Esta sentencia se une a la lista de jefes de Estado puestos a disposición judicial. En este caso, es el primero en ser condenado por un tribunal internacional. La sentencia es de suma importancia para la región y la lucha contra la impunidad a escala global. El mensaje es contundente; los líderes del mundo ya no pueden esconderse de la justicia.
Taylor es uno de los máximos responsables del conflicto que asoló Sierra Leona desde 1991 hasta el 2002 donde participó de la acción brutal del Frente Unido (RUF) para derrocar al gobierno de Sierra Leona. Miles de personas asesinadas, violadas sexualmente, mutiladas, niños reclutados para cometer atroces crímenes en nombre de Taylor.
En el 2003, al ex presidente liberiano se le abrió proceso por el tribunal internacional acusado de once cargos por crímenes de lesa humanidad y de guerra. Tras su exilio en Nigeria fue detenido en un control fronterizo, tres años después, tratando de huir. Las autoridades pertinentes lo pusieron a disposición de La Haya.
La Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Liberia estimó que, desde 1979 hasta el 2003, fueron asesinadas en el país 250,000 personas. En su informe recomiendan procesar a más de un centenar de implicados, además de 50 personas adicionales que, actualmente, ocupan altos cargos políticos, incluído el actual presidente. Transcurrido el tiempo, las autoridades de Liberia siguen sin abrir los procesos judiciales por esos crímenes.
A pesar del veredicto contra Taylor, aún queda mucho por hacer para restaurar la confianza entre los ciudadanos de Liberia y los procesos judiciales por los que esperan ser reivindicados. La condena al dictador es un gran primer paso hacia la restauración de la confianza en el Estado.
>>Fuente: The Independent