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Notas informativas 3 de octubre de 2017

Por primera vez en cincuenta años Alemania permitió que un partido nacionalista de extrema derecha, como lo es Alternativa para Alemania (AfD), ocupe un importante lugar en el Bundestag (la Cámara Baja del Parlamento alemán).

AfD es considerado un partido ultra conservador por su fuerte rechazo hacia los inmigrantes y refugiados. Si bien Angela Merkel continuará al mando de Alemania, su poder se ha visto debilitado y hay quienes aseguran que AfD se ha convertido en la tercera fuerza política en el país europeo.

En esta edición de Tiempo Global conversaremos al respecto con Hildegard Willer, periodista alemana, y Horst Schönbohm, analista político alemán y ex representante de la Fundación Konrad Adenauer alrededor de América Latina.

En los últimos días se ha denominado a AfD como un partido ‘neonazi’. Para Willer, estas afirmaciones no ayudan lo suficiente en este escenario, pues lo que está sucediendo en Alemania es muy similar a lo que ya ha pasado en otros países.

«Creo que solo una minoría de las personas que votaron por el Brexit, por Trump y ahora por AfD son ‘neonazis’. Más bien creo que son grupos generados por la globalización, que han tenido un estado de bienestar protector y ahora se sienten amenazados por la migración de otros grupos», detalló.

Del mismo modo, Schönbohm dijo que no hay peligro al respecto, pues si bien hay algunas expresiones que se pueden considerar ‘neonazis’, no hay que olvidarse el origen de AfD: partido fundado por intelectuales, catedráticos principalmente conservadores y liberales. El analista político explica que ahora algunos de los miembros de AfD han tomado una posición más radical, pero que aún hay pugnas internas.

Willer y Schönbohm coinciden, además, en que el voto de la población alemán por AfD es una expresión de protesta con un mensaje claro para los otros partidos: «ustedes no están viendo la realidad».

«El 90% de los alemanes han dicho en una encuesta que lo que más importa en sus vidas es la paz, la tranquilidad pública, la seguridad ciudadana. Son puntos que quedan completamente fuera de cualquier pensamiento ‘neonazi’», resaltó Schönbohm.

Hay cierto grado de xenofobia dentro del electorado alemán; sin embargo, el triunfo de AfD tiene principalmente un factor de protesta y alerta para los otros países, quienes no han demostrado atender las necesidades de la población alemana.