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15 de mayo de 2023

Foto: Una nube de humo sale de un vecindario de Jartum, Sudán, el 15 de abril de 2023. (AP Foto/Marwan Ali)

Por Emilia Hönsch (*)

Casas bombardeadas, carreteras polvorientas… Cualquiera que mire a Sudán en estos momentos ve la decepción y la rabia escritas en los rostros. Decepción y rabia porque la población de Sudán lleva mucho tiempo esperando que algo cambie a mejor para ellos, y en lugar de eso la situación se complica cada vez más. 

El país, cuyas fronteras más extensas discurren a lo largo de los límites con Sudán del Sur, Etiopía, Egipto, Chad y Arabia Saudí al otro lado del Mar Rojo, estuvo gobernado por el dictador Omar al-Bashir durante casi tres décadas hasta enero del 2019. Ese año surge un rayo de esperanza para todos quienes durante años habían protestado contra esa dictadura. Un golpe de Estado por parte de militares depone a Al Bashir y se promete un gobierno civil de transición. Este gobierno de transición civil-militar funcionó hasta octubre de 2021, año en el cual los militares volvieron a tomar el poder (BBC, 2022). 

En Sudán, no sólo existe el ejército estatal, sino también una fuerza llamada Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), grupo paramilitar que constituye un peligroso contrapeso al ejército. Están dirigidos por Mohammed Hamdan Daglo, mientras que los militares están dirigidos por Abdel Fattah Burhan. Los dos hombres más poderosos, que en su día colaboraron con éxito para derrocar a Al-Bashir, no consiguen ponerse de acuerdo sobre cómo dirigir el país en el futuro. El conflicto se agravó porque Mohammed Hamdan Daglo, llamado Hemeti, iba a integrar sus milicias del RSF en el ejército estatal.

Los primeros misiles volaron el 15 de abril. No está confirmado qué bando inició la guerra, pero el hecho es que se reporta que este conflicto ha cobrado ya más de 600 vidas, aunque las cifras reales son probablemente mucho mayores (Tagesschau, 2023).

Las organizaciones internacionales han evacuado a su personal y lo mismo han hecho las representaciones de países. Una oleada de refugiados recorre ya los países vecinos. Se estima que unas 700.000 personas han huido de Sudán desde que comenzó la guerra, aproximadamente la mitad de los cuales se ha dirigido a Egipto, donde muchos tienen parientes (Dörris, 2023). Huir es una travesía cara; las tarifas de autobús a través de la frontera se han disparado desde el comienzo de la guerra civil (Dörris, 2023).

¿Qué pasará ahora?

Por primera vez desde el estallido de la guerra se van a llevar a cabo conversaciones entre las dos partes en conflicto. Por iniciativa de Estados Unidos y Arabia Saudí, emisarios de las partes han acordado reunirse en Dschidda; sin embargo, subrayan expresamente que en esas conversaciones no se trata de conversaciones de paz (Perras, 2023).

No obstante, la comunidad internacional espera que dichas conversaciones se traduzcan en pequeños logros o avances. El objetivo principal es aliviar la difícil situación de los civiles y asegurar el   suministro oportuno de ayuda internacional. Es importante mencionar que no hay acceso a agua, electricidad y alimentos básicos.

La guerra amenaza con desestabilizar no sólo Sudán, sino a toda la región. Esto preocupa a los estados vecinos, algunos de los cuales están luchando a su vez con conflictos militares dentro de   sus países, como en Etiopía. Especialmente preocupados se encuentran Sudán del Sur, que depende de Sudán porque su oleoducto para la exportación de petróleo atraviesa el país, y Egipto, porque el Nilo desemboca en su país desde allí (Perras, 2023). Además, muchos de los países de la región carecen de recursos para acoger grandes oleadas de refugiados.

Las perspectivas de una solución política son escasas, ya que ambos generales acaban de subrayar que no se trata de negociaciones de paz. Por otro lado, es importante rescatar que al menos se iniciaron conversaciones entre ellos, lo cual es un avance, puesto que la solución al conflicto debe encontrarse dentro del país. 

Queda por saber cuál será el resultado de las conversaciones. Los países de occidente estarán a favor de la democracia, pero ellos mismos deberían ser conscientes de que por el momento se trata más bien de un deseo y que su credibilidad se ha visto disminuida porque no están evacuando sus trabajadores locales sino sólo a su personal internacional. Además, no existe interés en nuevos refugiados y, por tanto, también les interesa una solución rápida. Los Estados árabes, Moscú y Pekín persiguen sus propios intereses en la región.

Es de esperar que Sudán sea uno de esos casos en los que la diplomacia funciona y encuentran una solución pacífica para su país.

(*) Licenciada en Ciencias Sociales y estudiante de último año de la maestría “Conflicto, Memoria y Paz” de doble titulación, enfocada en derechos humanos y promover la comunicación internacional. Actualmente se encuentra realizando una pasantía en el IDEHPUCP.


BBC (2023). Cómo la rivalidad de dos generales terminó con un país desangrado y una ciudad sin comida ni agua. 22 de abril 2023. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-65326415 

Dörries, B. (2023). Gestrandet am leeren Pool. Süddeutsche Zeitung. 07 de mayo 2023. https://www.sueddeutsche.de/politik/sudan-buergerkrieg-fluechtlinge-khartum-aethiopien-gonder-1.5844523 

Perras, A. (2023). Wie kann der Sudan den Krieg überwinden? Süddeutsche Zeitung. 08 de mayo 2023. https://www.sueddeutsche.de/politik/sudan-verhandlungen-waffenruhe-saudi-arabien-1.5846755 

Tagesschau (2023). Mehr als 700.000 Menschen im Sudan auf der Flucht. 09 de mayo 2023. https://www.tagesschau.de/ausland/afrika/sudan-binnenfluechtlinge-tote-100.html