores se utiliza el “acceleracionismo”, idea que considera que la velocidad es necesaria para destruir el statu quo y tomar por sorpresa a los competidores (Le Monde, 24 de febrero de 2025[ii]).

El iliberalismo se concreta con gran rapidez en la nueva administración de Estados Unidos. Veamos las principales medidas adoptadas:

• A nivel interno, el mismo día de su investidura, el 20 de enero, Trump concedió la gracia presidencial a cerca de 1,500 atacantes del Capitolio el 6 de enero de 2021, que protestaban con armas y con el apoyo de Trump contra la victoria de Joe Biden. Muchos de estos asaltantes eran dirigentes de grupúsculos de extrema derecha o abiertamente pronazis y habían herido una centena de policías.

• Se ha iniciado además el control total del sistema estatal federal, considerado demasiado burocrático e incompetente. Para “disminuir el costo financiero”, se han despedido a miles de empleados de agencias federales, incluyendo el FBI, la CIA, el Pentágono, el sistema de salud y el servicio postal; lo cual implica una era de pobreza para miles de familias. Todo ello bajo el liderazgo de Elon Musk, multimillonario de origen sudafricano, propietario de Starlink, de Tesla y de la red social X, que se ha convertido en el principal consejero del presidente, su brazo derecho, aun cuando no haya sido elegido en las urnas, y pese a que su adhesión a la extrema derecha y al nazismo es explícita, como se evidenció en el saludo nazi que hizo Musk en la ceremonia de investidura de Trump. Este 21 de febrero, Steve Bannon, exconsejero de Trump, hizo otro saludo nazi en la reunión de extrema derecha Conservative Action Conference (Le Monde del 21 de febrero).

Conferencia de prensa en la Casa Blanca, Musk, su hijo y Trump, 12 de febrero de 2025 (The South African)

• Asimismo, USAID, instancia que aportaba ayuda humanitaria a cientos de países que sufren por la guerra, desastres naturales y otras calamidades, ha sido cerrada. Millones de personas que dependían de esta agencia estadounidense —en Ucrania, en Gaza, en varios países latinoamericanos, africanos y del sudeste asiático—han quedado abandonadas.

• A inicios del mes de febrero, Trump firmó otro decreto para imponer un arancel de 25% a los productos importados de Canadá y de México y de 10% a los productos de China, medidas que presentó como destinadas a reducir el déficit comercial, la inmigración ilegal y luchar contra el tráfico de droga (cocaína y fentanilo). También ha amenazado con imponer aumentos de aranceles a la Unión Europea. Canadá y México han negociado el retardo de un mes para aplicar estas exigencias. Los efectos de aumento de aranceles conciernen los países citados, pero también producirán inflación y aumento de precios de productos de primera necesitad en Estados Unidos (40% de las verduras y frutas proviene de México). Una nueva guerra comercial ha empezado con efectos desastrosos por venir.

Las decisiones políticas y comerciales que conciernen el continente americano han destruido las relaciones cordiales entre Estados Unidos y los países vecinos inaugurando una era de desorden en las convenciones que reglamentaban, hasta enero de este año, el comercio internacional. Las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), creada en 1995 para regir el comercio internacional, han sido totalmente ignoradas y no se sabe aún cómo serán manejados los intercambios comerciales.

• Además, el régimen de Trump ha empezado las expulsiones masivas de personas sin permiso de estadía en Estados Unidos, que son capturadas en cualquier lugar y expulsadas con cadenas a sus países, en particular a los países latinoamericanos, sobre todo México, los países de América Central y también al Perú. Entre el mes de enero y el 5 de febrero se expulsaron 4,745 latinoamericanos, entre los cuales 4,094 eran mexicanos (Statista, 6 de febrero de 2025). Hasta hace unos días, 270 peruanos fueron expulsados (Infobae, 15 de febrero de 2025).

• En el plano internacional, Trump ha explicitado sus planes de expansionismo ofreciendo “comprar” Groenlandia, isla autónoma protegida por Dinamarca (con una extensión que duplica a la del Perú) poseedora de riquezas minerales importantes. También propuso a Canadá que “se integre” a los Estados Unidos como el Estado n° 51. En esa misma línea imperialista, Trump ha declarado que el Canal de Panamá debe ser “controlado” por Estados Unidos dado que han financiado su construcción. Tanto Canadá como México y Panamá han respondido con energía a las amenazas expansionistas e irracionales de Trump.

Estas medidas han sido impartidas como decretos del Poder Ejecutivo, sin que hayan sido sometidas a debate y aprobación en las Cámaras del Congreso, como es normal en los países democráticos. Los diputados y senadores del Partido Republicano no se han manifestado en contra, apoyando así la política iliberal de Trump. Este hecho explicita el extraño funcionamiento de la democracia en Estados Unidos, la debilidad del parlamento y el poderío aparentemente ilimitado del presidente. Actualmente el Partido Demócrata no tiene un/a dirigente que lidere la oposición, y solo algunos miembros, como el senador Bernie Sanders[iii] y la congresista Alexandria Ocasio Cortez[iv] alzan sus voces de protesta y de denuncia.

El Poder Judicial es la única instancia que puede representar un contrapeso al régimen de Trump y algunos jueces ya han emitido frenos a los decretos anunciados por no estar conformes a la ley y a la Constitución. Hasta ahora, la sociedad estadounidense sigue dividida entre los progresistas demócratas, que realizan marchas de protesta, y los republicanos-iliberales.

Las guerras en Gaza/Israel y la CPI

Durante su campaña electoral, Trump prometió obtener rápidamente “acuerdos de paz” en los dos principales conflictos bélicos en curso, en Gaza-Palestina/Israel y en Ucrania/Rusia. Pero nadie esperaba  que su propuesta fuera simple y llanamente imponer el alto al fuego en alianza con los países agresores. Trump ha declarado en efecto que es necesario tomar el control de Gaza “limpiarla” de los escombros de la guerra [las bombas son y siguen siendo sobre todo de fabricación estadounidense], “desplazar” a sus 2,1 millones de habitantes a Jordania y a Egipto [que reciben un alto nivel de ayuda estadounidense] y construir una “Riviera oriental” en Gaza destinada al turismo internacional, en los escombros de un país y con miles de muertos bajo tierra.

Evidentemente, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ha declarado estar totalmente de acuerdo con ese plan que es el sueño dorado de los supremacistas judíos y de la extrema derecha de Israel. Ocupar Gaza e incluso Cisjordania (territorio ocupado y autónomo) es el plan que tienen los partidarios del “Gran Israel”. Estos anuncios han desatado condenas en muchos países de Oriente Medio y de Europa; además, Jordania y Egipto ya han anunciado que no permitirán que los palestinos de Gaza sean desplazados por la fuerza (un crimen contra la humanidad) a sus países. Por ahora los acuerdos de cese del fuego son respetados, con interrupciones debidas a los ataques israelíes en Gaza y en Cisjordania. La segunda parte de la tregua debe empezar en marzo. Esperemos que el alto al fuego se respete y que se pueda empezar la reconstrucción de Gaza luego de la muerte de más de 48 mil palestinos, en su gran mayoría mujeres y niños (Villasante, Boletín del IDEHPUCP, 11 de noviembre de 2024[v]).

Asimismo, reanudando con sus ataques frontales a las agencias internacionales, sobre todo aquellas que pertenecen a la ONU[vi], el 6 de febrero, Trump ha firmado un decreto que sanciona a la Corte Penal Internacional (CPI), imponiendo “consecuencias tangibles e importantes” a las personas responsables de “transgresiones”. Esta orden es una represalia al mandato de captura del primer ministro israelí Netanyahu emitido por la CPI el 21 de noviembre de 2024. Por su parte, Netanyahu ha saludado el decreto que “defiende a Israel de esa corte antisemita y corrupta”. En concreto, las sanciones conciernen a las personas que participan en la encuesta de la CPI sobre los crímenes cometidos en Gaza, es decir los miembros de ONG, abogados, funcionarios de la CPI que se ven tratados como criminales. En marzo de 2023, cuando Putin fue inculpado de crímenes contra la humanidad por la CPI, varios jueces de la CPI se encuentran con una orden de captura en Rusia. Los Estados Unidos hacen lo mismo, acusando la CPI de acciones “ilegitimas y sin fundamento contra Estados Unidos y nuestro aliado cercano Israel.” Horas después este anuncio, 79 países (entre los cuales están Alemania, Canadá, Francia, Reino Unido) han publicado un anuncio de apoyo total a la CPI, comprometiéndose a asegurar la continuidad sus actividades. Los Países Bajos y la Unión Europea han asegurado igualmente garantizar el buen funcionamiento de la CPI cuya sede se encuentra en La Haya (Le Monde, 8 de febrero[vii]).

En ese contexto, el 13 de febrero, el Departamento del Tesoro anunció haber impuesto sanciones contra el procurador de la CPI, Karim Khan, de nacionalidad británica. Él y su familia, así como todas las personas que han contribuido en las encuestas “contra Israel” no pueden ingresar a Estados Unidos; además, todos los haberes que tienen en Estados Unidos han sido bloqueados. La CPI ha condenado esas medidas, idénticas a las que Trump tomó contra la exprocuradora Fatou Bensouda, anuladas por el expresidente Joe Biden en 2021 (Le Monde, 13 de febrero).

La destrucción del orden internacional: Estados Unidos se alía a Rusia contra Europa

El gobierno de Trump ha esperado la Conferencia de Múnich, del 14 al 16 de febrero —que reúne cada año a los países del Norte para discutir de relaciones diplomáticas y de defensa—, para hacer pública su posición absurda que destruye la relación transatlántica, base del sistema internacional desde 1945.

El vicepresidente J. D. Vance hizo un discurso autoritario y hostil, de extrema derecha, en el marco de la lamentable ideología MAGA [Make America Great Again[viii]]. En particular, afirmó que los enemigos de Europa no eran Rusia o la China sino su “enemigo interior”; acusó a los dirigentes europeos de ser “liberticidas” y los comparó a los comisarios políticos soviéticos, abogando por una “desregulación” total, sobre todo en las redes sociales que han adquirido una relevancia excepcional en el mundo actual.

El vicepresidente J. D. Vance en Múnich, 14 de febrero de 2025 (India Today)

¿Por qué profirió esas injurias? Porque en la ideología iliberal de Trump y de sus seguidores de extrema derecha la “libertad” implica la autorización a la “libre expresión” de las ideas racistas, homofóbicas, anti-woke (del verbo inglés wake, despertar, concepto que describe el ‘despertar ante la injusticia social y la igualdad’) y masculinistas (un concepto equivalente a machista). La ideología de la extrema derecha niega la preeminencia de la noción de libertad que debe respetar a las personas, a las leyes y normas morales, base de la civilización humana; y defiende la inexistencia de restricciones o límites, es decir un libertinaje que no toma en cuenta los derechos personales, la moralidad y las leyes en uso. Por ello defienden los derechos de los más fuertes, hombres y dictadores, y la raza blanca. En Europa, y en otros países democráticos, los discursos y prácticas contrarias a los derechos humanos y a los derechos cívicos son condenadas y consideradas delitos graves que incluyen penas de prisión.

Asimismo, al margen de la Conferencia, Vance tuvo una reunión con el partido de extrema derecha alemán Alternativa para Alemania (AFD), y se negó a ver al canciller Olaf Scholz (Partido social demócrata), en el contexto de las elecciones legislativas del 23 de febrero de 2025[ix]. Scholz y varios dirigentes alemanes y europeos han condenado esta acción, una muestra patente de la injerencia de Estados Unidos en una campaña electoral europea, algo inadmisible entre países “aliados”.  

Pero lo más grave fue el anuncio de Vance sobre los aportes de Estados Unidos a los fondos de la OTAN movilizados desde que Rusia invadió Ucrania pretendiendo “recuperar su territorio” en febrero de 2022. Vance indicó que Europa debe aumentar radicalmente su aporte a la OTAN pues su país debe destinar esos fondos a otros asuntos urgentes (Le Monde del 17 de febrero de 2025[x]).

Mapa de los países europeos y de los miembros de la OTAN [en verde claro] (Sitio de la OTAN)

En Múnich, los países europeos han tomado conciencia, muy tardíamente, de que su dependencia de Estados Unidos desde 1945 para asegurar su defensa es nefasta. En efecto, después de la Segunda Guerra Mundial y la época de Guerra Fría que le siguió, los países aliados de Europa consideraron que una nueva agresión de un país autoritario no iba a producirse nunca más pues la paz se había conseguido ad vitam aeternam. Mientras en Estados Unidos la industria militar siguió en expansión, en Europa los esfuerzos económicos e ideológicos se concentraron en la reconstrucción, en la educación, en la industrialización de bienes de servicio, en una palabra, en el “bien general” y en la afirmación de la democracia, de los derechos humanos y cívicos, pilares del nuevo orden mundial hasta hoy.

Durante 75 años el espectro de una guerra masiva desapareció en el modo de vida europeo. Nadie imaginaba que luego de la muerte de más de 60 millones de personas, civiles y militares, durante la Segunda Guerra Mundial se podría vivir otra conflagración destructiva a gran escala; sobre todo porque el “comunismo soviético” había sido desmantelado entre 1989 y 1991. Pero Vladimir Putin demostró que los dictadores, las ideologías neoimperialistas, y las guerras masivas pueden volver siempre.

El plan de Putin es explícito: hacer renacer el Imperio ruso y su heredera, la Unión Soviética, retomar bajo su control a las antiguas repúblicas soviéticas que se independizaron luego de 1989, Ucrania en primer lugar, pero también los Países Baltos (Estonia, Letonia y Lituania) y Moldavia. En Europa ese plan no ha sido tomado muy en serio hasta ahora. El presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, ha repetido en muchas ocasiones que Putin no se contentaría con haber ocupado Crimea en 2014 —ante la inacción total de Europa y la incapacidad de la ONU de hacer respetar el orden mundial— y que luego de Ucrania continuaría la ocupación de los Países Baltos, Moldavia, Finlandia e incluso Polonia.

El presidente Macron y el presidente Zelenski en París, el 8 de febrero (France Inter)

En esta guerra lamentable que empezó hace tres años las cifras de fallecidos son muy altas. El servicio ruso de la BBC y el media Mediazona plantean 90,019 soldados rusos fallecidos; en cambio las estimaciones militares de Ucrania consideran que entre 138,500 a 200,000 soldados rusos han muerto desde hace tres años. Además, las fuerzas rusas han ocupado 3,985 km2 en Ucrania del Este (Geo, 28 de enero de 2025). Según los servicios británicos Rusia pierde 1,523 soldados por día, muertos o heridos. El término “carne de cañón” es tristemente claro para evocar el desdén por la vida de los soldados rusos. Por su parte, el gobierno ucraniano no ha publicado la cifra de sus pérdidas humanas (BBC News, 1ro de enero de 2025).

Antes de la Conferencia de Múnich, Trump ya había empezado a poner en práctica su plan de alianza con Putin, un personaje al que él admira y al que conoció cuando accedió al poder en Rusia en 2000, en el marco de sus proyectos inmobiliarios en Moscú. El 12 de febrero Trump habló por teléfono con Putin sobre el “fin de la guerra en Ucrania”. Este acercamiento inédito entre dos presidentes autoritarios y despóticos, con claros deseos de realizar un nuevo reparto del mundo, como en los siglos XIX-XX, fue recibido con estupefacción y temor en Ucrania y en Europa. Otros regímenes autoritarios alistan sus propios planes de invasión (en particular China a Taiwán). Por lo tanto, no nos dirigimos hacia la Corte Penal Internacional de La Haya para juzgar a los criminales de guerra rusos (recordemos que la CPI ha acusado Putin por crímenes de guerra en marzo de 2022)[xi], sino hacia una nueva Conferencia de Yalta [1945] entre “dirigentes fuertes” que se reunirán para dividirse el mundo (Novaïa Gazeta Europe, Courrier International, 16 de febrero[xii]).

Una nueva era imperialista se confirmó el 18 de febrero con la reunión de representantes de Trump (Marco Rubio) y de Putin (Serguei Lavrov ministro de Relaciones exteriores) en Riad, Arabia Saudita. En ella el príncipe Mohamed ben Salmán confirmó su aspiración a ser una potencia regional. Los estadounidenses han declarado que en esta reunión hablaron de la “paz en Ucrania” sin la participación de los ucranianos ni de los europeos, dejando muy clara su intención de reforzar su alianza con el régimen ruso de Putin. Las dos potencias han acordado designar equipos para trabajar sobre el fin de la guerra en Ucrania y preparan una pronta reunión entre Putin y Trump.

Asimismo, Rusia ha reiterado su total oposición a las demandas de Ucrania de adhesión a la OTAN y a la Unión Europea, y a todo despliegue de tropas de la OTAN, de la UE o de “otros países” en la zona en conflicto. Putin teme en efecto que algunos países como Francia y Reino Unido envíen tropas a Ucrania, un tema en discusión actualmente.

En el fondo, los estadounidenses quieren retirarse de la OTAN, considerando que es muy costoso defender Europa y que si encuentran una manera de negociar con Putin podrían repatriar una parte de sus efectivos militares desplegados por la OTAN; actualmente más de 150,000 soldados en varios países europeos (Alemania, Italia, Reino Unido, Francia) y en Turquía. Según Marco Rubio, ello permitiría consagrar más recursos contra China, que consideran como su principal “amenaza”. Según Kori Schaque, exconsejera de seguridad nacional de George Bush, “es una deplorable inversión de 80 años de política extranjera norteamericana”. Por su parte, el especialista en temas internacionales Peter Baker considera que esta reunión de dos superpotencias se asemeja al Congreso de Viena [1815] o a la Conferencia de Yalta [1945] de la actualidad (New York Times, 20 de febrero[xiii]). Recordemos que en esas reuniones diplomáticas se recompusieron las fronteras entre los Estados europeos; en Yalta (Crimea), los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill (Reino Unido), Franklin Roosevelt (Estados Unidos) y José Stalin (Unión Soviética) se repartieron las zonas de influencia y acordaron estabilizar la paz en Europa. Las ocupaciones neocoloniales o “zonas de influencia” tienen bases económicas evidentes. Actualmente, Estados Unidos pretende apropiarse de Groenlandia, un país rico en minerales, y controlar las minas de minerales y tierras raras de Ucrania. Trump pretende “hacer pagar” a Ucrania los millones de dólares que han gastado en su defensa a cambio de un acceso ilimitado a sus riquezas mineras. El presidente Zelenski ha expresado su total oposición, pero parece dispuesto a negociar un acuerdo justo para su país a cambio del apoyo militar de Estados Unidos. 

El lunes 17 de febrero de 2025, el presidente francés Emmanuel Macron ha convocado a una reunión informal de los países más importantes de Europa y el Reino Unido para hacer frente al retiro anunciado de Estados Unidos de la OTAN. Si todos los países reunidos reconocieron la urgencia de seguir apoyando a Ucrania contra la agresión rusa, las discrepancias fueron evidentes en lo que concierne el envío de tropas al frente ucraniano. El 19 de febrero tuvo lugar otra reunión con 19 jefes de Estado y de gobierno de países miembros de la Unión Europea y de la OTAN (Noruega, Canadá, Islandia), sobre todo en video conferencia. El presidente Macron anunció que la “posición de Francia y de los países invitados es clara; deseamos que se instale una paz durable en Ucrania. Estamos convencidos de la necesidad de aumentar los gastos en defensa y seguridad en nuestros países. Nuevas decisiones serán tomadas en los días y semanas por venir.” (Courrier International del 20 de febrero).

Reunión de dirigentes europeos, del jefe de la OTAN y de los líderes de la UE, Paris, 17 de febrero de 2025 (Centre presse.fr)

Para mantener la presión sobre Putin, los 27 embajadores de la Unión Europea han aprobado una serie de sanciones contra Rusia, se trata del paquete n° 16 de restricciones desde febrero de 2022[xiv]. El tema central en discusión actualmente es cómo restructurar la defensa europea ante la alianza inesperada entre Estados Unidos y Rusia, y el probable abandono de Estados Unidos de la OTAN en sus bases de Europa. Dada la gravedad de esta situación, inédita desde 1945, se está reflexionando en la creación de una nueva coalición de países “voluntarios” dispuestos a participar activamente en la defensa de Ucrania y de Europa, al margen de la OTAN. El presidente Macron y el Primer ministro británico, Keir Starmer, son presentados como las figuras centrales de esta nueva coalición en ciernes, ambos han evocado abiertamente la posibilidad de enviar tropas a Ucrania, tema espinoso para los otros países europeos. Además, han sido invitados por Trump a una reunión para poner fin a la guerra en Ucrania la semana del 24 de febrero.

Reflexiones finales

• El periodo inaugurado por la nueva presidencia de Estados Unidos es de suma gravedad para ese país, para Ucrania, para Europa y para el resto del mundo. En medio de los problemas graves causados por el calentamiento climático y por los desastres naturales que provocan muertes y destrucciones masivas, la grave crisis política, comercial y financiera provocada por Trump es lamentable e inesperada. En vez de luchar por nuestro planeta y por la mejora de las condiciones de vida de millones de personas de los países del Sur, forzadas a emigrar para sobrevivir, se vuelve a la era de las guerras bárbaras, a los regímenes dictatoriales y autoritarios que no respetan ninguna norma internacional. Las similitudes con la situación que prevaleció en los años 1930 en Europa, con la expansión del populismo nacionalista, del fascismo y del nazismo, son preocupantes.

• Aunque la recomposición de la política en Ucrania y en Europa ante la amenaza de los regímenes autoritarios de Trump y de Putin recién esté empezando, se avizora que la industria militar va a resurgir con fuerza, en detrimento de los sectores de educación, de salud y de ecología. Una nueva era de guerra abierta es posible, aun cuando sea muy difícil imaginarla en la actualidad. América Latina debe empezar a tomar conciencia de esta situación compleja que va a influir directamente en nuestras relaciones con Estados Unidos y con China, dos potencias antidemocráticas y ávidas de expansión. (*) Doctora en antropología


[i] Las “noticias falsas”, que en lenguaje político corresponden a la propaganda de los regímenes populistas y extremistas, son vehiculadas en las principales redes sociales GAFAM (Google (YouTube), Apple, Facebook (Meta: WhatsApp, Messenger, Instagram), Amazon y Microsoft (LinkedIn). Siguiendo la vía de Musk, Mark Zuckerberg apoya la desregulación de sus redes y permite la anulación del control de contenido.

[iii] Bernie Sanders, A sad moment in American History, https://www.youtube.com/watch?v=rKBM2kS6B8o

[iv] Alexandria Ocasio, 4 de febrero de 2025, https://www.youtube.com/watch?v=d_PwiuSJxcw

[v] Villasante, Boletín del IDEHPUCP, noviembre de 2024, Informes de la ONU sobre el genocidio en Gaza: 70% son mujeres y niños, https://idehpucp.pucp.edu.pe/boletin-eventos/informes-de-la-onu-sobre-el-genocidio-de-palestinos-en-gaza-70-son-mujeres-y-ninos/

[vi] Estados Unidos se ha retirado de la OMS.

[vii] [vii] Le Monde, 8 de febrero, Sanctions against the ICC: Trump’s present to Netanyhu, https://www.lemonde.fr/en/international/article/2025/02/08/sanctions-against-the-icc-trump-s-present-to-netanyahu_6737929_4.html

[viii] Vance, 14 de febrero de 2025, The White House, https://www.youtube.com/watch?v=pCOsgfINdKg

[ix] Friedrich Merz, dirigente del partido conservador CDU, ganó las elecciones con 28% de votos, el partido de extrema derecha AFD obtuvo 20% (el más alto porcentaje de su historia), y el partido socialista SPD [Scholz] obtuvo 16% de votos. La CDU tendrá 208 curules, la AFD 152 y la SPD 120 curules. Una coalición deberá gobernar Alemania para impedir que la AFD llegue al gobierno.

[xi] Villasante, Revista Ideele n° 302, El rol de las instancias internacionales en la guerra en Ucrania y la apertura de investigaciones por crímenes de guerra contra Putin y otros responsables rusos, https://www.academia.edu/75505050/El_rol_de_las_instancias_las_internacionales_en_la_guerra_en_Ucrania_y_la_apertura_de_investigacione

[xii] Novaïa Gazeta Europe, Courrier International, 16 de febrero, De Munich à Munich, l’enterrement de l’Occident et des droits de l’homme, https://www.courrierinternational.com/article/editorial-de-munich-a-munich-l-enterrement-de-l-occident-et-des-droits-de-l-homme_227749?at_campaign=partage_article_app&at_medium=android