Ir al contenido principal Ir al menú principal Ir al pie de página
Notas informativas 11 de febrero de 2020

De acuerdo a Naciones Unidas, menos del 30% de investigadores científicos en el mundo son mujeres, y en Perú este proceso ha sido mucho más lento. Para contribuir a dar mayor visibilidad al papel de las mujeres en la ciencia y alimentar las aspiraciones de niñas y jóvenes en este sector, la UNESCO decidió establecer hace cinco años el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.  Con motivo de esta fecha, el Centro de Documentación del IDEHPUCP comparte una serie de investigaciones que dialoga sobre experiencias de mujeres en esos sectores, analizando la brecha y la desigualdad en la trayectoria educativa, laboral y académica en relación a sus pares varones.

Hay dos aspectos que caracterizan con bastante claridad estos años de finales del siglo XX. Uno de ellos es el papel que juega el conocimiento en la configuración de las sociedades, como consecuencia del desarrollo científico-técnico y de su aplicación al proceso productivo. El otro es la modificación del papel de la mujer en la sociedad, debido a su incorporación a distintos ámbitos de la vida social, desde la esfera política hasta el mercado de trabajo, lo que ha tenido como consecuencia una modificación de su papel en la familia y en la estructura de ésta. En este contexto llama la atención el hecho de que la participación de las mujeres, tanto en la generación de la ciencia como en su transmisión, es todavía muy inferior a la de los hombres dedicados a esta tarea. Tal hecho parece poner en evidencia que existen aún dificultades significativas para su integración y promoción, dificultades que no proceden tanto de aspectos legales como de la pervivencia en nuestras sociedades de modelos tradicionales, estereotipos, creencias y mitos, que actúan sobre nuestro pensamiento de forma inconsciente, restándonos capacidad para actuar sobre ellos. Estas creencias se articulan y configuran bajo la influencia de factores relacionados con la comunidad científica, con la familia, con la educación y con la sociedad en general. A partir de ellos se construyen mecanismos que actúan como elementos de discriminación. 

La presente tesis explora los diversos ángulos de la formación universitaria en carreras en ciencias e ingeniería, y toma como estudio de caso a la Pontificia Universidad Católica del Perú. El marco de análisis utilizado hace una aproximación entre los discursos de la enseñanza universitaria de las ciencias y la práctica al interior del aula. Todo ello recogido desde la perspectiva de género que permite una mirada integral al proceso de enseñanza aprendizaje y sobre los actores que intervienen en el proceso, dando cuenta de sus intereses, inquietudes, perspectivas y valoraciones. Si bien los estudios relativos al tema de género y ciencia no son muy numerosos, existen algunas investigaciones e iniciativas que parten de enfoques históricos, sociológicos y epistemológicos. Una de las conclusiones a las que arriban estos estudios, es que subsiste un conjunto de concepciones tradicionales sobre la enseñanza de las ciencias que han encontrado formas y estructuras en la vida académica. Por ello, el marco teórico utilizado se basa en que la ciencia, al ser una construcción social se define por quienes la practican. De este modo, el ejercicio científico y su enseñanza no son neutrales.

Hace cincuenta años que la socióloga Alice Rossi (1965) formuló la pregunta central con la que se abría un nuevo campo de investigación sobre las relaciones entre la ciencia, la tecnología y la sociedad: ¿por qué tan pocas? El problema que Rossi identificaba no era nuevo, sino tan antiguo como la ciencia misma. Sin embargo, no es hasta los años 60 del pasado siglo XX cuando comienza a tematizarse la ausencia de mujeres en la producción de conocimiento científico. El artículo de Rossi, así como el trabajo de denuncia y reivindicación de un buen número de mujeres, en su mayoría científicas, en los años 60 y 70, tuvo un efecto importante y duradero. Las mujeres que en esa época de emancipación empezaban a ocupar los pupitres de las universidades como alumnas y los laboratorios y los grupos de investigación como científicas, se encontraban en un mundo mayoritariamente masculino, un mundo diseñado por y para los hombres. Se vieron “extrañas en el paraíso” (Magallón, 1996) y se preguntaron por qué. A su vez, las científicas sociales y humanistas que venían documentando las causas y consecuencias de la invisibilización y segregación de las mujeres en otros ámbitos también terminaron por volver su mirada hacia la ciencia. La ciencia, precisamente el paradigma de neutralidad y objetividad, el mejor producto de la razón humana, no era tampoco inmune a los prejuicios de género.

El crecimiento de la participación de las mujeres mexicanas en la ciencia y la investigación del país es una realidad que debería conducir al establecimiento de programas que contribuyan a generar condiciones favorables para su desarrollo desde un enfoque de colaboración y empatía con sus necesidades específicas. De esta manera, y mediante una metodología cualitativa no experimental, basada en la investigación documental de los informes generados por la Academia de la Investigación Científica, el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y las iniciativas gubernamentales plasmadas en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 y el Programa Sectorial de Educación 2013-2018, así como su expresión en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Lo anterior conduce a integrar una visión del estado actual de las mujeres en la ciencia y la investigación que permitirá proponer el horizonte hacia el que se podría dirigir este grupo de mexicanas en un campo de investigación aún por cultivar.

Esta contribución presenta el proyecto TecnoGirl que se ha diseñado para fomentar las vocaciones tecnológicas entre las niñas y las jovénes. Basándonos en el análisis de las causas por las que las mujeres escasamente escogen profesiones vinculadas a la ciencia y la tecnología, el proyecto incide en tres ejes. El primero, inspirar, se realiza a través de una exposición de mujeres científicas referentes. El segundo eje, entrenar, consiste en formar a las chicas mediante talleres divertidos, accesibles y con sentido. El tercer aspecto, co-crear, se desarrolla a través de una hackaton para chicas, las cuales deben encontrar soluciones a un problema real a través de la tecnología. El proyecto se encuentra en su primera edición, a partir de la cual se espera analizar su impacto y líneas de mejora para futuras implementaciones, considerando asimismo su escalabilidad.

*Escribe: Augusto Rosas, integrante del Grupo Interdisciplinario sobre Memoria y Democracia, e integrante del Centro de Documentación del Idehpucp. 

El Centro de Documentación del Idehpucp (CENDOC) se encuentra disponible para investigadores, alumnos y alumnas de la Pontificia Universidad Católica del Perú y otras universidades, así como público en general, a fin de contribuir a la formación de una cultura de respeto a los derechos humanos. El horario de atención es de lunes a viernes de 10:00 a.m. a 4:00 p.m. Toda visita es previa cita al correo de Augusto Rosas (augusto.rosas@pucp.pe).