Una de las peculiaridades del momento histórico que vivimos es el desarrollo nunca antes visto de nuevas herramientas tecnológicas. Con ello, la vida de las personas se ve cada vez más entrelazada con la digitalidad y las nuevas tecnologías, siendo así que la cotidianeidad sea casi inseparable a la conectividad. Sin embargo, los avances tecnológicos y sus bondades no son disfrutados de manera equitativa por toda la población. En nuestra región, distintos grupos vulnerables como las poblaciones rurales e indígenas, los adultos mayores, entre otros, no suelen ver sus necesidades de comunicación cubiertas de la misma manera por la tecnología.
La más reciente publicación del Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la PUCP, realizada en alianza con el Programa Estado de Derecho para Latinoamérica de la Fundación Konrad Adenauer, incide sobre la relación entre estas nuevas herramientas tecnológicas y los derechos humanos. Se enmarca en el proyecto Tecnología y derechos humanos: hacia la construcción de la igualdad digital, el cual tiene como objetivo analizar las implicancias del acceso a la conectividad para el ejercicio de los derechos humanos.
Pensar en esta relación es una necesidad urgente, como lo dejará ver esta publicación, en tanto el más frecuente uso de herramientas digitales incide en la vida de las personas a nivel individual y social. Es innegable el hecho de que “las nuevas tecnologías se han convertido en una herramienta indispensable tanto para el desarrollo social y económico de los países como para resguardar los derechos de sus habitantes” (pp. 32). Sin embargo, si bien la tecnología se ha mostrado como un elemento positivo en ciertas instancias, los retos que representa se suman a problemas preexistentes en las sociedades como la desigualdad y afectan los derechos de sus miembros. Esta desigualdad afecta más a determinadas poblaciones y se hace evidente en acciones que van desde la realización de trámites de manera sencilla, rápida e inmediata, hasta el acceso a la justicia en idiomas originarios.
El documento presentado consiste en una relatoría que busca llevar el registro de los principales puntos del conversatorio virtual llevado a cabo el 23 de noviembre de 2022, que tuvo como fin discutir las oportunidades y desafíos que representan las nuevas tecnologías para los derechos humanos. Este intercambio contó con la participación de expertos de España, Brasil, México, Chile y Perú, quienes compartieron sus investigaciones, las cuales fueron comentadas por especialistas y, posteriormente, analizadas en un espacio de diálogo con el público integrado por académicos, funcionarios públicos, periodistas, activistas y miembros de organizaciones internacionales, entre otros
En ese sentido, la publicación nos introduce en tres ejes temáticos que se deben considerar al pensar nuestra relación con la tecnología. En primer lugar, nos pone al tanto de los posibles impactos de las nuevas tecnologías en los derechos de libertad de expresión, a la privacidad y a la participación política. La discusión sobre este punto toma en cuenta los beneficios de las redes sociales y las plataformas digitales, sin dejar de lado que aún hay deficiencias en la regulación de estas. En segundo lugar, fueron tema de discusión los impactos de las nuevas tecnologías en los derechos a la salud, a la educación y al trabajo. Este punto se enmarca en el innegable hecho de que no toda la población puede acceder a los recursos tecnológicos, lo cual se hizo más evidente con la pandemia por COVID-19. Asimismo, nos recuerda que aún hay un debate en lo que respecta a las obligaciones de los Estados en materia de digitalización de servicios públicos, suministro de internet como un derecho, etc. Por último, esta relatoría incluye las propuestas para una hoja de ruta que tome en cuenta la relación entre nuevas tecnologías y derechos humanos. Se cuestionan algunos marcos normativos y la necesidad de que estos respondan a la realidad latinoamericana.
En líneas generales, este documento pone al alcance del público las más recientes investigaciones de expertos en la materia y los hallazgos del intercambio con especialistas para contribuir al conocimiento del impacto de las nuevas tecnologías en los derechos humanos. Se centra, aunque no se limita, en los retos y desafíos que la región de América Latina encuentra conforme la digitalidad se vuelve, rápidamente, inseparable de la población. Constituye un insumo novedoso que permitirá ampliar la discusión sobre los esfuerzos colectivos que serán necesarios, por parte de las instituciones públicas y la ciudadanía en general, para cerrar la brecha digital. Así, basándose en estándares internacionales, se suma al esfuerzo por responder a las nuevas necesidades de comunicación en un mundo interconectado, con un especial énfasis en las poblaciones más vulnerables de nuestra región.