Por: José Alejandro Godoy Mejía, miembro del equipo del IDEHPUCP
Resulta bastante significativo que sea la UNMSM quien haya encabezado esta marcha, a pedido de un conjunto de sus estudiantes. Como indica la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) en su informe final, esta casa de estudios fue un escenario de la violencia, en medio de un clima político complejo y heterogéneo y del deterioro constante de la calidad de la educación superior universitaria pública en el país.
Si bien Sendero Luminoso tuvo presencia en dicha casa de estudios, no fue apoyado por toda la comunidad universitaria. Sin embargo, desde la década de 1980 se creó un estigma frente a los estudiantes sanmarquinos, a quienes se acusaba de violentos o subversivos, lo que generó apoyo a la intervención militar y gubernamental que la referida universidad sufrió en la década de 1990. La CVR señaló que la intervención no generó la desaparición de Sendero Luminoso en dicha casa de estudios, sino que la disminución de sus acciones respondió a la propia dinámica del periodo de violencia vivido en el país durante las dos últimas décadas del siglo XX.
Así, esta movilización no solo respondió a manifestarse en contra del terrorismo, sino también a revindicar a la UNMSM como una universidad que rechaza en forma clara la violencia y que desea desarrollarse en paz. Claro está, para ello también se requiere que el Estado asuma su responsabilidad en la mejora de la educación superior universitaria y que las autoridades cuenten con una agenda concreta para mejorar la calidad de esta universidad – y de otras casas de estudios similares en todo el país -, sin transar con algunos grupos y operadores que, a cambio de una supuesta estabilidad, buscan medrar a costa de la pérdida de la calidad de la educación.
En particular, esta manifestación también sirvió para que estudiantes universitarios, miembros de diversos partidos políticos, colectivos y ciudadanos en general pudieran expresarse en contra del denominado “Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales” (MOVADEF), colectivo que revindica la ideología de Sendero Luminoso, agrupación que, de acuerdo con lo señalado por la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), fue la principal responsable de lo ocurrido en los 20 años de violencia que vivió el país entre 1980 y 2000.
Como se conoce, el MOVADEF viene actuando en algunos espacios universitarios y gremiales, teniendo como punto único de agenda una amnistía general a favor de miembros de Sendero Luminoso, militares y civiles que vulneraron los derechos humanos. Esta amnistía es solicitada sin que exista un efectivo reconocimiento de responsabilidades por parte del MOVADEF sobre la actuación criminal de los miembros de Sendero Luminoso, en particular de su Comité Central, así como sin un pedido de disculpas al país por el daño generado a la vida de cientos de peruanos, por las afectaciones a los derechos fundamentales y por el daño patrimonial generado a la nación.
Asimismo, la CVR fue explícita en señalar que la amnistía o cualquier mecanismo que busque la impunidad no son medidas válidas para estabilizar el régimen democrático y la institucionalidad. Por el contrario, se trata de fórmulas que debilitan y empobrecen la democracia y aumentan la desconfianza existente en el Estado. Dado que el sentido de reconciliación se encuentra ligado al conocimiento de la verdad, cualquier acto de impunidad debería ser rechazado, en tanto pretende alterar dicho sentido.