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Notas informativas 7 de junio de 2022

Por Miriam Tovar (*)

El primero de junio se celebró el Día Mundial de las Madres y los Padres. Esta fecha fue establecida por las Naciones Unidas a través de su resolución A/RES/66/292 del 17 de septiembre de 2012, con el objetivo de honrar su labor en todo el mundo. Como antecedentes a su reconocimiento se encuentra la proclamación del año 1994 como el Año Internacional de la Familia y del Día Internacional de la familia cada 15 de mayo.

Hoy en día, el Día Mundial de las Madres y los Padres es importante para reconocer el rol que cumplen en el desarrollo de las niñas y los niños. Esto se vio reflejado, en mayor medida, durante la pandemia por Covid-19, en la cual las madres y los padres eran los protagonistas en la enseñanza y desenvolvimiento personal de las niñas y los niños, al suspenderse la educación presencial durante más de un año.

Aun así, es importante tener presente que, de acuerdo con la Convención sobre los Derechos del niño, no solo existe la responsabilidad primordial de padres y madres en la crianza de los niños, sino también existe el deber del Estado de brindar la asistencia necesaria en el desempeño de sus funciones.

Otros actores llamados a tomar acciones para facilitar el rol fundamental que las madres y los padres cumplen en la crianza de las niñas y los niños son la propia sociedad y las empresas. Un informe de UNICEF sostiene que para que las sociedades y las economías prosperen, los países y las empresas deben apoyar a los trabajadores, familias y padres a través de políticas orientadas a la familia, ya que habilitando condiciones de apoyo en el trabajo, no solo se benefician ellos y sus familias, sino que se beneficia la empresa a través de indicadores de productividad, ganancias, igualdad de género, compromiso de los empleados, entre otros. Un ejemplo de cómo las empresas pueden cooperar con estás políticas es preservando la modalidad virtual, cuando el desarrollo de las funciones así lo permita, o incorporando un trabajo semipresencial, cuando así se necesite. Esto ayudaría a que, por un lado, las madres y padres cumplan con sus obligaciones laborales, optimizando el tiempo de trabajo; y por otro, estén más presentes en la crianza y educación de los menores.

«Resulta necesario reconocer la labor de las madres y los padres en la crianza y desenvolvimiento de las niñas y los niños, pero también apoyando desde el rol de empresa o como sociedad.»

Otro desafío relevante que la sociedad debe afrontar para garantizar el ejercicio adecuado de los roles paterno y materno es la desigualdad de género que existe en las labores de cuidado y domésticas. En línea con el objetivo 5 de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, los Estados –y otros actores involucrados- deben reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerado y promover la responsabilidad compartida en el hogar y la familia. Ello debido a que en el día a día, las madres y los padres tienen diferentes responsabilidades. Por ejemplo, según la ley 26644, las madres cuentan con una licencia de maternidad por 90 días, las cuales pueden usar durante el periodo prenatal y post- natal; por el lado de los padres, la licencia es notoriamente diferente. Ellos cuentan con un periodo de licencia de tan solo 10 días, periodo que refleja a quien se le atribuye la responsabilidad de cuidado.

Por todo ello, resulta necesario reconocer la labor de las madres y los padres en la crianza y desenvolvimiento de las niñas y los niños, pero también apoyando desde el rol de empresa o como sociedad. Algunas de las medidas con las que podrían cooperar son (i) mantener el trabajo remoto, (ii) elaborar talleres sobre responsabilidad afectiva, (iii) implementación de una guardería a nivel empresarial, entre otros. De ese modo, se promovería la responsabilidad compartida incentivando una crianza positiva que fomente la relación entre madres, padres e hijos.

(*) Integrante del área Académica y de Investigaciones en Idehpucp.