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Entrevistas 29 de noviembre de 2022

Por: Juan Takehara (*)

Para comprender cómo las organizaciones de la sociedad civil y sus líderes construyen y afianzan sus estructuras internas en los últimos años, conversamos con Iris Jave, investigadora principal del IDEHPUCP, magíster en Ciencia Política por la PUCP y licenciada en Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), quien desarrolla una investigación sobre las trayectorias y liderazgos en instituciones de la sociedad civil en el marco de un proyecto de IDEHPUCP apoyado por la Fundación Ford.    

¿De dónde parte el interés en estudiar el funcionamiento de las organizaciones sociales?

Nace de observar el debilitamiento de las instituciones políticas, la crisis de los partidos y, en general, la crisis política que enfrentamos. A la sociedad civil se le cuestiona también su debilitamiento, su falta de una intrevención más activa. Así, nos pareció interesante observar cuáles han sido las trayectorias de las organizaciones de la sociedad civil que en un determinado momento – entre los 1980 y 2000 – han cumplido un papel fundamental. Me refiero a las organizaciones no gubernamentales, los llamados think tanks y también a nuevos actores y gremios como las organizaciones indígenas y ambientalistas, que empiezan a ejercer una acción política no formal. Esta no pasa por el parlamento u otros canales de representación formal, pero corresponde a las demandas de sus agremiados: derechos de las mujeres, derechos ambientales, derechos de los pueblos indígenas, diversidad sexual y distintos temas que probablemente poco acogidos por los gobiernos y que estos grupos empiezan a colocar en la agenda pública.

Analizar las diferentes formas de participación política ayuda a entender qué está ocurriendo, qué trayectorias de participación han tenido y cómo se han desarrollado al interior de las propias organizaciones. Encontramos que se ha estudiado poco las transiciones en los liderazgos de las organizaciones sociales; cómo han funcionado internamente, cómo ha sido la elección de cargos directivos, si se han renovado liderazgos o si hay liderazgos que surgen por cuestiones generacionales, étnicas, de género, etc.; cómo estas organizaciones convocan a otros actores, que espacios de recambio y formación desarrollan; cómo logran mantenerse en el debate público, impulsar su agenda; qué aprendizajes han desarrollado, qué capitales han adquirido, tanto humanos como sociales, y cómo han logrado mantener sus objetivos.

¿Qué información relacionada se ha encontrado?

Hemos encontrado publicaciones afines a cambios de liderazgos desde las empresas. En las empresas ha habido literatura sobre cómo construir liderazgos y cómo pueden ser implementados, pero no se estudia tanto cuáles son las crisis al interior de las empresas cuando los liderazgos se van o no funcionan o hay recambios, y por eso es que nos parecía importante poder responder a algunas preguntas fundamentales en esta investigación. La primera es saber cuáles son los cambios coyunturales que se dan a nivel político y económico que afectan el funcionamiento de estas organizaciones; en segundo lugar cuáles son las tensiones, aprendizajes y estrategias que surgen cuando se cambian estos liderazgos en estas organizaciones y, en tercer lugar, de qué forma las transiciones y recambios de los liderazgos inciden en distintos roles estratégicos, cuál es el perfil público que manejan, cómo es su relacionamiento con el Estado o con los temas que colocan en la agenda. Eso es lo que nos gustaría un poco identificar, entender cómo se han producido estos cambios en sus liderazgos, si dejan algún aprendizaje o cuando renuevan un director o una directora hay criterios de género, generacionales, étnicos, así también cómo es el nivel meritocrático para que surjan nuevos liderazgos. En general, hablamos mucho de la democracia precaria en el ámbito del Estado, pero hay un vacío en el estudio de las instituciones sociales tanto en las ONG como en las organizaciones y gremios.

¿Cuáles son las similitudes de las organizaciones sociales entre Perú y Colombia?

A Colombia y Perú los une un pasado y un presente de violencias múltiples; lo vemos no solamente en las manifestaciones o en la respuesta de las fuerzas del orden, sino también en los diferentes tipos de violencia como la violencia de género y las violencias familiares, que en ambos países es alarmante, tanto en términos urbanos como entre las comunidades indígenas y campesinas. Compartimos varios elementos como una larga crisis política, una participación en una sociedad marcadas por el conflicto armado y nuevas expresiones y demandas de actores locales como mujeres de indígenas, grupos LGBTI, etc., y es necesario conocer sus agendas y cómo han funcionado internamente, qué aprendizajes han encontrado, cómo son las que barreras o dificultades a las cuáles se enfrentaron. Un marco de democracia más amplio trasciende el sistema de representación o la democracia deliberativa, y avanza hacia una construcción de democracia más participativa donde la ciudadanía pueda intervenir activamente en asuntos públicos, entendidos no sólo como los asuntos de gobierno sino como el relacionamiento con diversos actores de la sociedad.

¿Qué tanto se parece una organización privada a una organización civil? 

No se trata necesariamente de trasladar un modelo empresarial al análisis de la organización social, pues ésta ha venido construyendo sus propias estrategias y modelos. Las organizaciones sociales vienen de una historia de participación, desde el denominado “tercer sector”, cuando las organizaciones iniciaban de manera voluntaria y autónoma estos proyectos en función al bien común, no había fines de lucro. Sin embargo, para trabajar en estas organizaciones no basta ser voluntario o tener buen corazón. Se necesita un perfil técnico, poseer determinadas capacidades, tener una experiencia y trayectoria que te permita intervenir también dentro de la vida política. Un ejemplo puede ser los liderazgos en las comunidades indígenas, o en los líderes y lideresas del sector agrario, que han desarrollado una importante participación e incidencia política con el Estado, con los gobiernos regionales o el gobierno central. Son organizaciones que se han involucrado en propuestas de políticas públicas, formulan y demandan dichas propuestas, además crean redes de contacto para implementar esas políticas. Vemos en ellas personas que pueden promover políticas públicas sin ser parlamentarios o funcionarios públicos. Sería interesante mirar cómo es su funcionamiento interno, cómo es el proceso de toma de decisiones, cómo resuelven temas de participación, de rendición de cuentas, cómo generan las relaciones sociales. Vemos a la vez nuevos grupos y colectivos que pueden parecer pequeños, pero que responden a determinadas temáticas. No son los grandes movimientos sociales que veíamos en los 80 y 90 pero poseen una agenda precisa, puntual y buscan visibilizarse en la esfera pública.

Muchos de estos movimientos nacen en las redes sociales, sin líderes visibles, pero colectivamente poseen liderazgo y legitimidad.

Ese es un punto que abordaremos. Ciertamente hoy las redes sociales pueden impulsar liderazgos colectivos, espontáneos, pero que también son esporádicos pues aparecen y desaparecen con rapidez. Lo que se necesita es un soporte activo más allá de las redes, con actores reales, con grupos y colectivos que la sostengan. En las redes no todo funciona de manera automática, se necesita actores que desarrollan sus discursos y estrategias en coherencia con sus demandas e intereses; no funciona solo lanzando tuits sino en relación a unas prácticas políticas que se expresan o refuerzan en ese espacio digital. Las redes son herramientas fundamentales donde puedes presentar un discurso determinado, debatir y también informarte más, pero también encuentras desinformación o confrontación, generando un nivel de violencia y agresión, por ejemplo, allí surgen y se instalan los discursos de odio. Las redes son un espacio que debemos conocer pues pueden fortalecer a los actores desde sus propias prácticas y relaciones con otros actores políticos y sociales.

(*) Integrante del área de Comunicaciones.