Presentación del estudio Las mujeres migrantes y refugiadas venezolanas y su inserción en el mercado laboral peruano: dificultades, expectativas y potencialidades

El Instituto de Democracia y Derechos Humanos (IDEHPUCP), en colaboración con CARE Perú, acaba de publicar el estudio Las mujeres migrantes y refugiadas venezolanas y su inserción en el mercado laboral peruano: dificultades, expectativas y potencialidades. Esta investigación, realizada en las regiones de La Libertad, Piura, Lima y Callao, fue llevada a cabo por Cécile Blouin, Jimena Sánchez, Li Minaya y Alexander Benites, y se propuso dos objetivos centrales. Por un lado, conocer las principales ocupaciones de las mujeres migrantes y refugiadas venezolanas en el país, al igual que las necesidades y limitaciones que enfrentan en su proceso de inserción en los circuitos laborales del mercado peruano. Y, de forma paralela, dar a conocer los incentivos y desincentivos de las y los empleadores peruanos para contratar a mujeres venezolanas.
Este trabajo resulta relevante por varias razones. En términos contextuales, el Perú se ha posicionado como el segundo país de acogida a mayor cantidad de población venezolana después de Colombia. Así, aunque mostrando una tendencia decreciente, al cierre del mes de junio, se estima un total de 829 mil personas venezolanas que residen en el país y 428 mil personas solicitantes de la condición de refugiado.[1] Los datos para el caso peruano, además, ponen en evidencia un fenómeno ya reconocido por otras investigaciones sobre flujos migratorios en la región latinoamericana: su feminización.[2] En los últimos reportes de la OIM se observa que ingresan más mujeres que hombres.
Los resultados de la investigación revelan hallazgos importantes. En primer lugar, el 60% de las mujeres encuestadas en el estudio presentaron algún nivel de educación superior (técnica o universitaria), mientras que el 85% declaró tener experiencia laboral previa. Todo ello sugiere la amplia variedad de capacidades que poseen para su inserción en los circuitos laborales. Adicionalmente, los altos niveles de incidencia de la informalidad en el mercado peruano explican cómo buena parte de estas mujeres se encuentra trabajando actualmente: el 75% de las mujeres venezolanas encuestadas tiene algún empleo remunerado, pero el 74% de este total se desempeña en el sector informal.
En lo que respecta al relacionamiento con las y los empleadores peruanos, las experiencias relatadas por las mujeres venezolanas son variadas. Por una parte, algunas de ellas declaran haber tenido experiencias positivas y que se desenvuelven en ambientes laborales adecuados y desarrollando habilidades. No obstante, el estudio muestra cómo muchas de ellas han sufrido tratos agresivos al igual que situaciones de acoso sexual, incumplimiento de pagos y explotación laboral. Además, se registró que muchos de estos incidentes son tolerados debido a la situación de necesidad en que se encuentra este sector de la población.
«Algunas empleadoras y empleadores peruanos consideran que las mujeres venezolanas son hábiles para los negocios, poseen un adecuado manejo de redes sociales y un muy buen trato hacia clientes.»
Por el lado de las percepciones de las y los empleadores peruanos, también se muestran experiencias diversas. El trabajo identifica un conjunto de estereotipos que pueden ser calificados como “positivos”, en la medida que favorecen la inserción laboral de mujeres venezolanas. Algunas empleadoras y empleadores peruanos consideran que las mujeres venezolanas son hábiles para los negocios, poseen un adecuado manejo de redes sociales y un muy buen trato hacia clientes. Estos elementos se presentan como incentivos positivos para la contratación de mujeres venezolanas, y es un hallazgo que explica la alta concentración laboral de estas personas en el sector servicios.
A pesar de ello, una amplia gama de estereotipos son profundamente negativos y se presentan como barreras que impiden el acceso a un empleo digno. En ese sentido, algunas empleadoras y empleadores peruanos consideran que las mujeres venezolanas poseen un sentimiento de superioridad, no son trabajadoras, son deshonestas o se encuentran relacionadas con la criminalidad. Algunas de estas ideas, como lo muestra el estudio, provienen de la experiencia propia, pero también del discurso producido en los medios de comunicación o los comentarios realizados por personas cercanas.
Adicionalmente, el trabajo analiza los impactos de la COVID-19 y las medidas para hacerle frente a la enfermedad en las mujeres venezolanas que se encuentran en el país. Los resultados muestran que la pandemia ha agudizado una situación de incertidumbre generada por la inestabilidad laboral y ha dificultado sustancialmente la búsqueda de empleo. De esa forma, la situación de emergencia sanitaria ha suspendido la intención de muchas de estas mujeres de regularizar su documentación o buscar un trabajo estable.
Todo lo anterior son algunos de los hallazgos más resaltantes de la investigación, la cual dialoga con la literatura existente en la materia, pero también busca servir de base para el desarrollo de actividades de incidencia y la toma de decisiones de política pública. El documento concluye con un conjunto de recomendaciones e iniciativas, que buscan contribuir en la inserción laboral y el acceso a un empleo digno de las mujeres venezolanas en el país. Esto último se vuelve de particular importancia en el marco de la alarmante situación de vulnerabilidad que muchas de estas mujeres enfrentan hoy.
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