Ir al contenido principal Ir al menú principal Ir al pie de página
Notas informativas 23 de junio de 2011

El último reporte de conflictos sociales de la Defensoría del Pueblo señala que de los 227 conflictos sociales que existen actualmente, 117 casos (51%) están ligados al medio ambiente. A ello se suman las manifestaciones y la escalada de violencia que se han producido en las últimas semanas en la zona sur de la región Puno. A propósito de estos temas, Derechos Humanos en línea conversó con María Eugenia Rodríguez Palop, docente de la Universidad Carlos III de Madrid, España, quien visitó nuestra Universidad para dictar el seminario “Desafíos actuales de los derechos humanos: el derecho al medio ambiente y sus implicancias prácticas”, que organizó la Maestría en Derechos Humanos de nuestra Universidad con el apoyo del IDEHPUCP. Aquí, sus opiniones.

¿Cómo se relacionan los derechos humanos con el medio ambiente? ¿Hay una conexión directa entre ambos?

La defensa del medio ambiente se suele reivindicar por su conexión con otros derechos, es decir como una nueva forma de agresión a los derechos clásicos. Por lo tanto, el medio ambiente desde esa perspectiva tradicional no es visto como un derecho humano propiamente, sino que afecta al modo en que se garantizan los derechos clásicos, los derechos humanos. Sin embargo, considero que la relación entre el medio ambiente y los derechos humanos no es una relación mecánica. Por ejemplo, uno puede ser un activista de los derechos humanos pero no necesariamente puede estar defendiendo el derecho al medio ambiente como un derecho humano. O al revés, uno puede ser un ecologista profundo y defender la cuestión ambiental fuertemente sin necesidad de hablar de derechos humanos. Con todo esto, lo que quiero decir es que el derecho al medio ambiente es un derecho humano autónomo, que vale por sí mismo como el derecho a la libertad de expresión o como el derecho a la salud. La forma de incorporar el derecho al medio ambiente al catálogo de derechos humanos se hace desde una determinada posición política o ideológica para colocar a ambos en un mismo plano y no al medio ambiente en una situación de inferioridad respecto de los otros derechos humanos.

Por estos días las posiciones ideológicas o políticas tienen una carga valorativa negativa. ¿A qué se refiere cuando alude a ellas? Es cierto. Cuando uno menciona la palabra ideología inmediatamente piensa en el concepto marxista de «ideología». Dicho concepto se asocia con una cierta manipulación de las cosas, que oculta la verdad o parte de la verdad. Sin embargo, en este caso me refiero a una posición ideológica como una posición política. Pero esta posición política no se corresponde con la política práctica, que es la que le toca a los partidos políticos, sino con una determinada visión del mundo, de cómo se deberían organizar las cosas, de cómo deberían ser las cosas.

¿Cómo plantea la utilización de los recursos naturales esa visión del mundo que refiere?

El mundo es escaso. Los recursos tienen un límite natural. La idea del crecimiento infinito o ilimitado en un mundo de recursos limitados no es posible; por lo tanto, hay que apostar más por una política de distribución que por una política de producción. Esta es una idea que subyace a la reivindicación del medio ambiente como parte de los derechos humanos. Eso sí, aclaro que esta reivindicación del medio ambiente como derecho humano conlleva evidentemente a una apuesta por un desarrollo sustentable y este a su vez tiene sus propios planteamientos.>>Lee la entrevista completa en Derechos Humanos en línea