Compartimos la entrevista realizada a Marcela Huaita, abogada e investigadora asociada del IDEHPUCP, sobre la violencia en contra de mujeres, niñas y adolescentes en medio de las medidas para contrarrestar el COVID-19.
La convivencia obligatoria que supone, para las familias, el aislamiento social por el coronavirus (COVID-19) puede aumentar el riesgo de sufrir violencia de género. Niñas, adolescentes y mujeres que por estos días se ven obligadas a compartir el hogar con potenciales victimarios son poblaciones vulnerables a este tipo de violencia.
“La desigualdad de género tiene que ver con un ejercicio del poder de una persona que tiene la posibilidad de subordinar a otra. En una familia, puede ser el padre respecto a la madre y sus hijos o en una relación de pareja. Cuando hay confinamiento o aislamiento social como el que estamos viviendo, la desigualdad se potencia y tiene como consecuencia un mayor riesgo para las mujeres, especialmente en aquellas que ya sufrieron situaciones previas de violencia de género”, señala Marcela Huaita, abogada y docente del Departamento de Derecho PUCP.
La efectividad del Estado
“El que tengamos que estar en una fase de aislamiento social no quiere decir que no podamos pedir que se nos garanticen derechos fundamentales, como el derecho a la vida y a la integridad. Los servicios del Estado deben estar alertas a este tipo de situaciones para prestar ayuda a mujeres que pueden estar confrontando dificultades en la cuarentena”, precisa Huaita, quien es especialista en temas de género.
Además, sugiere que podría habilitarse un canal a través de las farmacias, por ejemplo, a donde mujeres o niñas que están en situación de vulnerabilidad pueden acudir y ponerse en contacto con las autoridades, ya que es probable que no puedan usar su celular o teléfono fijo.
¿Qué hacer si estás aislada con un potencial maltratador?
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) seguirá atendiendo, las 24 horas, a través de la Línea 100 y el Servicio de Atención Urgente (SAU) si el riesgo es moderado o severo. Es importante que la víctima encuentre un momento en el que esté sola para poder acceder a alguno de estos servicios con cautela y precaución. De no poder hacerlo de manera personal, puede pedir ayuda a una persona amiga o familiar de confianza.
Línea 100
Se trata de un servicio telefónico gratuito que brinda orientación, consejo y soporte emocional para las víctimas de violencia familiar o sexual. Se puede acceder a ella desde un teléfono fijo, público o celular. También se puede hacer llamadas de auxilio inmediato y solicitar la intervención de la Policía. En este caso, será derivada al Servicio de Atención Urgente.
Servicio de Atención Urgente (SAU)
Para acceder al SAU, la víctima debe haber llamado previamente a la Línea 100 y/o haber sido reportada por algún medio de comunicación. Este servicio brinda atención oportuna, por lo que desplaza un equipo de profesionales al lugar donde se encuentra la persona afectada. También da atención psicológica, legal y asistencia social.