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Notas informativas 28 de junio de 2021

El miércoles 23, en el tercer día del XVI Encuentro de derechos humanos, se realizó el “Ciclo de cortos documentales: los derechos humanos de comunidades andinas y amazónicas”.

En este evento, participaron Gabriela Urco, productora de Docuperu; Fernando Valdivia, director de la Escuela de Cine Amazónico; Guillermo Salas, director de la Maestría de Antropología Visual de la PUCP; Gloria Velasco Jáuregui, Comunicadora Social de CEDEP Ayllu; Jessy Calle, directora de Sentir Kapanawa; y Adán Vargas Pacaya, director de Sentir Kapanawa. El conversatorio fue moderado por Inés Ruiz, doctora en Estudios Culturales por la Universidad de Kent.

Tras la transmisión del corto “Te quiero Apu”, Gabriela Urco señaló que el documental presentado se elaboró en el marco de un proyecto de DOCUPERU. El cual tuvo como propósito brindar a las comunidades campesinas -como Paruro- las herramientas de comunicación necesarias para contar sus propias historias y, al mismo tiempo, servir como un instrumento para generar incidencia mediática.

“El documental busca abrir el debate sobre las percepciones del extractivismo en las mismas comunidades afectadas”, indicó.

La productora recalcó la “importancia de apropiarse de los medios de comunicación para que la narrativa no sea solo de victimizar (ni romantizar) a las personas cuyos derechos están en peligro”, sino además de “mostrar las diferentes habilidades de resistencia que poseen estas comunidades”.

Por su parte, la comunicadora Gloria Velasco Jáuregui agregó que el documental expresaba los impactos que generan las empresas extractivas en comunidades que se dedican principalmente a actividades agrícolas, afectando su derecho a un medio ambiente sano.

Lo que se buscaba era mostrar la “lucha por el territorio para preservar un ambiente libre de contaminación para las futuras generaciones”, explicó.

Asimismo, coincidió en la necesidad de más medios y discursos independientes para promover la autorepresentación de estas comunidades y para democratizar el cine. Resaltó, finalmente, la urgencia de proteger derechos civiles, como el derecho a la protesta y reconocer que “el cambio duradero viene desde abajo hacia arriba”.

Sobre el documental “Sentir Kapanawa”, Jessy Calle mencionó que el corto documental evidencia los derechos vulnerados en las comunidades donde se realizó, tales como el derecho a la identidad cultural. Como ejemplo, puso la vivencia de Adán Vargas, para quien fue un reto conservar sus propias costumbres debido a la educación superior que recibía y el hecho de no poder dialogar con alguien en su lengua originaria. También resaltó la violación del derecho a la educación cultural y advirtió que “la lengua Kapanawa está en peligro de extinción”.

“Estas comunidades no necesitan que lleguen terceras personas para hablar de ellos/as. ”, enfatizó.

Adán Vargas Pacaya, protagonista del corto, indicó que la experiencia de crear estas obras ha brindado orgullo y fuerza para seguir adelante “luchando contra las amenazas que existen en la sociedad contra su lengua y cultura”.

Por su parte, Fernando Valdivia subrayó la importancia que debe tener la diversidad de los pueblos indígenas, la cual no está expresada en los medios audiovisuales. En esa línea, indicó que se necesita un “proceso de descolonización en los medios audiovisuales” y recordó que ya se ha trabajado con distintos pueblos indígenas: awajún, shipibo, etc., donde ellos mismos plantean sus historias o relatos de vida.

“Existe una falta de conectividad dentro de las comunidades andinas y amazónicas, que es problemática y afecta la distribución y participación de estas representaciones en el cine”, sentenció.

Por su parte, Guillermo Salas dio algunos comentarios en torno al corto “Te quiero Apu”. El director sostuvo que, en el caso de Paruro, destacó el problema de la minera. “En la relación entre las mineras y las comunidades andinas existe una ausencia muy grande del Estado, que incorrectamente trata a las empresas y a la comunidad local como sujetos privados horizontales, y desconoce la asimetría entre ellos, que lleva a abusos caros y repetitivos”, señaló.

Esta ausencia del Estado, para Salas, ha resultado en una serie de quejas acumuladas e ignoradas hasta el punto de llegar a protestas locales, las cuales disparan reacciones opresivas y a veces violentas por parte del gobierno, “violando más los derechos humanos de las comunidades”.

En comentario al corto “Sentir Kapanawa”, señaló que el Estado no está haciendo lo mínimamente suficiente para que los derechos a la cultura y al idioma se garanticen.

Sigue el Encuentro aquí: