Tras la marcha del 14 de noviembre, se ha percibido que los jóvenes son más activos en el ámbito político. No obstante, la forma en que participan en la política es muy diferente de como solía ser; es decir, no lo hacen a través de partidos políticos, sino mediante las redes sociales.
Con miras a las elecciones 2021, cabe tener en cuenta que casi el 30% del electorado es menor de 30 años, según el padrón elaborado por el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) y el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Conversamos con Paula Távara, politóloga, sobre el rol de la población juvenil en la política y, principalmente, en estas elecciones.
Tras la publicación de la lista de personas vacunadas fuera de la primera línea, donde se ve gente del sector privado y público, incluidos sus familiares, ¿podría cambiar la intención de voto en los más jóvenes, buscando nuevos rostros o considera que aumentará los votos en blanco?
Recordemos que los jóvenes, en la marcha 14N, no tenían principalmente el afán de defender un modelo político, personaje o partido. Estamos hablando de jóvenes que no necesariamente venían de organizaciones sociales políticas, sino que querían defender la democracia. En ese sentido, así como es posible que haya mayor decepción, y que pueda llevar a que las personas no quieran votar o voten en blanco, también podríamos encontrarnos con jóvenes que buscan votar responsablemente y deslindarse de los partidos que no están cumpliendo con sus expectativas.
Principalmente, este escándalo de la aplicación de la vacuna a distintas personalidades de la política no ha afectado tanto a las candidaturas, salvo la de Martín Vizcarra. Más bien, incrementó la percepción de que todos los políticos son iguales. Más que un golpe a un partido en específico, lo que hay es un aumento de decepción y desafección hacia los políticos.
Por otro lado, observamos que la mayoría de los partidos cuentan con jóvenes en sus listas. ¿Crees que es buena estrategia para acercarse a ellos?
Sí, hay una intención de acercarse a los jóvenes, pero recordemos que, por ejemplo, los congresistas jóvenes que hay en este parlamento fueron parte de quienes votaron por la vacancia. Entonces, ser un candidato joven no necesariamente representas lo que apoyan los jóvenes. Como hemos dicho muchas veces, ser mujer en el parlamento no garantiza que representes los intereses de las mujeres. Si solo hay adultos mayores en el parlamento, es más improbable que temas como el empleo juvenil entre en la agenda política. ¿La campaña de jóvenes podría atraer a este mismo sector de la población? Eso depende de que los principios de estos candidatos representen a las preocupaciones juveniles de hoy en día. Si presentas los mismos intereses que los candidatos adultos, aunque bailes muy bien reguetón o recorras más las calles, al final, vas a hacer lo mismo de siempre frente a jóvenes que buscan una alternativa distinta.
Los candidatos que pueden conseguir el voto joven son los que demuestren un claro respaldo a la democracia y, por otro lado, una legitimación a las protestas de noviembre. Aquellos aspirantes que digan: “esos jóvenes fueron ahí porque les pagaron”, “esos jóvenes son vizcarristas”, etc., no van a obtener votos de la generación bicentenario. Asimismo, es necesario que los candidatos hablen sobre la necesidad de empleo. Durante la pandemia, se comenta mucho sobre la pérdida de trabajo, pero se discute poco que esta pérdida afecta más a los jóvenes, los cuales ya tenían labores más precarias o no conseguían trabajo.
A parte de incluir jóvenes en la lista, ¿qué otras estrategias observan que puede llamar la atención a los votantes jóvenes?
En esta campaña, las redes sociales van a ser las estrellas. Creo que los candidatos y los partidos han aprendido que las redes sociales son un buen espacio para acercarse a este público. En cuanto a la forma, no estoy segura sobre si han aprendido las estrategias más eficaces para llegar a ellos. Es decir, realizar una charla al igual que lo harías en un local partidario sobre el plan de gobierno no es lo que va a funcionar y mucho menos por redes sociales. Además, hay que tener en cuenta que es difícil, incluso, para la educación a distancia, entrar a una reunión que no engancha tanto. Debe haber mucho compromiso por los jóvenes para mantenerse en una cuestión que no posea la inmediatez, la sorpresa. Estas particularidades que requieren una comunicación política eficaz en las redes sociales.
A raíz de las marchas de fin de año, la generación del bicentenario aparece como un sector importante en la agenda pública, pero ¿creen que están interesados en ser militantes de los partidos?
No. A los jóvenes no les interesa vincularse con los partidos políticos, pero no es culpa de ellos y ellas. Yo diría que es una desafección general de este sector en participar en los partidos. El problema es que los partidos políticos no resultan atractivos para la mayoría de la población. La militancia política implica un costo personal, y no solo económico, sino también en inversión de tiempo, porque normalmente tienes que ir al local del partido, gastar pasaje, ayudar en las rifas, y si no sientes que el partido te motive o represente, ¿por qué vas a asumir ese costo?
Son pocos los jóvenes que militan en partidos políticos, precisamente porque estas entidades no saben hacer ese enganche con los y las jóvenes. En el caso de las mujeres es otro mundo, porque implica un coste vinculado con la seguridad. Las militancias implican reuniones, entre 8 p.m. a 10 p.m., ¿y las mujeres van a salir de un local partidario a las 10 p.m. e irse solas a sus casas? ¡Qué miedo! Los locales están ubicados en el centro, lugar peligroso.
Lo maravilloso de la generación bicentenario es que ha vivido en democracia, pero una democracia que hay que defender todo el tiempo; entonces, es un principio que forma parte de su vida.
Entonces ¿crees que sientan la necesidad de crear su propio movimiento político?
La juventud no siente la necesidad de formar un partido nacional juvenil per se, porque no todos son de los mismos estratos sociales, ni tienen las mismas necesidades y preocupaciones. Lo maravilloso de la generación bicentenario es que ha vivido en democracia, pero una democracia que hay que defender todo el tiempo; entonces, es un principio que forma parte de su vida. Pero eso no quita que todos piensen distinto y que todos, de una forma u otra, tengan desafección a la política. Quieren democracia, pero no quieren estos partidos. Construir uno nuevo implicaría creer que los partidos sirven para algo, pero vivimos en un contexto que los partidos políticos actúan como vientres de alquiler, cambian de nombre todo el tiempo, pierden inscripciones, y en el que aparecen nuevos con un liderazgo y pasado mañana con otro distinto. ¿Entonces por qué creer que el partido político como institución sirve si en todos estos años no hemos visto que sirvan para defender la democracia?
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