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Notas informativas 16 de abril de 2019

Los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 son los tratados internacionales que contienen las principales normas aplicables en contextos de conflictividad armada. Estos constituyen la piedra angular del Derecho Internacional Humanitario (DIH), es decir, las normas abocadas a humanizar los conflictos armados (internacionales o internos) y limitar sus efectos a lo estrictamente necesario para conseguir un fin militar. Su importancia es tal que son de los pocos tratados que han sido aceptados por todos los Estados y, por tanto, son aplicables universalmente.

Setenta años después de su adopción, la relevancia de los Convenios de Ginebra se mantiene vigentes. Si bien nos encontramos en un panorama cada vez más alejado de grandes conflictos armados de carácter internacional, como lo fueron la primera y segunda guerra mundial, la conflictividad armada sigue presente. Es más, esta se ha complejizado y dinamizado, y afecta a generaciones enteras.

En su reciente visita al Perú[1], el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, señaló que el espíritu de estos tratados es brindar protección a las personas afectadas por las tragedias de la guerra. Cabe decir que esta es la labor del CICR: brindar asistencia humanitaria y hacer un llamado a que los actores estatales y no estatales respeten las normas del DIH. A pesar de ser universalmente aplicables, muchas veces no se presenta el cumplimiento de este marco normativo. Por ello, la implementación del DIH es una tarea constante.

Si bien América Latina ocupa el último lugar en cuanto a número de conflictos armados, desde 1950 se ha reportado veintiún conflictos de este tipo en nuestra región[2], los cuales han causado alrededor de 700 mil muertes, además de cerca de 140 mil personas desaparecidas solo en Perú, Colombia y Guatemala[3]. De esta manera, no son ajenos a nosotros la conflictividad armada ni los esfuerzos para otorgar protección y justicia a las víctimas de estos sucesos.

En cuanto al desarrollo normativo, debe destacarse que nuestra región ha mantenido una dinámica positiva respecto al número de Estados que son parte en tratados relacionados al DIH. En el marco interno, se puede identificar en varios países la implementación de medidas legislativas, reglamentarias y de política pública sobre temas como regulación de armas, represión penal de los crímenes de guerra, búsqueda de personas desaparecidas, protección de bienes culturales, entre otros. Esto no significa que se deje de lado la tarea constante y atenta de implementación del DIH para futuros casos.

Por otro lado, y como parte de la identidad de América Latina, existe una muy marcada relación de sinergia entre el DIH y los derechos humanos. En efecto, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos es el que más veces y mejor ha utilizado las normas del DIH en comparación con otros sistemas de protección de derechos humanos. La Corte Interamericana ha utilizado en su jurisprudencia dichas normas para valorar y desarrollar derechos como la vida, libertad personal, la verdad, entre otros. Existe entonces un potente mensaje a los Estados para que cumplan no solo las normas de los derechos humanos sino también del DIH durante los conflictos armados.

Por último, la experiencia latinoamericana nos presenta la vinculación intensa entre el DIH y el posconflicto. Cuando más se respetan estas normas, el proceso de reconciliación luego de un conflicto armado se torna más factible. Las comisiones de la verdad han sido los órganos que han recurrido al DIH para calificar qué situaciones son o no conflicto armado, sino también para evitar impunidad. Al contribuir a la reconciliación, las comisiones de la verdad peruana y guatemalteca, por ejemplo, han tenido entre sus recomendaciones capacitar y fomentar el respeto al DIH.

De este modo, son varios los aportes de los Convenios de Ginebra, y las tareas pendientes también. Estos nos brindan el mensaje de que la protección de personas no debe terminar con el fin del conflicto armado, sino que trasciende a este. Y también nos recuerdan que, hasta en momentos terribles como la guerra, hay espacio para defender la dignidad humana.


[1] El 12 de abril de 2019, se realizó la Conferencia “La protección de las personas en los conflictos armados de hoy: 70 años de los Convenios de Ginebra”, organizada por el CICR y el IDEH-PUCP.

[2] Según la base de datos del Programa de Datos de Conflicto de Uppsala (UCDP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Paz e Investigación de Conflictos de la Universidad de Uppsala y del Centro para el Estudio de la Guerra Civil en el Instituto de Investigación de la Paz de Oslo (PRIO, por sus siglas en inglés).

[3] Según la información del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y Sitios de Entierro (Perú), el Centro Nacional de Memoria Histórica (Colombia) y la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (Guatemala).