Por Isabel Jave (*)
Esta semana en la que conmemoramos el Día Internacional de la Mujer conversamos con Ingrid Díaz, doctora en Derecho Penal por la Universidad de Salamanca (España) y profesora de Derecho en la PUCP, quien nos explica la necesidad de un enfoque de género para entender delitos como el feminicidio en el sistema penal.
Si nos colocamos en el escenario nacional donde tenemos a 32 víctimas de feminicidio en los 2 meses del 2023, como lo señaló La República, ¿cree que las penas de este delito logran disuadir a la sociedad para no cometerlo?
Yo creo que la pregunta hay que tomarla con pinzas. El derecho penal tiene una función para disuadir la comisión de delitos, sin duda, pero su función es residual. Es decir, ya cuando el hecho se ha cometido. En ese contexto, yo creo que se han hecho esfuerzos importantes. Tenemos un tipo penal autónomo de feminicidio que no hay en otras legislaciones, por ejemplo, en la región. Contamos con la famosa Ley N° 30364, norma que busca proteger a las mujeres y a los integrantes del grupo familiar para prevenir este tipo de situaciones.
La jurisprudencia, en lo penal, también ha sido importante; sobre todo, a partir del Acuerdo Plenario 6 del 2009 que define el famoso elemento “por su condición de tal”. Luego, han venido varias sentencias que ayudan a contextualizar un delito de feminicidio y cómo sancionarlo. Eso es un punto importante; pero, como imaginarán, el tema de prevenir y de disuadir este tipo de conductas va más allá del derecho penal, de la norma y de sanción penal.
En primer lugar, para centrarnos en lo penal, tenemos que hablar de los operadores de justicia. ¿Cómo se trata a la víctima o a los familiares de la víctima? ¿Qué pasa cuando se le dice a un policía que ha desaparecido una mujer? ¿Qué cosa se hace y cómo valorar los casos? Ahí hay un tema que hay que trabajar. Se ha avanzado, pero se puede hacer más. Esto podría ayudar a esta pregunta más general que me hacen sobre este efecto disuasivo.
Lo segundo, y quizás más importante, es que esto tiene que ver con una cuestión de personas. Si yo quiero que no se cometa el delito, todos en la sociedad tenemos que entender varias cosas. Si nosotros seguimos normalizando que los estereotipos de género son la regla, que las mujeres estamos relegadas a cierto comportamiento y que si no lo cumplimos “nos pueden castigar”; el problema se va a mantener y la norma penal mucho no va a poder hacer.
Sobre si el sistema penal ayuda a disuadir, yo diría que sí, pero no necesariamente es el elemento más importante. También hay que trabajar mucho sobre personas y eso nos remite a la educación y a la sociedad. Desde la comprensión de que todos somos iguales, no se deberían realizar actos que castiguen a quien se sale del molde, de lo que se entiende debería ser “el comportamiento de una mujer”.
Nos puede explicar un poco más la importancia del enfoque de género para identificar los estereotipos que se presentan en delitos como el feminicidio, exclusivos contra las mujeres “por su condición de tal”.
Por lo menos en lo penal, resulta fundamental conocer el enfoque de género para poder entender y aplicar el delito de feminicidio. A esta frase le tienen mucho miedo algunos operadores de Justicia porque piensan que vulnera su imparcialidad o creen que es favorecer arbitrariamente siempre a la mujer y considerarla víctima. Eso no es. El enfoque de género implica ponerse una suerte de lentes que nos hace ver que en la realidad se han establecido roles, características y atributos a lo femenino y a lo masculino. Los famosos estereotipos de género.
Si pensamos en los estereotipos de género femeninos, vamos a pensar probablemente en la debilidad, la sensibilidad, el hecho de que la mujer esté más en el ámbito privado. En cambio, si pensamos en los estereotipos masculinos, vamos a pensar en la fuerza, en la racionalidad, en la provisión para el hogar, etcétera. Ahí parte el problema, porque esos estereotipos de género no son cuestiones naturales, sino atribuciones sociales y lo único que han creado es un sistema de género que subordina a las mujeres. Cuando las mujeres no cumplen con ese papel que la sociedad les dice que cumplan, se las “castiga”. La agresión más fuerte tiene que ver con su muerte y ahí tenemos los feminicidios.
Si un operador de Justicia no se da cuenta de eso, no va a poder aplicar, por ejemplo, el delito de feminicidio. Va a creer que es normal que se produce algún tipo de agresión si la mujer sale de ese rol impuesto de alguna manera. Lo que hace el enfoque de género es hacernos ver, y por eso no hay que tenerle miedo, que esos estereotipos de género no son cuestiones naturales, sino atribuciones arbitrarias que discriminan a las mujeres. En nuestro trabajo no podemos reforzar estos estereotipos de género, y, más bien, debemos ir hacia donde apunta nuestra legislación y entender que, por ese contexto especial, en el que se comete la muerte de las mujeres, hacía falta tener un delito autónomo: el feminicidio.
Hasta ahora he hablado de entender el delito, pero el problema reside en saber cómo aplicarlo. ¿Qué cosa se necesita? Darse cuenta en cada caso si la muerte de la mujer se produce porque esta incumple o quebranta un estereotipo de género. Ahí viene la importancia del enfoque de género y de los estudios de género. Hay que tener una suerte de radar para ver cuándo estamos ante un estereotipo de género femenino que ha sido quebrantado y que fundamenta la muerte de una mujer.
En ese sentido es fundamental que operadores de justicia sean capacitados en enfoque de género. El delito particular de feminicidio no se entiende sin enfoque de género porque su elemento central es matar a una mujer “por su condición de tal”, y eso se refiere al incumplimiento de un estereotipo de género. ¿Cómo lo entendemos si no sabemos nada del tema de género? Es imposible.
Este enfoque tiene cola porque, primero, me permite entender por qué se creó el delito; luego, me da herramientas para aplicarlo y para probarlo. Entonces, se tendrá un efecto, por ejemplo, en la actividad investigadora que hay en el Ministerio Público con apoyo de la policía. Luego, también, en la interpretación de los elementos probatorios que haga el juez o la jueza.
En marco del día de la mujer, ¿qué nos hace falta para encontrar una justicia igualitaria desde el sistema penal?
En el sistema penal, que es una cadena donde tenemos a los jueces, fiscales, policía y defensa pública; hace falta sensibilización. Es decir, hemos nacido y crecido en una sociedad que refuerza estereotipos de género y que nos dice a las mujeres: “ustedes tienen este espacio y los varones tienen este otro”. Entonces, creo que hay que hacer el esfuerzo por entender que eso que nos han enseñado no es natural ni normal y que lo único que ha generado es que las mujeres nos encontremos subordinadas, discriminadas y que seamos víctimas de violencia. Probablemente, entre las peores, tenemos el feminicidio, del cual estamos conversando.
Creo que el punto de partida es darse cuenta de la importancia del enfoque de género, darse cuenta que detrás de estas muertes hay algo más y ese algo más nos involucra a todos como sociedad. Con ese punto de partida, habría un cambio en la labor que realice la policía, el Ministerio Público, el Poder Judicial y la defensa pública. ¿Cómo yo interpreto y aplico una norma como el delito de feminicidio, que comprende el propio enfoque de género, si yo no lo entiendo ni creo en él? Ese es un problema.
La sensibilización es muy importante y pienso que hemos avanzado. Aunque el tema propio del delito de feminicidio es bastante jurídico y jurídico penal, ha tenido un papel muy importante el movimiento feminista en la sensibilización. Las marchas que ha habido, los casos que han sacado a la luz, las cifras son importantes para tener una base. Con el derecho uno puede argumentar, pero también parte de la convicción y el convencimiento que tenemos las personas. Yo pienso que todas y todos estamos convencidos que la igualdad es importante. Entonces, lo que tenemos que hacer es romper con ese sistema de género que lo que hace con las mujeres es discriminar. Quien refuerce el estereotipo de género en el ámbito en el que se desempeñe debe tener claro que está discriminando. Si nos damos cuenta de ello, creo que podremos hacer entre todos un mejor papel, por lo menos en el ámbito jurídico penal, que es donde yo me desempeño.
(*) Encargada de prensa del IDEHPUCP.