La relación existente entre cambio climático y derechos humanos no es un tema reciente; por el contrario, en los últimos años ha recibido cada vez mayor atención a nivel internacional. El creciente interés por este vínculo responde a la intensificación de fenómenos causados por alteraciones climáticas –deslizamientos, olas de calor, sequías, inundaciones, friajes y otros eventos climáticos extremos–, los cuales impactan de manera negativa en el acceso y goce de los derechos humanos.
En el ámbito del Derecho Internacional, un primer hito en la materia fue la adopción de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en 1992. Este tratado afirmó la existencia a nivel global de una problemática que anteriormente había sido cuestionada por falta de evidencia certera, y estableció el compromiso de los Estados de tomar acciones de adaptación y de mitigación. A partir de ello, se han intensificado los aportes de los órganos de Naciones Unidas y de la doctrina especializada en cuanto al vínculo del cambio climático y los derechos humanos. Además, el Acuerdo de París de 2015 señala expresamente que las medidas adoptadas por los Estados para hacer frente al cambio climático deben “respetar, promover y tener en cuenta sus respectivas obligaciones relativas a los derechos humanos”.
Las distintas disciplinas que han abordado esta relación coinciden en la relevancia de que las respuestas políticas y jurídicas provengan de los Estados, pero también de otros actores, como empresas, sociedad civil, etc., para lidiar eficiente e integralmente con los efectos negativos del cambio climático. Por otra parte, se ha evidenciado que este fenómeno amenaza y afecta una amplia gama de derechos humanos, como a la vida, a la salud, al agua, a la alimentación y a la vivienda adecuada, entre otros. Por último, resulta fundamental tener en cuenta que los efectos del cambio climático no tienen un impacto uniforme, sino que afectan más a los grupos en situación de vulnerabilidad como los pueblos indígenas, las mujeres, las personas desplazadas, y los niños, niñas y adolescentes, entre otros.
Desde IDEHPUCP creemos que resulta de fundamental importancia reflexionar sobre este problema en América Latina con el fin de identificar nuevas herramientas que, desde el marco normativo y moral de los derechos humanos, den voz a quienes padecen los efectos del cambio climático y a la vez orienten la implementación de políticas públicas adecuadas a los valores que están en juego.
*Esta columna de opinión fue originalmente publicada en la edición N°470 de PuntoEdu. Encuentra toda la información sobre el XV Encuentro de Derechos Humanos: De vuelta al mundo, ¿cómo podemos cambiar frente al cambio climático?, aquí.