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Entrevistas 11 de mayo de 2021

 Por Juan Takehara

A medida que se acerca la fecha para elegir al próximo mandatario, nuevamente los medios de comunicación desempeñan un rol importante en esta etapa final de la campaña. Si en la primera vuelta dieron a conocer a los distintos candidatos ante la opinión pública, en la actualidad deberían difundir con imparcialidad la información, más allá de sus preferencias editoriales. ¿Es posible hacerlo? Conversamos con David Rivera, exdirector de la revista Poder, quien observa cómo el clima polarizado también invade las salas de redacción.

¿Cómo observa la postura de los medios periodísticos tras esta segunda vuelta?

Los medios, sobre todo el grupo El Comercio, han tomado claramente partido por un candidato. Los diarios Trome y Peru21 están en campaña contra Pedro Castillo. En el caso del diario El Comercio tienen una línea más informativa, pero en los otros diarios son abiertamente campañas contra la posibilidad que gane Castillo. Y en los demás medios – hablando de los nacionales que son limeños – hay un voto predominante por Keiko Fujimori. Lima tiene preocupación por el modelo económico porque aquí han estado los principales beneficiarios del modelo y los principales conductores de televisión nacional son personas de los sectores A/B – tal vez alguien de C –  que se resisten a los cambios. En general, está claro que hay un nivel de exigencia hacia Castillo que no hay con Fujimori.

¿Qué imagen buscan construir – dichos medios – sobre el candidato Castillo?

Lo muestran como un comunista autoritario y aseguran que si votamos por él vamos a ser Venezuela. Básicamente la campaña de los medios está enfocada en eso. Además, se repite que es un improvisado y sin equipo técnico. La idea es generar dudas y mostrar que con su incapacidad muchas personas tendrán que irse del país.

¿No han mostrado temor a que los candidatos sean un problema para la libertad de prensa?

En el caso de Castillo le han hecho algunas preguntas recordándole lo que dice el ideario de Perú Libre. De hecho, le preguntan más a Castillo que a Fujimori sobre este tema, a pesar de que ella ha dado claramente más muestras de ataque a los medios en los cinco años que tuvieron mayoría en el Congreso.

¿Cree que la actitud de los medios sea por una posible presión de sus anunciantes?

No creo que sea por eso sino por un auténtico convencimiento de que Fujimori es el mal menor. Solamente que, para sustentar eso, violan lo que debe ser la independencia y la objetividad informativa. No se convierten en medios imparciales que informan sobre la campaña, sino en actores políticos adicionales. Eso estaría bien en términos de línea editorial en un medio; el problema sucede cuando la línea informativa se ve invadida por esa línea editorial y cuando se distorsionan la realidad para poder sustentarla.

«Está claro que hay un nivel de exigencia hacia Castillo que no hay con Fujimori»

¿No sería mejor que manifestaran abiertamente en su editorial el apoyo a su candidato o candidata de preferencia?

Sí, y que dijeran que su línea informativa estará orientada a ese apoyo. Lo que pasa es que nunca van a decir eso sobre su línea informativa porque vulnera principios básicos del periodismo. Incluso El Comercio se daría cuenta de que está violando sus Principios Rectores. No van a reconocer que lo están haciendo.

¿Hasta dónde podrían llegar las amenazas- desde ambos lados – sobre cierre de programas de televisión o el control de medios? 

No creo que Castillo tenga la correlación de fuerzas y el músculo político para conseguir algo así. Es parte del análisis que no se quiere hacer. Así sea un autoritario, no tendría cómo ponerlo en práctica lo que dice. Yo entiendo las preocupaciones porque claramente Cerrón es un tipo autoritario y Castillo ha dado declaraciones en la primera vuelta que son para preocuparse, pero es evidente que están habiendo cambios en el discurso de Castillo y que la alianza con Verónika Mendoza garantizaría que no se van a caer en esos extremos. En el caso de Keiko tengo dudas porque en los cinco años se comportó autoritariamente en el Congreso. Los medios nacionales informaron bastante bien sobre sobre esa actitud. En ese caso en particular quien estaba a cargo era Kuczynski, un gobierno de derecha con el que supuestamente debieron hacer una alianza. Es probable que, si Keiko gana, tenga al frente una oposición fuerte en el Congreso y los medios nacionales que están en Lima tengan ciertas consideraciones con su gobierno.

Tendría que buscar aliados en el Congreso para repeler dicha oposición.

Creo que Renovación Popular se va a alinear de todas maneras con el fujimorismo, pero no me queda claro cuál será el rol de Avanza País. No se sabe si votan por el fujimorismo solo porque efectivamente consideran que es el mal menor o si en un eventual gobierno fujimorista se entregarían totalmente a ellos. Igual Alianza para el Progreso, que es un partido clientelista y podría terminar alineado sin ningún problema con Keiko. Esa sería la forma cómo el fujimorismo podría tener tanto el gobierno como una mayoría en el Congreso, y así las cosas, se le facilitarían muchísimo.

Este último año, por el encierro, aumentó el consumo de distintos formatos periodísticos online ¿Qué tanto pueden influir estos nuevos medios? 

Primero hay que decir que los hay de todo tipo, tanto parciales como imparciales. Algunos tienen una clara posición a favor hacia uno u otro candidato. Todos tienen influencia e incidencia, no con el mismo nivel de los medios nacionales, pero sí hay propuestas que están haciendo periodismo independiente y juegan de hecho un papel importante.

¿Los medios deberían comprometer a los candidatos de, entre varios juramentos, mantener la prensa libre?

Hay ya una propuesta de varias organizaciones civiles para impulsar la firma de un documento.

¿Funcionan?

Sí funcionan. Son documentos que de alguna manera limitan lo que quieran hacer. Un ejemplo de eso fue Ollanta en el 2011. Ponen ciertos parámetros al potencial comportamiento autoritario y antidemocrático. No son garantía absoluta de que se vayan a portar bien, pero ponen una camisa de fuerza.


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