Ya está disponible el sexto episodio de Amigos con Derechos, el podcast del Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la PUCP (IDEHPUCP), donde se abordaron temas cruciales referidos a la criminalidad y la inseguridad en el Perú. En este episodio, Erika Solís, investigadora del IDEHPUCP, analiza la compleja realidad de la extorsión y el sicariato en el país, dejando en claro que lo que se ve hoy es solo la punta de un iceberg.
Abordar esta situación requiere ver la criminalidad desde dos perspectivas clave. En primer lugar, el factor demográfico juega un papel esencial. “La mayoría de atentados no ocurren en zonas con resiliencia económica rápida, sino en espacios populares», señaló la especialista, destacando que los sectores más vulnerables, aquellos que viven del día a día, son los más afectados.
El segundo elemento crucial es la escalada de violencia. Antes, la extorsión se basaba en amenazas a la familia o información personal, pero hoy el sicariato y el uso de armas de fuego han añadido un nuevo nivel de terror. “Las cifras de sicariato han aumentado. Pero, existe un problema desde el Estado, pues mira los registros, que son una respuesta estatal de las denuncias, como si fuera un número igual a lo que pasa el día a día, y no es así”, explicó Solís. Existen dos variables distintas, una es la victimización, y otra es el registro de cada institución. Ese registro no debe indicar si hay más o menos criminalidad, sino que indica cómo responde el Estado frente al problema.
En este contexto, ¿es cierto que el crimen disminuye mientras más punitiva sea la respuesta del Estado? Para Solís, estas medidas son ineficaces. “Como región, tendemos a la mal llamada mano dura o punición. Esto no apela a reducir la criminalidad, apela a reducir el miedo de las personas”, dijo. Para la investigadora, estas medidas populistas pueden dar una falsa sensación de seguridad, pero no atacan el problema de raíz. Se debe tener un manejo operativo con soluciones a corto, mediano y largo plazo que realmente aborden las causas estructurales de la criminalidad.
Durante la conversación, se reflexionó sobre si los actuales niveles de inseguridad en el país eran responsabilidad del gobierno de Pedro Castillo, una creencia que Solís desmintió categóricamente. “Es un mito. El problema viene desde hace muchos años”, explicó, recordando que ya en el gobierno de Ollanta Humala se aprobaron leyes que vinculaban la extorsión con las protestas sociales. Solís mencionó que la situación en lugares como Trujillo es un ejemplo claro de cómo estos problemas han persistido durante años fuera del foco mediático.
Solís también resaltó que la criminalidad puede llegar a ser estigmatizante. “Hay una aversión a la alteridad en sectores conservadores. Tienen una mirada de yo el bueno y tú el malo, ellos son los criminales y yo no. Un ejemplo es que ahora se criminaliza la migración. El migrante es la criminalidad, y es mentira. Ellos también son víctimas de extorsión y no se van a acercar a ninguna autoridad porque les dirán que no tienen carnet e incluso los pueden expulsar”, explicó.
Este episodio de Amigos con Derechos deja claro que la solución al crimen no pasa por más castigo, sino por entender las dinámicas complejas que están detrás de la extorsión y el sicariato en el Perú.
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