La emergencia sanitaria que enfrenta el Perú y el mundo por la propagación del COVID-19 abre una situación excepcional que preocupa e involucra a todos y todas, y que obliga a tomar medidas que van desde el aislamiento preventivo obligatorio hasta cierre de fronteras. Pero estas medidas no afectan a los y las integrantes de la sociedad por igual. Su efecto se distribuye en función de patrones socio-culturales y golpea duramente a las personas más vulnerables. Una de las manifestaciones más notorias es el aumento de la violencia basada en género contra mujeres y personas LGTBIQ+.
Ante este contexto, el IDEHPUCP y la Maestría en Estudios de Género de la PUCP celebraron el pasado 28 de mayo la conferencia “La otra pandemia: violencia de género en tiempos de COVID-19”. El evento contó con la participación de Svenska Arensburg, investigadora de la Universidad de Chile; Angélica Motta, antropóloga feminista de la PUCP; Daniela Viteri, Directora General de la Dirección General Contra la Violencia de Género del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables; y Beatriz Ramírez, abogada especialista en temas de género de la PUCP. La moderación de la mesa estuvo a cargo de Fanni Muñoz, directora de la Maestría en Estudios de Género de la PUCP.
Daniela Viteri señaló que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables viene garantizando la continuidad de los servicios de atención como la línea 100, los equipos itinerantes de urgencia, los hogares de refugio temporal, entre otros. Señaló también que todas las denuncias por violencia de género serán atendidas, con prescindencia del nivel de riesgo. Asimismo, se ha habilitado el uso de recursos tecnológicos para medidas de protección y cautelares. Añadió, que el Ministerio dispuso el traslado de jueces y juezas a las comisarías y no de las víctimas para la declaración de testimonios y emisión de sentencias.
Beatriz Ramírez, por su parte, sostuvo que las medidas tomadas por el gobierno en materia de violencia de género resultan insuficientes. A pesar que en los últimos años ha habido un importante desarrollo normativo, este resulta disperso y de poco o nulo conocimiento por parte de la población. En otro momento señaló que el Ministerio de la Mujer viene haciendo una escasa evaluación de los casos individuales debido a la estandarización de la atención. En épocas de pandemia, la violencia de género empeora, con menos disponibilidad de atención (sistema de justicia y servicios auxiliares) en cuarentena y post cuarentena.
Angélica Motta, afirmó que mientras las políticas públicas contra la violencia de género no se vinculen con los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, no será posible erradicar situaciones extremas como los feminicidios que no solo se incrementan, sino muestran formas extremadamente cruentas durante periodos excepcionales como resulta este confinamiento obligatorio.
Finalmente, Svenska Arensburg señaló que las medidas de aislamiento social preventivo adoptadas en Chile frente a la pandemia de COVID-19 han significado el empeoramiento de las condiciones socioeconómicas de la población y el aumento de la violencia doméstica. Según datos del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, aumentaron en un 70% las llamadas a la línea 1455 de orientación en violencia contra la mujer en la primera semana de cuarentena en Chile. Para Arensburg, este contexto de crisis sanitaria pone en urgencia la necesidad de tener mejores políticas para enfrentar esta otra pandemia de la violencia patriarcal contra la mujer.
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