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Notas informativas 18 de agosto de 2020

Escriben: Denisse Rodríguez Olivari, Leah Sacín Gavancho y David Reyes Zamora*

Es imposible negar lo evidente. En una observación simple realizada por nosotras en la semana del 20 al 26 de julio en la sección de opinión de uno de los diarios más importantes de Perú comprobamos que las mujeres componen una minoría entre las voces expertas: de cada cinco columnistas, una es mujer. Incluso en dos días de esa semana, todos fueron hombres.  En otro diario del mismo nivel, la proporción de columnistas fijos es de dos de cada cinco, según su página web. Estos datos están en línea con la evidencia recogida por el Proyecto de Monitoreo Global de Medios, que probó que uno de cada cinco expertos en los medios de comunicación a nivel mundial es mujer. Sumada a la pandemia, también continúa la subrepresentación de las mujeres en el debate público.

Con frecuencia los periodistas responden a la crítica de falta de balance de género en los medios de comunicación con una respuesta común que de tanto ser repetida suena a verdad: “no hay mujeres (expertas en los temas que los periodistas desean cubrir)”. Pero veamos qué pasa, por ejemplo, en el mundo de los abogados —quizás los profesionales con mayor exposición mediática en el Perú. Según WIP (Women In the Profession) en Perú, por lo menos desde el año 2000, más de la mitad de las egresadas de las facultades de derecho del país son mujeres, lo que se contradice con la presencia mayoritaria de abogados hombres en los medios de comunicación. Entonces, ¿de verdad, “no hay mujeres”?

La falta de visibilidad de expertas responde a varios factores. Uno de ellos es la división sexual de labores de cuidado en los hogares, que limita la disposición de las mujeres expertas a atender las solicitudes de los medios de comunicación. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, las mujeres trabajan 8:39 horas y los hombres, 7:47 horas. Sin embargo, al desagregar la composición del tiempo, las mujeres destinan 4:47 horas a trabajo no remunerado y los hombres, solo 1:30 horas. Esta situación se ha agravado con la emergencia sanitaria causada por el Covid-19, y la implementación del teletrabajo y las clases escolares virtuales. Según GenderLab, el porcentaje de mujeres que asume la mayor parte de tareas en el hogar casi se ha triplicado (13% versus 31%). ¿Cómo exigirles que, además de trabajar y atender más que sus parejas las labores de cuidado, tengan disposición para atender las solicitudes de los medios de comunicación?

«‘No hay mujeres‘ en realidad, porque hay que cambiar el estado de las cosas. Para hacerlo es importante que las dimensiones de igualdad de género incluyan prácticas neutras en el centro de labores, la conciliación de la vida familiar y laboral, las dinámicas de género en el mercado laboral, la desigualdad en el acceso y la permanencia en la educación.»

La brecha existe: lo prueba la simple observación cotidiana. Pasa en la prensa escrita, en la radio, en la televisión y en los medios de comunicación digitales. Y se hace obvia en el contraste. No solo ocurre en el derecho: en el Perú, hay más mujeres con educación superior que hombres. ¿Por qué, entonces, como dicen los periodistas, “no hay mujeres”?

Hay literatura al respecto: la falta de expertas en medios responde a varios sesgos conscientes e inconscientes. Se suele decir que “no hay mujeres” porque no hemos estado expuestos al expertise de las mujeres en diversas áreas. No las hemos escuchado, no son parte de las fuentes consultadas permanentemente. Al pensar en expertos de determinadas carreras, inconscientemente pensamos en hombres. Los algoritmos de búsqueda de imágenes arrojan resultados que refuerzan esta idea (Singh, Chayko, Inamdar y Floegel, 2020).

“No hay mujeres”, en realidad, porque hay que cambiar el estado de las cosas. Para hacerlo es importante que las dimensiones de igualdad de género incluyan prácticas neutras en el centro de labores, la conciliación de la vida familiar y laboral, las dinámicas de género en el mercado laboral, la desigualdad en el acceso y la permanencia en la educación. De acuerdo con el Índice Global de Brechas de Género del Foro Económico Mundial (2020), el Perú ha mejorado su performance en las cuatro dimensiones de la medición: participación y oportunidades económicas, logros educativos, salud y supervivencia, y empoderamiento político. Actualmente está en la posición 66 con un puntaje de 0.714. Mientras más se acerca a 1, se considera que un país ha logrado cerrar la brecha de género. Cabe señalar que ningún país lo ha logrado y que tomará 257 años eliminarla de manera definitiva a nivel global (WEF, 2020).

Esta situación —que se repite en el Perú— es la que nos motivó a fundar el Proyecto Voceras, una iniciativa sin fines de lucro para capacitar mujeres expertas en su relación con los medios de comunicación, brindarles herramientas para redactar columnas de opinión atractivas y generar una base de datos viva para compartir con todos los periodistas que la requieran. Y en la permanente búsqueda de continuar visibilizando a mujeres expertas en diversas especialidades, nace una alianza con el IDEHPUCP con el objetivo de posicionar a las mujeres que trabajan temas relacionados con la democracia, los derechos humanos y el desarrollo.

Los medios de comunicación tienen una responsabilidad social, y pueden contribuir a cerrar esta brecha y lograr la paridad en sus secciones de opinión, artículos y paneles. Lamentablemente, por ahora, la problemática es un círculo vicioso: si solo invitan a los expertos y dejan de lado a las expertas, continuaremos contando con la misma lista de invitados y reforzando la idea de que efectivamente “no hay mujeres”. En este contexto, el papel del Proyecto Voceras es contribuir a romper esta espiral. Por lo visto y estudiado, la pandemia causada por el Covid-19 acrecentará aún más esta brecha a nivel mundial. Pero existen expertas. Siempre. Solo hay que llamarlas.

* Fundadores de Proyecto Voceras, una iniciativa que, a través del media training y el desarrollo de bases de datos, busca elevar la presencia de mujeres en el debate público en el Perú.