En marzo de 2020, el Gobierno peruano decretó cuarentena general en el país y el cierre de fronteras durante quince días a raíz de la pandemia generada por el COVID-19. Sin embargo, ante la rápida expansión de la enfermedad, las medidas restrictivas se fueron prorrogando a través de constantes decretos supremos, hecho que originó distintas limitaciones a actividades económicas y sociales. Estas limitaciones hicieron que el contexto en el que se desenvolvían actividades ilícitas como la trata de personas se adaptara a nuevas formas de negocio, tornándose más clandestina y, en consecuencia, más difícil de enfrentar.
De este modo, las personas que cometen este delito utilizan nuevas modalidades de captación, como el uso de nuevas tecnologías, para atraer a sus víctimas tanto nacionales como extranjeras; y, a la par, aprovechan el nuevo escenario social para explotar a sus víctimas con mayor impunidad. A esta situación se añade la falta de oportunidades generada por la crisis económica producto del COVID-19, que agudizó la condición de vulnerabilidad de determinados grupos de personas, exponiéndolas aún más a ser víctimas de trata.
Entre ellos, destacan las personas migrantes que, de pronto, se encontraron frente a los efectos de la pandemia sin soporte económico estatal y, en algunos casos, forzadas a seguir su tránsito migratorio aun con el cierre de fronteras.
Situaciones como las referidas han sido evidenciadas en el Informe Situacional del Delito de la Trata de Personas en Contexto de Flujos Migratorios Mixtos en Perú, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés). El documento incluye la descripción del contexto de la migración venezolana en el país, la respuesta nacional y el marco normativo para la trata de personas y los hallazgos identificados con relación al perfil de víctimas y ofensores, las rutas de la migración y las barreras en el sistema de justicia.
Frente a este contexto y en conmemoración del Día de la Lucha contra la Trata de Personas celebrado todos los 30 de julio, el pasado 10 de agosto de 2021, la UNODC —a través de la iniciativa TRACK4TIP— y el IDEHPUCP decidieron llevar a cabo el conversatorio «Trata de personas y migración en tiempos de pandemia por COVID-19». El objetivo del evento fue recoger los desafíos, las barreras y los nudos críticos de la trata de personas a raíz de la pandemia en relación con los siguientes puntos:
– Las nuevas dinámicas de la trata de personas
– El uso de las TIC como forma de captación y explotación
– El abordaje de casos de trata de personas: asistencia y protección a víctimas
Para ello, se contó con paneles técnicos especializados en estos tres ejes. En cada uno de estos espacios se contó con la moderación de un/a experto/a del IDEHPUCP y la participación de un/a representante de la UNODC, se presentó una ponencia a cargo de un/a especialista, se plantearon dos preguntas orientadoras para el debate y se dio inicio a una sesión de diálogos y aportes en los que participaron personas invitadas de las siguientes instituciones: Ministerio Público, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Poder Judicial, Defensoría del Pueblo, Gobierno Regional de Piura, Municipalidad de Lima, La Agencia de la ONU para los Refugiados, Organización Internacional para las Migraciones, Organización Internacional del Trabajo, Agencia Alemana de Cooperación Internacional, Pontificia Universidad Católica del Perú, Terre des Hommes Suisse, Red Kawsay, Asociación Cultural TeatroVivo, Movimiento el Pozo, Tejiendo Sonrisas, Cruz Roja Bogotá, CHS Alternativo, Coopi Internazionale y Cáritas Perú.
Esta relatoría es una recopilación de los principales hallazgos en torno a esos tres ejes temáticos.