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4 de octubre de 2022

 Escrito por: Irene María Maldera(*)

Después del proceso electoral del día anterior, el resultado queda claro. El nuevo gobierno tiene una mayoría de extrema derecha guiada por Giorgia Meloni y su partido, Fratelli d’Italia. Es decir, el 26 de septiembre gana la representación política que en Italia se traduce como la más conservadora y por cierto la menos cuidadosa de los derechos civiles y humanos.

A lo largo de los años y durante la campaña electoral las medidas y propuestas que nos hacen preocupar por el futuro de nuestros derechos han sido varias. En 2021, como resultado del trabajo de oposición política de estos partidos, no fue promulgada una ley para impulsar los derechos a favor de familias no tradicionales (que aún sufren discriminaciones social y legalmente en el País). De la misma forma, contrariamente a otros partidos, estos siempre han estado en contra de la aprobación del Ius Scholae, la cual consentiría a hijos de extranjeros nacidos, criados y escolarizados en Italia obtener la ciudadanía. Coherentemente, han prometido aumentar los gastos militares (quitando presupuesto a otros sectores, como la salud o la educación) y renovar acuerdos con países africanos para acabar con la inmigración, presentándose como defensores y promotores de una identidad cristiana en un país supuestamente laico (afirmando una supremacía cultural y religiosa bien determinada). Durante la carrera electoral, además, han prometido la eliminación del Diritto di Cittadinanza, una ayuda económica en favor de las personas en condición económica más vulnerable que les permitiría tener una vida digna.

Ahora bien, Giorgia Meloni se presentó a elecciones con Fratelli d’Italia como parte de una coalición, que resultó obtener aproximadamente el 44% de los votos totales. Ese 44% del total se compuso de un 26% obtenido por Fratelli d’Italia, más – solamente – el 9% y el 8% recibido por sus aliados Lega y Forza Italia[1].

A partir de aquí podemos notar un fallo en el sistema electoral italiano, que privilegia lógicas de acuerdos extendidos entre partidos. La izquierda italiana (representación política que históricamente lucha para la promoción de los derechos), al ser notoriamente fragmentada e incapaz de colaborar entre sus varias facciones, no ha logrado crear una coalición suficientemente estable ni amplia como lo hizo la derecha. Por eso mismo, esta gana con un número que no refleja una mayoría absoluta de los votos. Si sumáramos aquellos obtenidos por todos los partidos de izquierda, se superaría el 50%. Sin embargo, al no formar coalición, los votos de la izquierda se han fragmentado, dejando ganar a la coalición opuesta. Lo dicho es, sin duda, fundamental, pero no es suficiente para explicar por qué un partido de extrema derecha, con históricas conexiones con el fascismo, y que hasta hace cinco años no recibía ni el 4% del respaldo popular, ahora está a punto de gobernar.

Ciertamente, hay que destacar la personalidad de Giorgia Meloni en sí misma. Se presenta como una mujer fuerte, determinada, que proviene de un barrio popular de la capital italiana, y por eso sería cercana a los problemas de la gente. Se proclama promotora de valores tradicionales que infunden seguridad y, al momento de fundar su partido, se hace percibir como una novedad en el contexto político (cuando, en realidad, fue ministra durante el cuarto gobierno de Berlusconi, en 2008). Esto es un elemento importante para una población que siente la política como algo lejano de la realidad cotidiana.

Además, debemos tener en cuenta la estrategia utilizada por Meloni y su partido desde antes de iniciar la campaña electoral a partir de su fundación en 2012. Fratelli d’Italia siempre ha estado en la oposición, donde es más fácil aprovechar el descontento de los electores y obtener visibilidad. En un contexto como el italiano, donde perdura una lógica de alternancia política, pero también de decepción hacia la clase dirigente (y por lo cual los electores ponen a prueba los gobiernos, con la esperanza de que lo desconocido resulte menos frustrante que lo conocido) era previsible que esta vez muchos intentarían votar por algo supuestamente nuevo: Giorgia Meloni.

En relación con la estrategia, es inevitable hacer referencia al tipo de propaganda elegida. A partir de 2014, las facciones de extrema derecha han empezado a usar las redes sociales como medio de divulgación de ideas. Han optado por mostrar a sus miembros como personas comunes (a partir del vestuario y de las actividades cotidianas) y no como intelectuales que discuten de política en aulas cerradas y alejadas de la población, han simplificado extremadamente las informaciones apelando a una dicotomía entre “bueno y malo” construida sobre la base de los miedos de la gente.  La percepción que se deriva de esa actitud es que los presuntos miedos de los representantes de derecha, al ser presentados como temores de ciudadanos comunes fuera de la política, acaban siendo los miedos de todos los italianos De esa forma, temas como modelos de familia no tradicionales o inmigración se convierten en elementos que cualquier ciudadano debería de temer. En fin, estos partidos han logrado así fidelizar a la población, mostrándose como actores amigos y comunes.

Otro punto a favor del incremento del respaldo hacia Fratelli d´Italia se encuentra en las distintas posturas dentro de la misma derecha frente a la guerra ruso-ucraniana. Contrariamente a la orientación de sus aliados – histórica y abiertamente proPutin, Giorgia Meloni siempre ha dado su apoyo a Ucrania. Esto llevó a que una parte del electorado de otros partidos de derecha cambiara su voto a favor de ella.

En el mismo marco internacional, se debe de subrayar que la deriva populista no es algo exclusivamente italiano. En los últimos años hemos sido testigos del crecimiento de partidos de extrema derecha en varios países de Europa. Basta pensar en el partido de Marine Le Pen (que, por primera vez, en 2022, encabeza la oposición francesa) o en la reciente victoria de los Demócratas de Suecia. Esto debería de llevarnos a una reflexión global sobre lo que está pasando en los mismos países que se perciben como epicentro de democracia y promotores de derechos.

Finalmente, volviendo al proceso electoral en sí, un elemento importante ha sido la elevada tasa de abstencionismo, la cual alcanzó un pico histórico. Se presentó a las urnas sólo un 63,95% de la población con derecho al voto. Esto nos lleva a pensar que los italianos ya no creen en el ritual electoral y que la percepción acerca de las instituciones políticas es de total desconfianza.

Entonces, ¿cuáles serán ahora las consecuencias de esta ronda electoral frente a un gobierno tan conservador?

El miedo que tenemos muchos italianos es que se tomen decisiones que nos hagan retroceder social y culturalmente, y que se adopten acciones en contra de derechos por los cuales hemos estado luchando durante años y cuyos resultados recién estábamos viendo. Esto abarca desde los derechos civiles hasta los asuntos vinculados con seguridad e inmigración. El tema económico también es preocupante, sobre todo para los jóvenes: se tiene temor de que se tomen erróneamente medidas sólo a favor de la población adulta y anciana, pero que no deje posibilidades a las generaciones que vendrán, y que se introduzca reformas que tampoco sean capaces de generar trabajo ni proveer sustento para personas en una situación económica vulnerable.

A pesar de esto, algunos tenemos la esperanza de que esta nueva configuración política lleve a un despertar activo de la población en su conjunto: de un lado de una izquierda que no está exenta de responsabilidades y que, enfocada en intereses propios y disputas internas, no ha sabido ponerse de acuerdo y proteger a un país de una deriva fascista y populista; y del otro lado, de la sociedad civil que, según esperamos, debe seguir luchando por sus derechos y por los de los demás.

(*) Licenciada en Ciencias Internacionales – Derechos Humanos, Voluntaria Servicio Civil Universal en el IDEHPUCP


Fuentes:

Ansa, Elezioni 2022: per FdI quasi 5,9 milioni di voti in più, 28 settembre 2022

Baldolini e Forgnone, La Repubblica, Elezioni 2022: le news del 26 settembre Al centrodestra 115 senatori e 237 deputati, 26 settembre 2022 https://www.repubblica.it/politica/2022/09/26/diretta/elezioni_politiche_2022_risultati_ultime_news_oggi-367310110/

Braun, en Internazionale, L’Italia avrà un governo reazionario che guarda al passato, 26 settembre 2022

Carlini, Metropolitan Magazine, Il ruolo della comunicazione nell’ascesa della destra, 24 settembre 2022

HaskiFrance InterFrancia, en Internazionale, L’Europa nuovamente alle prese con l’avanzata dell’estrema destra, 16 settembre 2022

HaskiFrance InterFrancia, en Internazionale, La guerra in Ucraina divide i favoriti alle elezioni, 23 settembre 2022

Quotidiano Nazionale, Risultati Elezioni 2022 in tempo reale: i dati di partiti e coalizioni, 26 settembre 2022

https://www.quotidiano.net/elezioni/risultati-elezioni-diretta-25-09-2022-1.8115644

WILL MEDIA, YouTube, Come è cambiata la destra dall’MSI alla leader Giorgia Meloni: la storia di Fratelli d’Italia

WILL MEDIA, YouTube, La storia di Giorgia Meloni: sarà lei la futura Presidente del Consiglio?

[1] Noi Moderati, otro partido más pequeño parte de la misma coalición, ganó un 0,9% de los votos de ese 44% del total.