Por: Juan Takehara Mori
En este año marcado por la pandemia se ha observado que en entornos virtuales de trabajo o educación se mantiene el trato discriminatorio hacia las mujeres, lo cual dificulta su desarrollo pleno. Urge reflexionar sobre la incorporación de una perspectiva de género en esos espacios. Para ello conversamos con la socióloga Patricia Ruiz-Bravo, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la PUCP y directora de la Cátedra Unesco de Igualdad de Género, quien detalla la importancia de educar en temas de género desde la etapa formativa de las personas.
¿Ha observado avances en la educación superior respecto a la incorporación de una perspectiva de género en este último año de enseñanza virtual o se han detectado retrocesos en este aspecto?
Debido a la enseñanza virtual ha sido posible desarrollar mas cursos y talleres abiertos y dirigidos a un mayor número de personas. Los temas de género se han desarrollado, pero un análisis de género muestra que las mujeres que enseñan han visto su labor recargada por las tareas de cuidado y domésticas que han asumido en un gran porcentaje. Ello revela una paradoja, pues a la vez que se difunde el enfoque para promover cambios en las relaciones de poder entre varones y mujeres, en la práctica cotidiana la situación de las mujeres en la pandemia se ha visto afectada negativamente en varios aspectos.
Entendiendo que los prejuicios se desarrollan desde temprana edad, ¿sugiere que la enseñanza con enfoque de género se empiece en etapa formativa?
De todas maneras. Todos los estudios señalan la importancia de la primera infancia en la formación de patrones y estereotipos. Por ello la escuela es clave en el trabajo por la igualdad de género. Este trabajo tiene que ser en la malla curricular, pero sobre todo en las prácticas cotidianas y en los espacios extracurriculares. De nada vale enseñar igualdad de género si en las aulas no se generan espacios democráticos que permitan y promuevan la participación activa de las niñas. El acoso y la violencia sexual debe ser eliminado de las escuelas y ello implica sanciones ejemplares a docentes que incumplan las normas y las leyes.
«Hay que dialogar y apoyar en niños y niñas una mirada crítica al entorno, a los medios de comunicación, al internet para mostrar los micro machismos, las discriminaciones cotidianas que reproducen la desigualdad»
¿Qué respuesta daría a aquellos padres que consideran que la educación con un enfoque de género se debe aprender en el ámbito familiar y no en el centro de estudios?
Es importante comprender que niños y niñas aprenden en distintos contextos pues el aprendizaje es integral. La democracia no se aprende sólo en casa. La escuela y los centros de estudio son espacios donde se aprende la vida en común, el respeto a las diferencias y la no discriminación. Con los valores sucede lo mismo. Es impensable que la niñez aprenda la justicia en su casa si en la escuela se vive y se avala la injusticia. La educación en temas de género debe ser entendida en este contexto. Hay un continuum en la formación de la niñez que integra familia, escuela, grupo de pares y medios de comunicación. Es en la confluencia de estas distintas esferas que se logran los objetivos de una formación ciudadana.
¿Cómo preparar a un/a docente para adaptar la perspectiva de género al campo de su enseñanza?
En primer lugar, es importante despertar el interés y la motivación señalando la relevancia académica, ética y política del enfoque. Con ello, como primera piedra, se puede trabajar metodologías específicas que les permitan introducir los conocimientos y metodologías producidos por las investigaciones de género en cada tema específico. Hay mucha literatura sobre el tema en las diferentes disciplinas.
En esa línea, ¿qué recomendaciones daría a los padres que deseen fomentar con sus hijos/as una enseñanza con equidad de género?
Cómo señalé, es clave la práctica democrática en la casa de manera que lo que se dice en el discurso tenga un correlato en las relaciones y la vida cotidiana. Hay que dialogar y apoyar en niños y niñas una mirada crítica al entorno, a los medios de comunicación, al internet para mostrar los micro machismos, las discriminaciones cotidianas que reproducen la desigualdad.
¿Cómo trabajar con centros de enseñanza superior que a su vez también pueden ser espacios donde puede ocurrir acoso contra las estudiantes?
Se trata de una lucha constante. Hay que mantener un diálogo permanente con docentes y estudiantes, visibilizar casos y mantener una posición firme contra las personas que son denunciadas por estos delitos. Hay que generar un cambio de chip y una cultura del respeto. Esto toma tiempo, pero debe ser sistemático.
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