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El cambio climático es la mayor amenaza que enfrenta hoy en día la humanidad para su existencia como tal, según lo establecido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas
(OACNUDH). Los efectos del cambio climático se acentúan de manera más desproporcionada en los países y segmentos donde la población se encuentra en desventaja, siendo los países de América Latina y el Caribe los más afectados.

En atención a ello, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha determinado que es necesario entender este fenómeno desde una perspectiva de derechos humanos, al permitir “identificar los graves derechos que están en riesgo frente a este problema” y “ayudar a asegurar que las respuestas sean coherentes, efectivas y receptivas a las preocupaciones de aquellos más afectados”. Particularmente, las mujeres indígenas enfrentan la discriminación sistemática, estereotipos nocivos y barreras socioeconómicas que limitan su capacidad de adaptación, ubicándolas en una situación de mayor vulnerabilidad ante los efectos del cambio climático.