Por: Juan Takehara
Hace pocos días se denunció una vez más un acto de discriminación en una cadena de tiendas. Sobre eso y sobre la forma en que el incidente fue tratado por los medios de comunicación, hemos conversado con Ana Lucía Mosquera Rosado, comunicadora y especialista en temas de comunicación intercultural, diversidad, género y no discriminación para comprender cómo se debe abordar este problema en la actualidad.
¿Cuáles considera que son los principales problemas en el tratamiento de la noticia cuando abordan acusaciones por racismo?
Normalmente se menciona el racismo cuando se presentan hechos específicos o algunos casos puntuales, pero no se tiene una conversación sostenida sobre el racismo como un problema presente más allá de eventos aleatorios. Cuando se aborda algún caso se tiende a cuestionar si el acto tiene que ver directamente con discriminación étnico-racial o con racismo. Pocas veces se aborda el tema de manera seria; pocas veces se pregunta a las personas por qué han incurrido en actos discriminatorios que tienen su origen en el racismo. Y lo que pasa es que no se logra ver el racismo en su naturaleza sistémica. Creo que eso es un denominador común en todos los casos de discriminación o de acusaciones por racismo que suceden. Muchas veces no se entiende el origen o no se explica por qué se está cayendo en un acto de racismo. El abordaje de estos temas, además, es bastante breve, como si tuviera un periodo de inicio y fin; no hay un tratamiento continuo del tema que permita abordar el racismo como un problema sistémico presente en las interacciones cotidianas.
Las respuestas que escuchamos cuando se acusa de racismo a una persona o trabajador que cumple funciones de vigilancia y seguridad es que sólo están aplicando procedimientos establecidos en un manual interno de vigilancia.
Lo primero que hay que decir es que el involucramiento de la empresa privada es fundamental en la lucha contra el racismo. Es necesario que se revise también los procedimientos internos de las empresas. Nadie les está diciendo a las empresas que no vigilen correctamente o que no se preocupen de los bienes en el interior de las tiendas, sino que es necesario tener procesos de sensibilización sobre sesgos inconscientes que pueden operar a partir de los procesos de racialización; es decir, sobre cómo uno categoriza a una persona y a partir de ello le asigna ciertas características o la señala como sospechosa inmediata. Nuevamente, el gran elefante en la sala es el tema de cómo el racismo también está presente al interior de las instituciones y de la empresa privada y del trabajo que se tiene que hacer para poder eliminar esos sesgos, sobre todo en las acciones de vigilancia y sobrevigilancia. En ese sentido, hay que tener muchísimo cuidado con estas respuestas, porque al decir que solo se está aplicando un procedimiento establecido se termina por avalar una conducta que es en su naturaleza prejuiciosa cuando está apuntando directamente a personas juzgándolas o definiéndolas como sospechosas, únicamente mediante operaciones de racialización.
¿Diría usted que los medios se ocupan del racismo cuando hay una denuncia, pero que no van más allá de eso, que no trabajan en campañas o reportes sobre prevención y detección de la discriminación?
Se trabaja únicamente de manera inmediata sobre casos específicos, algunos sucesos con impacto internacional como lo fue el caso del asesinato de George Floyd en Estados Unidos, pero no se hace una discusión sobre el contexto y la situación que se vive en el Perú y por qué es importante prevenir o detectar estas conductas para poder eliminarlas de nuestro propio comportamiento individual. La detección temprana es complicada porque muchas de las cosas que reproducen el racismo nos parecen comunes y normales. Es mucho más difícil detectar aquellas cosas que forma parte de nuestra cotidianidad y poder determinar que efectivamente responden al racismo. En el tema de prevención, cuando se abordan de manera inmediata o se trata el racismo en medios como una serie de eventos u ocasiones específicas, no podemos ver en qué otros aspectos lo estamos reproduciendo. Creo que es importante mencionar que muchas veces los mismos medios de comunicación reproducen el racismo a través de sus contenidos. Explorar de manera más profunda el racismo en medios implicaría también revisar sus propias conductas y creo que eso es algo que pocos están dispuestos a hacer porque involucra analizar qué contenidos reproducen, cómo es que estos tienen relación con el racismo, cómo lo que comunican o lo que dejan de comunicar ayuda a perpetuar una serie de imaginarios y cómo esto puede tener un impacto en la manera en que el racismo se justifica y se reproduce en la sociedad. Existe una comprensión limitada del problema y una resistencia a mirar cómo desde sus propios medios el racismo se reproduce.
«Desafortunadamente los medios de comunicación siguen reflejando muy poco la gran diversidad étnica y cultural que tenemos; entonces es muy probable que las personas que trabajan ahí no hayan experimentado discriminación o racismo.»
Por ejemplo, son pocos los casos donde conductores de televisión o periodistas han indicado que se han sentido discriminados. ¿Cree que todavía hay temor en reconocerlo públicamente?
Aquí creo que hay dos cosas principales: la primera, es que la mayoría de personas que están en medios de comunicación como conductores/as son personas que no son racializadas. Desafortunadamente los medios de comunicación siguen reflejando muy poco la gran diversidad étnica y cultural que tenemos; entonces es muy probable que las personas que trabajan ahí no hayan experimentado discriminación o racismo. El segundo punto es que es muy difícil explorar o sacar a la luz estos casos pues muchas veces es complicado exponerlos. Colocarse en una situación de vulnerabilidad para contar que uno ha sido víctima de discriminación no es algo fácil de hacer. Creo que hay mucha resistencia, no solamente de conductores, sino de las personas en general, a decir que efectivamente han sido víctima de discriminación, porque se cree también que quienes denuncian discriminación o dicen que han sido víctima de racismo están victimizándose, y existen conductas violentas o agresivas contra las personas que denuncian la discriminación. No es fácil denunciar eso, y menos aún en un espacio en el que probablemente sean las únicas personas racializadas.
En las redes sociales, muchos comentarios sobre noticias relacionadas a racismo aparecen respuestas como: “Ya, pero, dónde está el racismo” o “también soy mestiza/asiática/afroperuana y no veo el racismo aquí”, e incluso comentarios más violentos. ¿Hasta qué punto se debe moderar este tipo de mensajes, sabiendo que debe respetarse el derecho de libre expresión?
Es una pregunta compleja porque como bien mencionas hay que mantener el derecho de expresarse libremente. Creo que más que limitarlos, estos comentarios deberían servir para iniciar conversaciones. Personalmente me gusta tomar estos espacios o comentarios como oportunidades pedagógicas para conversar sobre estos temas. No es poco común que las personas digan que no ven el racismo, que no entienden dónde está, y tampoco es extraño ver que personas racializadas mencionen que no se sienten discriminados o no se ven afectadas por ello. Las personas racializadas también hemos crecido en un ambiente racista, hemos aprendido estas conductas y no estamos libres, tampoco, de hacer comentarios o emplear estrategias para mantenernos a buen recaudo. Ninguna persona racializada quiere estar expuesta a recibir violencia o mostrarse vulnerable y tampoco quieren ser las personas que incomoden, sobre todo en un espacio en el que ya sobresalen. Y son, nuevamente, sobrevigiladas, vistas con mayor detenimiento o señaladas. Creo que el decir «no me afecta», también es un mecanismo de defensa y es una manera de negar una realidad para poder adaptarse al entorno y no sobresalir de manera negativa por ser la que se queja o la que protesta. Creo que es importante no moderar los mensajes, pero sí generar conversaciones a partir de eso. A mí siempre me parece necesario y relevante que las cosas se puedan discutir. Está tan enquistado el racismo en la sociedad que muchas de estos comentarios nos parecen normales.
Uno de los principales ataques a Pedro Castillo ha sido por su apariencia, forma de hablar y origen étnico. ¿Qué deberían hacer los medios para reducir los brotes de violencia callejera que se han producido, los cuales podrían vincularse, en parte, a una negativa a ser gobernados por un mandatario de rasgos andinos o de educación rural?
Creo que es necesario también que, sin romper esta neutralidad que debería de caracterizar a los medios, aunque no necesariamente lo hace, se examine cómo es que la descalificación de Pedro Castillo por sus rasgos, su origen o su manera de hablar es racista. Lo que se ha intentado hacer es decir que Pedro Castillo no está calificado y se ha visto una línea editorial clara en contra de él, pero lo que no se ha hecho visible es que muchas veces esta línea argumentativa no está necesariamente relacionada con las características o las cualidades que pueda tener, sino que se ha visto afectada por una idea eurocéntrica y centralista sobre cómo debería ser una persona correcta o cómo las personas deberían hablar o vestirse. Creo que independientemente si nos gustaría o no que Castillo sea presidente, este tipo de ataques no solo lo afectan a él como político, sino también a todas las personas de origen andino y que han votado de una manera diferente. Esa otredad y esa generación de alteridades a partir del lenguaje e insultos es algo que también se tiene que discutir desde los medios de comunicación, sin necesidad de romper la neutralidad. Este es un problema que se debe debatir también porque nos hace repensar qué estereotipos hemos creado acerca de las personas que están fuera de Lima.
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