Por: Almendra Sanchez
Los meses en confinamiento han traído consecuencias económicas negativas tanto para hombres como para mujeres. Las medidas adoptadas por algunas empresas para mitigar sus egresos incluyeron despidos. Como consecuencia, un número grande de personas quedó desempleada. Las mujeres han sido las más afectadas, sobre todo aquellas que antes del aislamiento se encontraban en una situación vulnerable. Para comenzar a pensar en el reingreso de las mujeres al sector laboral, dependiente e independiente, conversamos con Diana Plasencia, vocera y gerente de Consultoría de la organización Aequales.
¿Cuál es la diferencia en la cantidad desempleo entre las mujeres antes de la cuarentena y durante esta?
En definitiva, esta crisis afecta de manera diferenciada a hombres y a mujeres. Nicole Mason, la presidenta del Institute for Women’s Policy Research habla de esta crisis sanitaria denominándola shecession, poniendo foco en los efectos desproporcionados sobre las mujeres. Una encuesta realizada en mayo por Ipsos a nivel nacional urbano revela que el 54% de las mujeres encuestadas que contaban con trabajo antes de la crisis, han pasado a estar desempleadas durante la cuarentena, en comparación con un 48% de hombres. Sumado a ello, sabemos que la informalidad afecta en mayor medida a las mujeres, ya que el 75% de ellas trabaja en este sector, mientras que el 70% de hombres lo hace; entendiendo por informal, aquí, a quien se encuentran actualmente sin protección de legislación laboral y expuesta a mayor incertidumbre. En línea con la sobrerrepresentación de mujeres en el sector informal, las mujeres también están más en los sectores más golpeados por esta crisis sanitaria. Por dar un ejemplo, un estudio reciente de ESAN estima que en el sector Hoteles y Restaurantes (7.8%), el empleo se reducirá en -60%, y el 75% de la mano de obra en este sector está compuesto por mujeres. Efecto similar ocurriría con sectores como educación, comercio, servicios, aeronáutica, textil y moda, entre otros.
¿Qué grupos de mujeres serán más afectadas por las consecuencias económicas del aislamiento?
Si bien las mujeres en general son quienes llevan la peor parte en esta crisis a nivel laboral, ellas, y sobre todo las mujeres que son madres, se ven sobrecargadas con el trabajo no remunerado, consistente en tareas domésticas y de cuidado tanto de hijos e hijas como de adultos mayores. Antes de la emergencia, las mujeres se dedicaban casi el triple de horas a la semana que los hombres a trabajo doméstico no remunerado. Asimismo, existen grupos de mujeres que son aún más vulnerables. Es el caso de las mujeres jóvenes con hijos o hijas, sin pareja y sin secundaria completa, para quienes es prácticamente imposible permanecer en la cuarentena sin ver gravemente afectada su situación y la de su familia. La mayoría de ellas se ven obligadas a salir a trabajar aun cuando las normas lo prohíben. Las mujeres empleadas como trabajadoras del hogar o trabajadoras domésticas son otro grupo que se ve afectado de manera importante con la crisis económica y sobre todo por la ausencia de servicios de seguridad social. Recordemos que gran parte de este grupo de mujeres son migrantes, lo cual impacta en la ausencia de una red de apoyo y mayor discriminación. También, las mujeres pertenecientes a minorías, por ejemplo, integrantes de la comunidad LGBTIQ+, afrodescendientes y migrantes venezolanas.
El grupo de mujeres que sí volverán a trabajar o logren encontrar un nuevo empleo, ¿a qué nuevas condiciones laborales estarán expuestas?
En primer lugar, el reingreso de las mujeres al mercado laboral formal se producirá de forma más lenta que el de los hombres, ya que la normalización de las actividades productivas se está dando primero en sectores en donde se suelen emplear más hombres, como la minería (7% del total de trabajadores formales son mujeres), la construcción (el 11%) o la industria (el 30%). Según el informe desarrollado en coordinación con APOYO Consultoría y Aequales, se estima que, en la primera fase, solo el 8% de las mujeres estarían volviendo a sus trabajos formales, en comparación con el 19% de hombres. Esto, sin duda, empujará a más mujeres a ingresar al sector informal e impactaría en la brecha salarial que ellas ya enfrentan. Recordemos que en el Perú ya tenemos una brecha salarial del 29% entre hombres y mujeres, y que en el sector informal el salario promedio mensual de una mujer es dos tercios del de un hombre.
«Solo el 8% de las mujeres estarían volviendo a sus trabajos formales»
¿Cuál sería el impacto en los emprendimientos o microempresas de mujeres?
Según el INEI de cada 100 mujeres 56 trabajan independientemente, y según el Global Entrepreneurship Monitor del total de emprendimientos establecidos en el Perú el 40% está liderado por mujeres, y esta cifra crece a 46% si hablamos de emprendimientos en etapa temprana. Todavía es pronto para hablar del impacto de la crisis en las microempresas y en general en la cadena de suministro en la región, el PNUD estima que 8 de cada 10 Pymes está pensando en reducir sus operaciones o cerrar. También en las microempresas, las mujeres están sobrerrepresentadas en los sectores más golpeados. Incluso, según el PNUD en la región cerca del 95% de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) que cerraron debido al COVID-19 nunca volverán a estar operativas, por lo que estamos hablando de efectos sumamente importantes a largo plazo. Sumado a ello, sabemos que las mujeres tienen mayores dificultades que los hombres para acceder a un crédito, debido a factores como el nivel de ingresos, la tenencia de propiedad y la educación financiera; esto, también estaría impactando de manera negativa en una posible recuperación o reactivación de sus emprendimientos.
De su último informe, ¿Cuál sería la principal medida que deberían adoptar las empresas para reducir las brechas laborales de género, ahora y luego de la emergencia?
Las empresas deben ser conscientes de cómo impacta esta crisis de manera diferenciada a hombres y a mujeres y enfocar sus acciones para garantizar la equidad de género. El fortalecimiento de sus políticas en este contexto es crítico para la recuperación económica.
Como primer paso, en Aequales siempre recomendamos a las empresas que se midan, sabemos que lo que no se mide no se gestiona, si no tenemos una línea de base, no podemos avanzar en el cierre de brechas de género. La vía para hacerlo es el Ranking PAR, una herramienta de medición gratuita y confidencial, que incluso hoy ofrece una nueva categoría “Gestión de Crisis COVID-19”. La medición en esta plataforma permitirá recibir recomendaciones de manera inmediata para incorporar acciones con perspectiva de género al interior de la empresa. Entre las mejores prácticas que estamos encontrando en las empresas que gestionan la crisis con enfoque de género están: levantar información sobre las diferentes responsabilidades y situaciones en el hogar de sus colaboradores/as durante la cuarentena; repensar las políticas de evaluación e indicadores de desempeño, tomando en cuenta esta sobrecarga de tareas sobre todo en las mujeres; tomar medidas de flexibilidad laboral con madres y padres teniendo en cuenta el cuidado y formación de los hijos e hijas.
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