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Editorial 17 de octubre de 2023

Fuente: RadioDos.

El otorgamiento del Premio Nobel de Economía a Claudia Goldin, el 9 de octubre, constituye una forma de dar más notoriedad a uno de los aspectos críticos de la desigualdad de género, como es la histórica y persistente brecha de ingresos entre hombres y mujeres. Claudia Goldin, profesora de Economía de la Universidad de Harvard, ha dedicado una buena parte de sus investigaciones a documentar ese hecho y su evolución a lo largo de la historia contemporánea.

En tales investigaciones Claudia Goldin ha evidenciado los diversos factores que determinan la desventaja económica de las mujeres, así como el hecho más básico de la no apreciación económica de la labor productiva de las mujeres, un tema en el cual fue pionera la economista noruega Ester Boserup. Y más recientemente ha mostrado también las distancias de ingreso entre mujeres cuya experiencia social se diferencia básicamente por el hecho de la maternidad. Esto, obviamente, solamente resalta de qué manera las sociedades contienen persistentes asimetrías que gravan de diversas formas los distintos aspectos de la experiencia de las mujeres.

La diferencia económica, por otro lado, no determina totalmente otras formas de desigualdad de género, pero sí se entrelaza con ellas bajo la forma de dependencia económica, entre otras. Todas ellas forman parte de una misma constelación cultural, e investigaciones como las de la profesora Goldin sirven al propósito de entender cómo es que la desigualdad de género subsiste y se reproduce.

Este reconocimiento ha de ser saludado, así, como un impulso para el conocimiento crítico y la lucha contra una forma de discriminación históricamente invisible, pero que está en la raíz, también, de muchos de las vulneraciones de los derechos humanos del mundo contemporáneo.