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15 de agosto de 2023

Imagen: La Gaceta UNAM.

La reciente controversia en torno al programa Emprendedor Ponte Las Pilas, emitido por América TV, ha generado serias preocupaciones en relación con la sexualización de niñas en los medios de comunicación. La exposición de menores en ropa interior para promocionar una marca de lencería peruana ha sido cuestionada por parte de la audiencia y de entidades como el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y la Defensoría del Pueblo. Más allá de la cancelación del programa en cuestión, esta situación debe llevar a la reflexión sobre dos puntos importantes. Primero, los límites éticos y legales que rodean la representación de menores en los medios; y segundo, la objetivación y cosificación de niñas y mujeres que persiste en la sociedad.

Sobre el primer punto, en noviembre del 2012, el Estado peruano y diversos medios de comunicación, entre los que se encuentra América TV, firmaron la Declaración de principios sobre los derechos de los niños, niñas y adolescentes en los medios de comunicación, por la cual se comprometieron a respetar el derecho a la dignidad de los niños, niñas y adolescentes, difundir contenidos que no atenten contra sus derechos a la identidad e intimidad personal y familiar, adecuar la difusión de escenas o contenidos violentos al horario de protección familiar, entre otros [1]. Para el caso en discusión, el incumplimiento de estos principios y otras normativas, como la Ley de Radio y Televisión, ha llevado a la cancelación del programa. No obstante, es necesario no perder de vista las futuras medidas de prevención y supervisión que deberían existir para evitar que situaciones similares ocurran en el futuro.

Además, es fundamental reconocer que los medios de comunicación tienen un papel importante en la construcción de valores y percepciones en la sociedad. Por ello, es imprescindible que asuman la responsabilidad de garantizar un espacio seguro y positivo para la formación y desarrollo de la infancia. Como sostiene la activista Bell Hooks [2], es esencial que los medios reconozcan su poder para influir en la percepción de la sexualidad y el género. No se debe subestimar la influencia que la representación mediática tiene en la construcción de identidades y relaciones, sobre todo en un contexto hostil para las niñas, lo cual lleva al segundo punto. 

Solo entre enero y febrero del presente año se han reportado 2764 casos de violencia sexual hacia niñas, niños y adolescentes [3], de los cuales el 92% tiene como víctimas a niñas y adolescentes mujeres [4]. Más aún, en el Perú existe un alto subregistro de los casos de violencia y violación sexual, por lo que, aún con todas las cifras disponibles, no se podrían ver las reales consecuencias de este problema.

Por ello, es imperativo reflexionar sobre la normalización de la objetivación de las mujeres desde temprana edad, la cual refuerza una cultura que minimiza la importancia de la autonomía y el consentimiento. Al exponer a las niñas de esta manera se envía el mensaje implícito de que su cuerpo es un objeto que puede ser exhibido y juzgado. La conductora del programa en cuestión comentó, por ejemplo, que la ropa interior presentada era “para que [las niñas] estén cómodas cuando tengan que lucirse”. Este caso es una muestra alarmante de cómo la violencia sexual se manifiesta de manera sutil, pero perniciosa en los medios de comunicación de nuestro país. Como sostienen Kari Lerum y Shari L. Dworkin [5], la hipersexualización de la infancia y adolescencia en los medios contribuye a la normalización de la violencia sexual y la objetivación, lo que a su vez perpetúa las desigualdades de género.

Casos como este nos recuerdan que la lucha por la protección de la integridad y los derechos de las niñas, niños y adolescentes continúa. Así, es importante resaltar que la indignación expresada en las redes sociales muestra una clara demanda de responsabilidad por parte de los medios y las autoridades competentes, motivo por el cual el programa fue cancelado. Sin embargo, los esfuerzos deben ir más allá de las sanciones, y enfocarse en la educación y la sensibilización para prevenir la violencia sexual infantil. 

(*) Asistente del Área de Relaciones Institucionales y Proyectos del IDEHPUCP.


[1] https://www.concortv.gob.pe/declaracion-de-principios-sobre-los-derechos-de-los-ninos-ninas-y-adolescentes-en-los-medios-de-comunicacion/

[2] Bell Hooks (2004). The Will to Change: Men, Masculinity, and Love.

[3] Un promedio de 43 casos de violación sexual a niñas, niños y adolescentes por día.

[4] https://www.defensoria.gob.pe/wp-content/uploads/2023/04/NP-223-2023-D%C3%ADa-de-ni%C3%B1as-ni%C3%B1os-y-adolescentes.pdf

[5] Kari Lerum 1, Shari L Dworkin (2009). “Bad Girls Rule”: An Interdisciplinary Feminist Commentary on the Report of the APA Task Force on the Sexualization of Girls.